El Tren Maya

Lo poco que sabemos del proyecto


Introducción

Siempre he considerado que los proyectos de infraestructura son de suma importancia para una nación, estimula la actividad económica, brinda accesibilidad a nuevos servicios urbanos, mejora la conectividad y permite nuevos polos de desarrollo urbano que permitan explotar las actividades locales y periféricas que a la postre se manifieste en crecientes y cuantiosos beneficios para la población local. Si la teoría no falla esto debería representar el tren Maya para los habitantes del sur del país.

El tren Maya representa la obra de infraestructura más importante del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), considerado un proyecto “prioritario” que pretende detonar la actividad económica a través de una conexión de la región sur del país con el centro mediante un tren de alta velocidad que potencialice la actividad turística con paradas en los puntos más representativos de los 5 estados del país por los cuales pasara el tren, entre ellas se encuentran; zonas arqueológicas, puertos marítimos, playas turísticas y corredores industriales, etc.

Otras obras como el tren transístmico, el tren interurbano México-Toluca, la planta petrolera de Dos Bocas y el nuevo aeropuerto internacional “Felipe Ángeles” se unen a la lista de obras junto con el tren Maya a los cuales se les asignará un poco más del 65% del presupuesto del ramo de “Proyectos de infraestructura” que se realizarán durante la administración del presidente AMLO.

Durante la campaña electoral de AMLO se especuló mucho sobre este proyecto, algunos consideran que será una obra hecha al fracaso, otros tantos la ven como la oportunidad de establecer por fin un puente económico y de infraestructura capaz de impulsar el desarrollo regional en la parte sur del país mediante la promoción turística que a la postre traiga una mayor generación de empleos, así mismo que se establezcan nuevas cadenas de producción y de valor así como aprovechar la posición geográfica del sur del país a través de sus cuantiosas reservas naturales las cuales consideran algunos aun no hemos podido explotar del todo bien.

El ferrocarril anteriormente volvió la esperanza de desarrollo a los habitantes del sur del país cuando este llegó hace unos 80 años atrás y generó cambios económicos, demográficos y urbanos que a la postre mejoró la accesibilidad de servicios urbanos, sanitarios, de conectividad y económicos que en aquel entonces no se tenía. Ahora, ante el proyecto de nación que pretende impulsar AMLO las obras de infraestructura serán el motor económico del país, esto programas deben consolidar la visión del presidente a la cual ha denominado “La cuarta transformación de la vida pública de México”.

¿El proyecto es necesario?

Como lo saben nuestros estimados lectores, una construcción de tal envergadura no se hace de la noche a la mañana y este proyecto requiere de un proceso amplio y multidisciplinario que nos de muchas más pistas con las que hasta ahora contamos. Algunos defenderán que la justificación económica es más que suficiente para empezar a la voz de ya la construcción y algunos más (me incluyó en dicha lista) consideran que la primicia del crecimiento económico y del desarrollo regional debe en todo caso tomarse con mucha más cautela, no queremos otro Texcoco cancelado y mucho menos pagar los estratosféricos contratos cancelados.

No resulta ajeno a los mexicanos el hecho de aceptar que en nuestro país existen dos regiones muy marcadas, la centro-norte que esta bien industrializada, tecnificada, tercerizada y que cuenta con las mejores condiciones de infraestructura y, por otro lado, la sur que esta rezagada, carente de infraestructura urbana, con graves problemas en el sector de salud, educativo y ya no se diga en el económico o de seguridad pública.

Hasta antes la llegada de AMLO a la presidencia no sabíamos bien en qué condiciones se manifestaría el dichoso tren, bueno ahora conocemos un poco más y me permito estimado lector ponerle algunos datos y referencias de dicho proyecto.

