Como una alfombra oscura en medio de la sala,

como cuando te sorprende la noche caminando en el bosque

tu oscuridad comienza a atraerme, como el magneto al metal.

siento que debo resistirme pero tu fuerza de gravedad me atrae.

No se si es la adrenalina, o quizá mis endorfinas aceleradas que buscan entre lo oscuro

el negro de tus ojos, o el claro de tus labios.

Como resistirme? cómo escapar de tus silencios que me seducen a gritos!?

Huir de la presencia de tu mirada, que no se de donde me observa con sus pupilas tan dilatadas

como mi sentimiento de aventura, miedo y placer.

Sigo cayendo en tus trucos, me adentro en la maleza de tus susurros,

y poco a poco, me vuelvo adicto, necesitado de ti.

sin saber porque, solo sintiendo el placer de saber que me miras y me deseas,

y que esperas tenerme para absorberme, devorarme como si fuera una presa.

Y yo, rendido totalmente, abandonado de toda fuerza de resistencia, me dejo llevar por el encanto del

movimiento de tu cuerpo, de tus caderas tan sutilmente cinceladas,

tus muslos perfectos y ese centro de tu cuerpo en el que bebo mis ansias,

y me deja extasiado en medio de un espacio sideral no conocido.

Vuelvo otra ves a mí mismo,

y me doy cuenta que el juego comienza otra vez,

yo soy la presa, tu la carnada, y juntos nos devora el placer.

Oliver Grecco.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS