ALQUIMIA

ALQUIMIA

pame

11/01/2021

Cerca de las 23 agregué las ultimas gotas de solución yodada en el alambique , el olor dulzón y penetrante me llenó los sentidos, los vapores escaparon haciendo asimétricas figuras , la lampara con una luz azulina le daba a la circunstancia un aire de misterio y pecado, era raro ya en el siglo XXI haber incursionado en esos menesteres tan de sigo XVIII, pero la inquietud me removía los humores y fluidos desde temprana edad, no fue nada fácil conseguir los delicados e intrincados aparatos que tardaron casi 40 días en llegar desde Guatemala ,que fue el único lugar que se dignó vendérmelo, ya que Francia, Inglaterra e incluso estados unidos se negaron a enviarme tan preciado objeto vetándolos con unos impuestos de aduana millonarios literalmente

Una emoción extraña burbujeante y de pálpitos acelerados me vino al recibir la caja con muchas advertencias de frágil en la caratula, sentí pánico de improviso, cuando pensé que al desenvolver tan preciado artilugio estuviese incompleto o con daño ,venia rebosado en un plástico burbujas que le daba varias vueltas enguinchado en los extremos de modo que no se moviera.

En la orilla de la mesa el libro de pócimas abierto con las hojas gastadas y roídas, las puntas de la cubierta dura y revestida de algún cuero de animal indescifrable se arqueaba en los bordes donde era repujado suavemente y cocido con hilo grueso entre el borde , había tardado años en conseguir aquel ejemplar y más aún para obtener una audiencia con la eminencia capaz de darme por sentado que tal volumen era autentico , 4 días lo espere fuera de la universidad sentada en la escalinata rogando por un par de minutos de su tiempo . El hombre de 1.63 mts de altura, de unos 50 y tantos muy distinto al hombre extraño de cejas pobladas y canosas que esperaba, vestía un jeans oscuro y una camisa blanca con líneas grises , me miró con absoluta indiferencia y desprecio, e hizo amagos de tedio y de poca voluntad para mis requerimientos hasta que más por acoso que por otra cosa accedió a ver el tomo que miro cuidadosamente con sus lentes sobre el tabique, repasando cada página con dedicación , oliendo, palpando, observando , primero sobre la marcha luego ya ubicado en un banco del parque .Me interrogó sobre su procedencia pidiéndome extraños detalles acerca del embalaje, envoltura e incluso el país de procedencia del vademécum , arqueó un poco las cejas ,me escocían la mente y el estómago, la mandíbula desplazada y endurecida con una barba de chivo blanquecina y mal cuidada, el hombre me parecía demasiado normal ,pero a la vez erudito en esas materias.

No preguntó mis fines , ni las circunstancias en que me había hecho del texto, después de algunos minutos en tono seco y grave ofreció un estudio detallado del ejemplar que tardaría dos o tres días y cuyo costo hizo desorbitar mis ojos , ante la negativa me tendió el mentado compendio argumentando que debido a su experiencia y probada sapiencia eran las condiciones para obtener respuesta, argumenté que en realidad tenía claro que tendría un costo, pero que me resultaba excesivamente onerosos a lo que riendo con la boca muy abierta entre una dentadura encaramada amarillenta y un aliento azufrado admitió que le divertía ver esa expresión . Una vez acordado el costo de su evaluación y certificación me troné los dedos esperando los tres días que se otorgó de plazo al cabo de los cuales, y en una mañana fría de una garúa espesa nos reunimos en su oficina de la universidad en medio del bullicio, enfundado en un abrigo grueso de lana de oveja hecho a telar de un color pardusco. entrelazo los dedos y magullo casi para sí mismo que el libro era autentico, una joya recién descubierta a sus ojos ávidos de reconocimiento y extasiado en las rugosidades de la cubierta que repasaba una y otra vez destacando la realidad histórica del mentado volumen al punto que casi debí arrebatárselo para recuperarlo, el hombre intentó infructuosamente tratar el texto en una cifra irrisoria, ante la negativa su semblante se enfrío y un pozo profundo se reflejó en sus ojos oscuros , me retorció el estómago su expresión inescrutable. ya conforme con el diagnostico fui a mi piso, un lugar en medio de la ciudad a dos cuadras del mall , pequeño, sobre un local de suchi pasado siempre  a fritanga, una ventana enorme, que no era suficiente para llenar el lugar de luz porque estaba tapiado por otras estructuras, Impaciente abrí en la página 14, entre las letras los puntos que dejaba la pluma con exceso de tinta en el rodillo, una que otra línea dispersa entre los escritos y unos pie de página imposibles de leer

La fórmula era en general simple; se trataba de un filtro de rosas negras, plata en polvo, yodo , azúcar de caña, un gramo de azafrán, unas gotas de esencia de ámbar, un toque de hiel de bovino cenizas de tabaco mascado y secado al aire libre, una purpurina de remolacha , la mezcla lanzaba vapores olorosos y espesos que picaban en los ojos inundando de un olor yodado, que sin ser desagradable producía algo en la boca del estómago, al terminar un líquido violáceo tornasolado emergió con una brillantez que estremecía, el olor había variado hasta convertirse en mezcla de frutas maduras como ciruelas y algo marino como anchoas , un dejo de alcaparras, espárragos y algo como oxido , me tembló la mano unos segundos al vaciar en el tubo el escaso contenido como una espesa, aceitosa y brillante amalgama de productos se deslizó cual lava hasta llenar ¾ del frágil cilindro, la escaza luz y el sopor de los vapores desperdigados en la habitación me acalambraron las entrañas , la cuestión ahora era como lograr que el individuo en cuestión ingiriera dicho liquido sin sospechar ni percibir el engaño, era complejo porque olía y además tenía una singular consistencia, debía ser en un zumo igual de espeso o un vino carmenere grueso y mucre que disimulara lo mejor posible el sabor .El  libro decía que el producto decantaría 8 horas hasta convertirse en un licor azulado ligoso e inodoro

