Hace poco regrese al lugar donde pase parte de mi infancia.
No existía nada en pie de lo que recordaba. No había casas, iglesia, escuelas, cine, canchas deportivas… por no haber no se veía ni tramos de carretera ni calles.
Situándome podía adivinar más o menos donde estaba cada cosa.
Verdaderamente la nostalgia inundo mi interior y vinieron a mí los más remotos recuerdos. Muchos hermosos y otro no tanto, por no decir los peores de mi vida. Mira le decía a quien me acompañaba, aquí estaba mi casa y ahí la escuela y mas allá detrás de aquellos arbustos la piscina. Todo era recuerdos. Cada lugar me traía recuerdos muy lejanos pero inolvidables.
Aquí había un montículo de tierra y alrededor siempre había alguna basura, le comentaba a mi acompañante. Cierta tarde ya oscurecido y dado que en aquellos tiempos todos los juegos de los niños eran en las calles y la mayoría eran imitar películas o cosas cotidianas y dado el lugar donde vivíamos que estaba rodeado de monte sin más civilización en kilómetros que los habitantes de aquel poblado, los juegos a veces eran calcando la realidad. Así le comente como esa tarde un grupo de muchachos estábamos jugando a tomar fortalezas, unos defendíamos encima del montículo y otros tratábamos de conquistarlo. Tanta verdad le dábamos a los juegos que en esta ocasión, armados con espadas de madera, hechas por nosotros mismos y aprovechando que entre la basura que depositada en los alrededores había botellas de plástico, con palos y esas botellas confeccionábamos antorchas. Uno de los chiquillos agito una de un lado a otro y al estar ardiendo trozos de plástico ardiendo se incrustaron en mi cara y frente. Tuve los trozos de plástico ardiendo algunos segundos en mi cara. Gracias a remedios caseros del médico de muy avanzada edad que había en un pueblo de los alrededores no quedo ni una marca.
También jugábamos a los médicos y a los papas y mamas, estoy hoy no se le puede contar a nadie porque no se lo creen o nos tacharían de todo, pues como ya dije antes era todo con una veracidad increíble. Los juegos de esta faceta se ajustaban mucho a la vida real. Ahí lo dejo puesto que entrar en detalles seria dañino para algunas mentes.
Recuerdas amistades y persona que jamás volviste a ver y las cuales formaron parte muy activa en aquellos momentos de tu vida.
Los momentos más hermosos con mis padres también fueron en esa época, pues se frustraron con la enfermedad y muerte de mi padre, al cual adoraba.
Tuve que sufrir y vivir su enfermedad con tan solo diez años. Tuve que soportar momentos duros como ver como mi padre llenaba barreños de sangre con sus vómitos mientras llegaba la ambulancia para su traslado al hospital. El maldito cáncer nos lo estaba arrebatando a pasos agigantados.
Seguí caminando por entre escobas y arbustos tratando de recordar anécdotas y contándoselas a mi acompañante. Hubo recuerdos de toda índole y esa tarde reviví parte de mi existencia, y parte de mí. Muchas de aquellas vivencias marcaron mi vida, mas para bien que para mal y me ayudaron a ser una persona con carácter y bondad, respetando los valores de las personas.
Tito h.
OPINIONES Y COMENTARIOS