Blanda lluvia que empaña tus ojos al ver el sol,
ni la más mínima idea pueda congelarte el alma.
Que las palabras del viento no impidan volar,
ni evitar a fin de ver lo más bello y sublime.
Cuánta facilidad para encontrar lo más oscuro.
Lo más fácil para mirar y criticar al filo,
encontrar lo más frágil, la debilidad del ser.
Y si te dijese, cuán simples y humanos somos.
¡Hombre! ¿Qué ha sucedido con tu evolución?
Que ya has matada cuantas veces tu corazón,
tu fumífero corazón, oculto en lo más profundo.
¿Qué ha sucedido con la mirada profunda?
Necios, que sólo hemos sabido yacer al abismo.
Que con nuestra estirpe hemos saltado al vacío.
Que hemos caído en la tentación y añoramos,
¿Nuestro pasado? ¿Nuestra esperanza?
Blanda lluvia que empaña tus ojos al ver el sol,
ni la más mínima idea pueda congelarte el alma.
Que las palabras del viento no impidan volar,
ni evitar a fin de ver lo más bello y sublime.
Vuelve al charco, limpia tu sed de vestigios;
sopla el último polvo de tus pasiones, hombre.
Vuelve a ti, a lo más recóndito, sublime, hombre.
Que un sueño se desvanece en la escarcha juvenil.
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