El tiempo enseña las cosas que son falsas y verdaderas. Tiene el poder para curar, olvidar y a la vez dejar un rastro imborrable.
El tiempo tiene rostros, voces, silencios. Tiene la facilidad de ser amigo y tirano a la vez. ¿Cómo saber cuándo es el tiempo correcto, cómo saberlo? Decisiones, sucesos y accidentes… todo incluye el tiempo.
Quisiera ganarme su amistad, sabría lo que piensa, lo que planea hacer. Estaría en su círculo de confianza y sabría lo que iría a pasar; disfrutaría de las flores, los ríos y me detendría todo lo que yo quisiera a mirar la vida. Pero no es así, el tiempo se va agotando y nos consume paulatinamente. ¿Dónde está el niño que fui, dónde quedaron mis mascotas de niño? ¿Dónde está mamá a la que lloraba cuando necesitaba ser amamantado?
Tiempo, amigo que me ha mostrado la verdad y me ha enseñado tantas cosas. Tiempo tirano, que pasas dejando marcas, y muchas veces, no me das otra oportunidad.
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