Quito, un mes cualquiera.

Para: El verdugo de mi vida.

De: Una mujer liberada.

La verdad no tengo una idea razonable de por dónde comenzar, creo que en este momento me encuentro perdida con mis emociones en un laberinto de medicamentos que parece no tener salida alguna, quizás deba comenzar diciendo lo que fuiste para mi…

Recuerdo tu mirada tan llena de vida en medio de ese parque, me dije al menos 3 veces que eras un hombre muy guapo, llevabas jean, tenis y una camisa azul que resaltaba hermosamente el color de tus ojos, no puedo hablar de tu sonrisa, era ÚNICA.

Fuiste el príncipe que cualquier mujer desearía conocer, ese que solía imaginar desde niña luego de escuchar esos cuentos de hadas, mi héroe, mi amigo y compañero, fuiste el motivo por el cual tuve valor para enfrentarme a la rutina y salir de casa, enfrentarme al mundo, abrir mi corazón y finalmente enamorarme.

Es triste para mi recordar que todo duró tan poco, que con rapidez pasaste de principe a bestia, de seguridad a maltrato, de héroe a verdugo, tu desconfianza te arrastro a un mundo de alcohol, drogas y perdición, olvidaste por completo que yo era una reina en tu mundo y sin mayor temblor me arrancaste toda la ilusión…Te amaba, te adoraba con tanta fuerza que los golpes no dolían.

Ocurrió lo que se puede llamar normal en un matrimonio, llegó una nueva vida, un angelito que llevaba tus ojos, ese azul intenso, ese azul que te hace querer perderte en el mar, pero no importaba, su presencia no era un calmante, al contrario, parecía ser todo un cóctel explosivo en tu actitud; ya tus golpes comenzaban a generarme dolor, miedo, incertidumbre, temía a diario por la vida de mi pequeño…

¿Porqué? – una jodida pregunta que me hacía a diario, yo no lo merecía.

Ya no aguanto, así que hoy tomo la decision de alejarme de ti o mejor dicho «te alejo de mi vida y de la de él», me llenó de valor para hacer lo que hago.

Con mi alma golpeada por ti, con mis manos manchadas de sangre y con mi mente ocupada por su llanto y mi decisión… te…te alejo definitivamente de nosotros.

Yo he perdido esta noche mi libertad terrenal, pero gane la espiritual, perderé grandes momentos con mi angelito, pero me voy con la seguridad de que lo dejo en buenas manos y de que estaremos en lugares diferentes.

PD: Que Dios se apiade de mi alma y que el infierno haga con tu alma todo un festín.

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