Simona
(para leer cuando seas mayor)
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Si llegás a querer convivir con alguien, antes mirá cómo se comporta en un avión. Es importante querida, que lo observes todo el vuelo. Como se sienta, si coloniza el apoya brazos, como guarda el bolso y los abrigos en el guarda equipaje, cuantas veces va al baño. Es útil saber si bebe alcohol, si duerme todo el viaje. Si duerme todo el viaje, se te va a dormir toda la vida, con o sin clonazepam. El aliento, sentí su aliento. Fijate si se saca las zapatillas o los zapatos y camina en medias hasta el baño. Prestá atención en cada detalle, en como reacciona a los idiomas si es un vuelo internacional, echále un vistazo a su vestimenta. Si se puso un jogging o bermudas andate a vivir a otro país. Al avión como al médico se lo visita con una mínima elegancia. Mínima.
Si para llegar a sus asientos tuvieron que atravesar el área de 1era clase, no pierdas de vista sus ojos. Ingresá en su mirada. Ahí vas a descubrir su bondad, su ambición y otras miserias. Si van en 1era clase, disfrutálo, querida, disfrutálo.
Cuando haya turbulencia, digo, si llegara a haber turbulencia fijáte como reacciona, que hace con las manos o si traga saliva. Fijate si te mira, si busca tu compañía o acepta la tuya. En la turbulencia está la vida. En esos gestos te revelará su diario mas íntimo.
Fijáte si molesta al de adelante apoyando la mano sobre su respaldo para levantarse o para acomodarse, fijáte si busca el eye contact con las azafatas o los comandantes de a bordo para entender el presente. Si juega con la lucecita o con el aire o si oprime el botón rojo para pedir una molestia como saber -a qué altura volamos o si por algún motivo están descendiendo. Sentilo respirar y escuchá si hay cambio de pulso cuando sacan las ruedas o si atraviesan una tormenta. Fijáte que lee o fijáte si lee realmente.
Sin duda la comida es la clave. Usualmente hay dos opciones: carne o pasta. Fijate si duda. Mirá como destraba la bandeja y si molesta al de adelante. fijáte si endereza el asiento para comer o si lo deja reclinado. Estate atenta a si pide el café cuando todavía están sirviendo la comida o si empieza por el postre.
No te olvides de mirar si apaga los aparatos electrónicos cuando así lo piden o si se queda boludeando.
Si está sentado del lado de la ventana prestá atención si mira por la ventana o si la cierra. Estate atenta a si busca conversación con anzuelos como: adonde vais? etc. Si eligió el pasillo mirá como acomoda las piernas, si es de los que entorpecen el carrito.
Observá si lee las instrucciones, si prestó atención a la coreografía de la azafata en caso de emergencias o si es de los que ya no creen que haga falta saber el baile. Fijáte si lee la revista del freeshop, si lo hace rápido o si se babea con cada producto lentamente.
Y al final de todo cuando el avión ya esté en tierra, observá si es de los primeros en desabrocharse el cinturón y abrir el maletero. Y por último, preguntále, querida, si prefiere el despegue o el aterrizaje. preguntále si alguna vez robó la mantita o los cubiertos de alguna aerolínea o si pidió conocer la cabina de mando. Si conoció la cabina de mando, cuidado.
Fijáte como se lleva con la inercia.
Si se prendió en el aplauso al aterrizar no lo veas nunca más. El piloto no es un artista, está haciendo su trabajo.
Te recuerdo que la convivencia puede ser tan antinatural como estar suspendido por los cielos en un cilindro de fierro.
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