El tiempo corría,
yo junto a él.
Aunque intenté ser más rápido,
solo pude acompañarlo.
Quise adelantarlo,
poder decirle adiós,
despedirme y dejarlo atrás.
Solo pude acompañarlo.
Me hubiera gustado que un adiós
fuera un adiós de verdad,
solo pude decir hasta luego
y sin separarme acompañarlo.
Le hice todas las trampas que pude,
él siguió constante.
Después de tanto intentarlo
me resigné a ser su acompañante.
Poco a poco,
nos hicimos el uno al otro,
tanto que le tome cariño,
y decidí ser su acompañante
justo antes de que decidiera abandonarme.
Yo había muerto,
él ya tenía otro idiota iluso
que le tomase el pulso mientras sonreía.
Se sabía ganador antes de empezar,
solo era cuestion de tiempo.
Esperemos sentados frente a una taza de café,
es solo cuestion de tiempo.
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