  • – Se pretende que sean 15 estaciones a lo largo de 5 estados sur de México.
  • – El tren tendrá cerca de 1.525 km de corrido que estarán conformados por tres tramos; Selva con 426 km, Caribe con 446 km y Golfo con 653 km respectivamente.
  • – Tendrá una inversión cercana a los 150 mil millones de pesos.
  • – La meta se ha estipulado sea atender a cerca de 8 mil turistas diarios.
  • – Pretende ser un servicio de pasajeros y de carga.
  • – Pasará por la reserva ecológica de Calakmul, ciudades como Izamal, Mérida, Campeche, Valladolid, Bacalar, Cancún, Playa de Carmen, así como Puerto Morelos, Felipe Carrillo, así como diversas zonas arqueológicas Chichen Itzá y Tulum.

Con tales números, el proyecto parece un tanto ambicioso y considerando algunas fechas y fases de construcción puede que no se cumplan con dichos plazos. Es importante poner sobre la mesa que en el mundo soló dos trenes son rentables económicamente (Paris-Lyon y Tokio-Osaka)[1] donde los recorridos son prolongados, pero se ha hecho un adecuado estudio técnico-financiero que asegure la rentabilidad del Tren cuestión que hasta hoy no tenemos muy claro en cuanto al Tren Maya que vislumbra un escenario donde el Estado tenga que inyectarle bastante dinero para el mantenimiento, gestión y operatividad.

Probablemente la obra represente la salida de miles de familias de la difícil situación económica de la cual es característica la región sur del país, pero dejemos en claro que el Tren Maya también representa una obra que atenta al medio ambiente, a las zonas arqueológica y sobre todo no garantiza que los pobladores locales se vean directamente beneficiados de los que se pretenden sean los frutos económicos del Tren.

Hasta ahora el Gobierno Federal no cuenta con los permisos de construcción de vía, se ha comentado que se ocuparan las vías que anteriormente se tenían, la pregunta sería, ¿Esas vías cubren el recorrido actual y están en buenas condiciones? La respuesta es sencilla y es no, no las tiene, casi el 90% de las vías están en malas condiciones y en algunos tramos de la vía se deberá de negociar con los ejidatarios que de igual forma no están tan convencidos y mucho menos de acuerdo que se les desplace para que el Tren pasé por dicho tramo, y ¿Por qué no están de acuerdo? Simplemente porque el tren correrá a una velocidad promedio de 160 km/hr y esto significa que el Tren en algunos tramos no tendrá la injerencia que se espera por el simple hecho de que ahí no se instalará una estación y que pasará desapercibido muchos poblados y municipios por donde pasará el Tren.

Otro punto que se debe poner a debate es la conservación del medio ambiente, los grupos de activistas y de los pueblos originarios, cuestión en la cual se ha avanzado muy poco, es verdad que anteriormente se tenia una barrera entre gobierno y estos grupos pero parece que AMLO esta dispuesto ha escucharlos y apoyarlos, lo preocupante sería en todo caso establecer bien las delimitaciones de los parque nacionales y permitir que los pueblos originarios puedan realizar sus actividades y costumbres sin que el turismo interrumpa en sus territorios y que el famoso “ecoturismo” no termine por desplazarlos y a la postre desaparecer a los verdaderos originarios de estos territorios.

Ya hemos hablado del proyecto del Tren, sus estaciones, del medio ambiente, de los ejidatarios, de los derechos de vía y de las aplastantes estadísticas que dicen que solo dos trenes en el mundo son rentables económicamente. Agregar que hasta la fecha el proyecto sigue siendo un misterio, tan soló encontramos en una pagina oficial información bastante resumida que tiene tintes de infografía más que de un apartado estadístico o extenso del proyecto y como nos pasa a los investigadores, lo que no están hecho hay que construido y las ideas hay se deben de hacer múltiples esfuerzos por concretarlas.

El proyecto puede gustar o no, pero como ya lo ha dicho AMLO, «El ten maya va porque va» esto puede parecer una imposición de antaño al puro estilo mexicano, mientras tanto espero en mi monitor el lanzamiento del proyecto en extenso.

Por último, pedir una disculpa a nuestros estimados lectores que considerarán que esta información es poca y que no contiene nada nuevo, bien a todos ellos, una disculpa.

No escribimos en la próxima parada estimados lectores.


[1] Para mayor información consultar: Ana Thais Martínez Palacios, Instituto Mexicano para la competitividad, “Nota técnica del Tren Maya”, México.

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