Desde que era una pequeñuela crecí creyendo que ser feliz era ser fuerte ante toda tempestad pero la verdad era que eso solo me cubría mi real fragilidad. Crecí en un hogar donde mi memoria lo que mayormente guarda es una madre constantemente en estado de ebriedad y un padre que aunque fuera el hombre mas trabajador de este mundo al caer el sol de cada tarde se convertía en lo peor. Una persona agresiva, un hogar donde lo que mayormente predominaba era la violencia domestica diaria. Ver cada despertar a mi madre con la colección de sus lentes y buscar cual luciría para ocultar los golpes reflejados en su rostro producto de la ira y enojo de mi padre. Mientras tanto yo siendo la mayor de tres hermanos que eramos; me tocaba la mejor parte de todas ser fuerte para mi mamá, para mis hermanos y la ayuda en las responasabilidades de la casa para con mi papa ante todo lo que pasaba. Recordar cada atardecer una de las primeras responsabilidades recibidas sin ser asignada buscar como guardar todo objeto punzante para que al momento que llegara la lluvia de golpes y gritos mientras mis hermanos se escondían bajo una mesa a llorar todo lo que sucedía, mi parte era haber guardado bien todo lo que podía permitir una tragedia mas grande.
Crecí y llegó el gran día deseado en el que todo eso se terminaría y al fin fuéramos libres. En efecto la libertad llego para algunos pero las cadenas nos tomaron a otros. Aunque ni un solo instante de eso me sentí con un peso; era feliz porque era fuerte y cuidaba de la estabilidad económica de mis hermanos y la emocional de mi madre con su problema de alcoholismo. Mi padre un hombre un poco gruñón pero al final terminaba cediendo y por lo menos el alimento, calzado, vestido y educación nunca nos falto.
Mi guardado de alegría se vaciaba cada 15 días cuando no deseaba que llegara el instante en el que tenía que escuchar la quejadera y quejadera de mi padre por darnos el dinero del sostén, donde muchas veces venía en un taxi o autobús de camino a casa con mis ojos llenos de lagrimas pero mi guardado de alegría se volvía a llenar cuando antes de llegar a casa limpiaba mis lagrimas para ver a mis hermanos felices porque tocaba quincena y nos tocaba ir a comprar las cosas al super y ese día comíamos algo rico. Me sentía ficticiamente feliz y fuerte. Crecimos pero aunque todos siempre decían de mí y admiraban mas de mi lo fuerte que era, no sabían que realmente mi felicidad era como un algodón de azúcar porque lo único que siempre había deseado era tener una familia un papá y una mamá que me dijeran: no hagas eso porque no te va ir bien. Es donde llega el momento por trabajar en una aprobación por ambas partes tanto de mi padre como de mi madre deseando recibir un poquito de lo que tanto anhele desde que era una pequeñuela. Lo cual fue un grave error porque eso lo único que hizo fue alimentar un sentimiento irreal donde escuchar las groserías de mi mamá por estar ebria era un dolor al que le había tomado sentimiento de apropiación. Mi padre con su despectivo y minimizante tono hacia mis hermanos y yo en todo aspecto donde mientras mas nos esforzábamos por agradarlo y que él se sintiera orgulloso de nosotros era como perseguir un imposible ya que nada era suficiente para mi padre.
El proceso de crecimiento obligatorio personal siguió y vino una de las aventuras de mayor aprendizaje en mi vida. En búsqueda de una felicidad deseando tener eso que tanto no tuve. Me caso y caigo a cometer el mismo error donde con el avanzar de los años siento que eso seria para siempre y me convierto en alguien capaz de soportar lo que sea con tal de no perder lo mas cercano a familia que había tenido donde creía que era real pero realmente nunca lo fue.
Mi vida continua y con ella conozco los 2 amores mas grandes de mi vida, mis hijos. Llega un punto de quiebre final donde en una noche decido tirar todo lo que fingía ser; para volver a nacer y ser quien yo realmente era. Decido sufrir para dejar de sufrir y cortar todo por lo que luchaba tratando de alimentar algo irreal. El proceso no fue fácil pero el resultado de ese proceso hace que cada parte del mismo valiera la pena.
Cuantas veces estamos construyendo sueños o deseos sobre la arena a la orilla de una playa y sentimos que por mas que lo intentamos no dejamos de fracasar sera porque lo que estamos construyendo por mas que lo veamos que no es posible estamos ciegos a la realidad. Nuestra felicidad no esta en el apego de una cosa, de una persona, de un lugar, de una estabilidad económica, de una aprobación porque los demás nos admiren, de un conocimiento sobre cargado, un titulo universitario, un apellido, un concepto cuadrado de familia, el trabajo perfecto, los amigos perfectos o simplemente el desear algo que no podemos tener tal vez ese algo no es lo mejor para nosotros.
El pasado vive en mi memoria y aunque no puedo borrar lo que viví si puedo cerrar ese ciclo e iniciar uno nuevo. Volver a nacer, verme con otros ojos, cambiarme el chip. Comenzar a disfrutar mi sello de fabrica, enamorarme de mi misma. Soltando mis temores y ver que si la tormenta se acerca sacar mi paraguas y disfrutar un paseo bajo la lluvia porque seguramente sabre como resolverlo.
Vive para ti, por ti..
Realiza y disfruta lo que te haga feliz mientras que tus actos no hagan daño a nadie es tu vida te pertenece a ti y a nadie mas. Deja atrás todo y envíales un saludo a tus felicidades ficticias.
OPINIONES Y COMENTARIOS