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“ella era de esas mujeres, cuya bonita sonrisa no significaba nada”.
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mando caricaturas abyectas a personajes sensibles
y no desnudo mi alma ni en los urinarios higiénicos
finjo que no me duelen las ofensas porque soy un gran estoico
soy práctico, objetivo, mental, trajes con los que uno se viste
soy hombre solo, mis ojos regalan achuchones
mis palabras son ofrendas a los miedos
me siento, por la noche, cuando los ruidos callan
y miro mis uñas ya crecidas y las sábanas
que me dicen que me aman
pienso y se me olvidan pensamientos
miro mi cuerpo traicionado
ya no alimento mañanas, ahora todo es tan lento…
hoy estoy ya sin luz
tiene que ver conmigo, cualquier nacimiento
hoy, me acompañaron grandes árboles
y unos ojos una boca una lengua
… que nunca serán míos, creo
hambriento de manos, de roces en las ingles
de bocas blandas que se juntan, miradas que se funden
de manos y de humanos
tendré lo que tengo porque soy como soy
la suerte me la han repartido a medias
la conciencia, pegada a la blanca cáscara del huevo
así que ando por ahí alerta o descuidado
antipático o simpático decaído o soflamante
nada como saber tus propias trampas
para llamar a los demás tramposos
voceando que hay que herir para salvar
proponiendo contratar seguros misteriosos
de esos que asumes yá, o escapan
dicha la verdad, si no lo intento me muero
“cabría tanta gente en esta casa de ecos…”
tantas sillas y butacones y el suelo de madera
para tirarse al suelo
justo aquí deberá estar mi último estremecimiento
pero somos tan humanos que yo no podría
quizás yo aquí soy otra cosa, seguramente
es tan sutil el código de relacionarnos
que no puedo ser cuidadoso, solo humorístico
es tan gracioso como triste
aquel, aquella que se hizo de tí una imagen
también, abrir la tapa dura del libro de alguien
dentro, no habrá la novela de aventuras que esperabas
yo soy educado
que para eso me educaron y me encanta
pero tiro flechas puntiagudas a las niñas de los ojos
siempre creyendo que apunto, me gustan tánto mis amigos
mis personas cercanas me sueltan mis defectos
como yo los míos, como tu los tuyos
y siento un cosquilleo, teniéndolos hablando
cuando recuerdo una palabra antigua
es como un chiste reconocido aunque no tengas gana
palabra, hacía tiempo que no tenía reflejos
no tenerlos ante la gente, es horrible
y ya, viejo, me llegó la sorpresa
me encontré con la paciencia “quien lo diría”.
—
blanco es el mañana
multitud de mujeres parirán cuando despiertes
nada estará hecho
si tuviste dolores negros, los tendrás que recordar
nada estará hecho cuando despiertes
nada será de hoy a no ser que te lo lleves
todo empezará “¿quieres ser actriz?”
pues
ensaya en el cuarto de baño haciendo el albornoz una bata de cola
cánta,
cántale al cepillo de dientes hasta escupir un solo.
—
de blanco te vestirás mañana
de blanco, alma blanca
y nada te será ajeno
porque estará ahí todo
blanco, sin estrenar
en un día blanco
—
nada es infinito
ni el corazón de la amante
consumo mis días
en tiempos perdidos
actividades ciegas
pero el futuro
es blanco siempre
sin máculas
hoy me divierto
porque tánto he sufrido
mi risa es ancha
esperé al mañana y ni lo sabía
no hay que subir montañas,
vida mía,
hay que sentarse con buen tiempo
bajo un sauce, nada es imposible
solo, que aún no ha llegado
—
dulce ensaimada mía
escatológicamente tuyo
…porque te me has caído por el vater.
¡pardiez!
—
dulce pájaro de juventud
… ¡hoy avestrúz!
—
Ya ves que gracia, si me muero
yo que quería ser eterno sobre todas las cosas
imagínate, descubrir algo cada día
por lo menos… hasta los quinientos años
ántes, me preocupaba morir con dolor
ahora me preocupa morir muerto
si me muero
¿acaso alguien aprovechará mis vestidos?
si me voy ahora y me muero, menuda gracia,
sin haber hecho nada
si algo hice, que me paguen con besos
hasta en el otro lado de la vida ésta
y mis herramientas
¿joder, a quien irán mis herramientas?
vaciarán mi casa, dejarán las manchas de los cuadros
¿lo tirarán todo? mi albornoz, mis pantuflas
no quiero morirme nunca
no quiero estar en una urna, para que arrojen mi recuerdo
mis besos sí, hubiera querido guardarlos en un tarro
—
me encantan las gentes
enganchadas a su móvil
porque ves expresiones
de sus intimidades
¿de que se están sonriendo?
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