Él la volvió canción

y hasta en sus letras le hacia el amor.

Ella amaba perderse

en tan inefable partitura,

volaba, sentía, soñaba…

Quien sabe en qué compás

las barras se volvieron púas.

Y así…

mientras él la volvía musa,

su amor cantaba delirios,

y mientras ella bailaba su melodía

de alguna forma sangraba

su corazón…

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