Salia del cuarto desconcertada, baje las escaleras agarrándome fuertemente de la baranda, se me erizo la piel cuando sentí el aire que brotaba esa mañana. Perdiéndome en la niebla de ese jueves se me venían las imágenes de anoche, mirando mis pisadas, cubriéndome con la esperanza de llegar al colegio.

En las ultimas calles el silencio se hizo inmune, por un descuido no seguí el camino correcto y me dirigía hacia un callejón. Mi mente estaba en un hipersueño donde mi cuerpo lo mandaba, mientras que yo solo observaba.

Entre de nuevo al cuarto, veo que mi agresor esta en una profunda tranquilidad, saque de mi mochila mi tijera y le clave en el cuello, mientras que se asfixiaba yo escribía en mi diario : Querido diario, Hoy jueves cometí un crimen cual me llevara a mi paz interior.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS