Culminando etapas

Ahí te veo venir, con el paso firme, con la mirada alta.

Observo un par de caritas sonrojadas que voltean a tu paso,
sonrientes entre murmullos secretos.

Atrás quedo el repiqueteo apurado
por atrapar mis piernas,
como pedido suplicante por no volver a separarnos.

Te oigo venir,
y me sorprendes por la espalda tomándome de los hombros,
tu voz suena fuerte, tus manos pesadas, tus palabras claras…

Atrás quedaron mis rodillas quebradas por atarte los cordones,
mi cintura batallada cuando tirabas tus brazos para alcanzar los míos
en súplica de llagar tu cabecita hasta mis hombros.

Hoy tu mirada se posa sobre la mía casi a la misma altura,
tus brazos rodean mi cuello sin esfuerzo alguno.
Y ahí estas, solo mírate…

El tiempo ha hecho lo suyo
sin pedir permiso, sin consultar siquiera.
Te observo crecer tan rápidamente casi sin darme cuenta.

Y aun sin verte,
Mi mente, mi cuerpo, mis manos, mis palabras, mis emociones
Me recuerdan constantemente como las has transformado.

Has moldeado mi vida abriendo caminos impensados,
Me has transformado en un nuevo yo
Que jamás hubiera imaginado.

Sin querer me has regalado un libro lleno de hojas en blanco,
hojas que silenciosamente se fueron llenando.
Se que he escrito capítulos enteros que te han formado,
con aciertos, con errores, con dudas, con tropiezos,
con rizas lágrimas y aventuras.
Capítulos que por sobre todo eso, solo intentaban darte
AMOR, RESPETO, VALORES…

Sospecho que ya son pocas las hojas que solo llevan mi nombre,
y será el tuyo el que empiece a sonar cada vez más fuerte
y será tu puño, tu voz quienes la llenen.

Solo espero haberte dado las herramientas necesarias,
aquellas que he ido y seguiré recolectando sin prisa y sin pausa.
AMOR por sobre todas las cosas.
RESPETO hacia la vida misma.
VALORES que engrandecen el ALMA.