Espere trece días , hice 4 intentos fallidos, con cuidado extremo y pulcramente fui depositando el mentado fluido en distintos bebestibles con el afán que nuestra victima por fin lo consumiera pero erré las cuatro oportunidades desgraciando con ello a ; su tía, el vecino, su amigo y el plomero, aunque a decir verdad solo en su tía vi el resultado del consumo, la mujer se abanicaba y enrojecía, sudaba copiosamente un líquido amarillento y acido, sus carnes se pegaron a los huesos y ensombrecieron, la gente lo justifico con la menopausia aunque esa etapa ya estaba desarrollándose en ella hacía varios años, después se habló de un bacteria ,una peste e incluso una enfermedad autoinmune, en la última visita su piel resplandecía por lo delgada , casi se traslucían las venas varicosas y muy azules, su paso errático y encorvado, la boca reseca en la comisura unos residuos blanquecino grisáceos muy desagradables a la vista , los ojos se habían tornado de un color gris oscuro , perlado , y el cabello se había vuelto una pelusilla fina y blanca en semanas . sentí un poco de miedo al principio de esta sintomatología , pero los alquimistas están llamados a crear, descubrir y sobre todo probar, así que me armé de paciencia hasta que la pobre mujer dejo su inútil existencia en un camastro tibio de una plaza, con inmaculadas sábanas blancas, tuve que esperar impaciente cerca de unos arbustos 4 horas desde el deceso, la desenterré cerca de las 24 con un calor de 28 grados y una humedad del 40% , me temblaron las piernas al verla, sus facciones se habían suavizado y estrechado, una boca dibujada prolijamente en unos suaves labios rosa, la nariz espigada y los ojos en un tono casi esmeralda, la blanca piel lozana e hidratada y a mata de cabello castaño rojo hasta los hombros en sedosas hondas , las manos antes rugosas, frágiles, manchadas y secas ahora de una redondez perfecta, los largos dedos bien definidos de uñas almendradas y perfectas, la saque de la fosa algo amodorrada, confundida y sucia, la guie a mi piso, no recordaba nada , no había en su memoria más que aquella extraña noche, inventé un nombre, una vida y una historia convincente y la alojé conmigo mientras resolvía el otro asunto El día 15 por fin mi propósito se realizó en plenitud, primero lo vi incomodo en la silla luego se paró al servicio y noté que se había mojado el rostro y el cabello, presa de un calor injustificado se acercó a la ventana buscando la brisa, su pantalón daba extrañas señales de excitación que lo sonrojaban, al cabo de unas horas cayó tendido en el sillón ,incapaz de abrir los ojos y nombrándola, lo que me obligó a verter lo que quedaba del líquido en el vino y hacérselo tragar sin preámbulos, vi en sus ojos color miel como si alguien encendiera una llama en el fondo, la fiebre, el estremecimiento, la forma en que su piel se contrajo y apretó los músculos tallándolos ,  la manera en que se cuadró su mandíbula y asomaron más largos y extrañamente blancos dientes perfectos, tendió la mano y apretó la mía casi sin fuerza, suplicante , en una despedida horrorosa de temor y angustia, cerró los ojos y por fin emitió un último aliento. Esperé paciente hasta casi el alba , parecía 10 años menor, sin un solo recuerdo de la pérfida, ensimismado en mi rostro, con una expresión enamorada y extasiada, lo dirigí al piso, donde su tía se levantaba de la silla y lo miraba con renovada curiosidad, ambos no solo creyeron absolutamente mi versión ,sino que hicieron caso omiso a los tubos, el alambique menos aun  al volumen ubicados en una repisa cerca de la ventana a la sombra .

Al fin mis deseos se realizaban , la rutina se me hacia un poco extraña .El miércoles siguiente su tía cayó desplomada en medio del la sala, los ojos muy abiertos y la piel cetrina, la ambulancia estacionó a la hora pico en medio de la calle, con un ulular insoportable, el centro de la ciudad abarrotado y congestionado el tránsito, en la acera del frente el profesor me miró fijamente, pude ver la acusación en sus ojos, la pobre mujer por fin descansó definitivamente porque la desenterré 4 veces antes de asegurar su deceso. Mario no parecía sufrir de ningún otro síntoma y llevábamos una vida completamente normal, el día 17 mientras oíamos el bullicio del piso de abajo y los hedores inundaban el comedor, lo primero que sentí al terminar el vino fue un sabor metálico , luego comencé a sentir un ardor, como si me hirviera la sangre por todo el cuerpo, las palpitaciones y los sudores, un sopor extraño, casi tambaleante me afirme en el ventanal, la ciudad en plena actividad siendo las 7 de la tarde, él me miró sin expresión , luego dijo su nombre pegado a una promesa, lo siguiente fue sentir como golpeaba mi cuerpo en el piso y los zapatos del profesor muy cerca de mi rostro, las voces y sin más, una nube lo cubrió todo, como una hoja limpia mi memoria desapareció por completo, lo siguiente fue un sonido como un chasquido y la frase que lo definió todo

– revisa el teléfono, la transferencia esta hecha,  ya puedes darme el libro y el alambique.

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