No me vengas con piropos,
con bombones ni rosas;
mucho menos, con serenatas nocturnas.
No me vengas con balcones,
con estrofas ni riñas de honor;
mucho menos, con Julietas y Romeos.
No me vengas con argollas,
con sufragios ni ceremonias;
mucho menos, con Nerudas.
Vente mejor con tus mañas,
tus rarezas,
tus trastornos,
tus cráteres,
tus eufemismos,
tus dedos torcidos,
tus párpados caídos
y tus desmelenadas.
Yo quiero que vengas.
!Sólo eso sí, te pido¡
Ven tal y como eres,
sin bisturíes ni utopías.
OPINIONES Y COMENTARIOS