Así como para los que escribimos existe ese momento terrible llamado el síndrome de la hoja en blanco, donde nada se nos ocurre y las musas se han tomado vacaciones, también existe ese otro momento mágico cuando las ideas fluyen como un río y desbordan sobre el papel o la pantalla.
Cuando esto pasa y leemos el manuscrito (aunque ya casi nadie escribe a mano, y se lo sigue llamando así por costumbre), de repente sentimos que no queda nada más para agregar o quitar.
Esa sensación de que agregar cosas, nos llevará a querer quitar otras, de recortar la grasa y no podremos quitar ni una sola palabra sin dejar huecos en la mente del lector.
Es ese momento cuando nos sentimos más seguros de nosotros mismos, cuando lo que leemos tiene una musicalidad y un ritmo que es perfecto.
Ese es el momento en el que no vemos la hora de publicar y compartir ese hijo recién parido que es nuestro texto, sea este un artículo, un ensayo o un libro.
Lo mismo ocurre en los procesos de innovación.
El tema aquí es que, de no aparecer ese momento mágico, de sufrir el síndrome de la hoja en blanco, ese pánico a empezar algo, esa parálisis psicológica inherente al principio del proceso creativo que se llama así porque todo proceso creativo comienza con la nada …
Seguir leyendo en
https://www.riskout-intl.com/post/la-hoja-en-blanco-y-los-caminos-para-dibujar-en-ella
OPINIONES Y COMENTARIOS