Duelo – Sebas G

Me desperté siendo niño y el mundo me parecía un lugar extraño, las personas me resultaban completamente distintas a como las había visto, su forma de caminar, de vestir, de hablar. Todo me parecía tan minuciosamente diseñado que me nació un deseo de dibujar uno por uno cada detalle, de capturarlos para siempre en un pedazo de papel. Al ser niño obviamente todo se veía más grande de lo normal, en ese estado decidí mirarme al espejo, busque un local donde poder utilizar el baño. Termine entrando a un restaurante de buen ambiente, las personas sonreían, se les notaba en sus rostros que estaban celebrando algo, sus ojos apuntaban directamente a la puerta de la cocina, las carcajadas resonaron en la habitación y un señor salió directamente a la tarima que estaba a un costado del local, su voz llego directamente a mi pecho, el tipo me señalo y las personas se abalanzaron sobre mí, me tapaban los ojos, la boca, la nariz. Querían reunirme con alguien, era ella, la muerte me estaba esperando, mis sentimientos le impedían conectar conmigo y el único medio que encontró fue a través de los sueños, pero no quería eso para mí, no de ese modo; mencione su nombre repetidas veces, ¡M! gritaba, pero lo único que causaba era las carcajadas de la gente queriéndome ahogar. Volví a gritar y sentí como algo en mi interior iba desapareciendo y en su reemplazo salía una pequeña niña desde el fondo, su cabeza iluminada, sus cabellos negros largos hasta la espalda, mientras salía se dio la vuelta para verme el rostro y me saludo con una sonrisa.

Me desperté en mi habitación, totalmente agitado, con dolor de garganta, lleno todo de sudor y con ardor en los ojos. Fui directamente al baño y me enjuague la cara, me lave los dientes, tome un vaso con agua y me acosté encima de las cobijas; no quería mirar el reloj, presentía que al mirarlo algo podría ocurrir, el sueño me había dejado perturbado, mis sentidos estaban en alerta, podía sentir a las personas dormir plácidamente en sus recamaras, a las aves colgando en los cables de luz. Mire a través de la ventana una luna totalmente completa, apague las luces y la suya se filtró iluminando directamente a una foto que me había tomado hace poco con M, me reincorpore, agarre la foto y me quede mirándola hasta el amanecer.