Sentimientos Encontrados: Capitulo I
Era un jueves de tarde aburrida, me encontraba pensando sobre mi autor a exponer, Albert Camus. Este novelista había hecho una obra llamada ´´ La Peste´´ la cual tenía que elaborar un trabajo, un gran y laborioso trabajo.
Bueno después de un suspiro recordé que era el último informe que presentaría en mi escuela, que ya a la cual no regresaría jamás, pronto llegaría la prepa y luego la universidad, aunque tenía definido lo que quería estudiar me embargaba el miedo el no poder lograr mi amado sueño.
De repente se acercó mi amigo Jerson, que sin haberlo notado me había observado toda la clase de comunicación y con un tono irónico me dijo: ella ya tiene novio supéralo, no pienso en eso tonto –respondí riéndome – es solo que me asusta el futuro, y Jerson, como para animarme, me dijo- te asusta el futuro o el quedarte solo.
Yo atiné a verlo con una cara de suegro, tal vez porque también era cierto, y él dijo bueno si uno no arriesga no gana ¿verdad? Además tu sabes será fácil que ingreses. Terminaba la clase de comunicación y llegaba el recreo. Bueno me iré a lavarme la cara – pensé, de repente me vino a haber mi amiga del salón . Katherine-exclamé-que te trae por aquí, ella era una joven alta, morena y de pelo liso, aunque nunca lo vi con otros ojos podría decir que es hermosa.
He venido a estudiar sobre los temas del próximo examen de inglés, me dijo. Yo con un tono sarcástico le dije- sino es por eso no me vienes a ver, verdad. Ella me abrazó y me hizo sentir un poco raro, ustedes entienden.
Luego que le expliqué , me puse a jugar casino en el aula con Noé, Kevin y Solís. Cuando termino el receso, nos tocó la hora de inglés. Y continuo luego así religión hasta que salimos del colegio.
Como siempre salí a toda velocidad ya que a las ocho tenía que ir a una academia, pero ese día, ese desquiciado y al mismo tiempo maravilloso me encontré a alguien, alguien que había marcado mi vida. Ola Dreamer me dijo, Erika -respondí sorprendido.
Ilusiones: Cap.II
Era el mes de enero, del 2014. Me encontraba con mis padres en la ciudad de Moyobamba, me iba a cambiar de colegio y me estaba nivelando ahí, en el famoso y conocido Serafín Filomeno.
Allí conocí a gente maravillosa, a mis hermanos de otra madre, por decirlo así, Henry y Daniel, y también donde abundan los buenos recuerdos nunca estan de mas los malos, es allí cuando me enamoré por primera vez de una joven de 15 años, una joven de preciosos ojos, de piel morena y esbelto cuerpo, la chica de mis sueños. Erika, aquella hermosa señorita que destruyó los frágiles e inmensos sentimientos de un joven el cual estaba aprendiendo a amar por primera vez.
Cuando la ví por primera vez, me hice un sinfín de ilusiones con ella, es donde aprendí que estar solo a veces es la mejor opción. Estábamos en el mismo salón ella pasaba a 4to de secundaria y yo a 3er año, recuerdo que el profesor me pidió recitar un poema del famoso Federico Barreto y yo mirando fijamente a Erika y con el corazón en la garganta se la dedique a ella:
Con candoroso embeleso
y rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga… ¿Qué es un beso?
Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.
Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.
Un beso es…no seas loca…
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!
Al terminar me llegaron los aplausos, pero lo único que desea era ver era aquella sonrisa, la cual se desea con ansias pero nunca pude alcanzar. Luego en la hora de partir a nuestras casas, me dirigí a ella y le dije- te gusto mi poema, moviendo la cabeza dijo que sí. Era para ti-le respondí tembloroso. Ella con una sonrisa, me respondió- es muy dulce de tu parte, pero jamás me gustaría estar con un niño. Sentí que me crucificaron, me descuartizaron, pero solo era el dolor que mi corazón sentía. Ha, bueno solo bromeo, respondí mintiendo- eso le dedique a mi enamorada en Jaén. A es muy bonito, ella debió amarlo cuando se lo dedicaste, como se llamaba, dijo. Se llamaba…..he…Luisa, si se llamaba Luisa- había agregado la letra´´a´´ al nombre del profesor de aritmética del colegio, me sentí terrible.
Mentiras Viejas: Capítulo III
Erika, respondí- que haces aquí, cuanto tiempo. Sí verdad, respondió, es muy bonito tu colegio, es tal como me contaste; solo viene de paseo por aquí a ver a mi amigo el poeta y que tal Luisa. Tembló mi cuerpo al recordar aquella triste escena de mi vida, termine con ella yace mucho tiempo- respondí riéndome. Bueno ya me tengo que ir- seguí hablando- tengo academia, ya te vas- ella me dijo, bueno es un gusto volverte a ver-continuo.
Yo salí corriendo como si no hubiera mañana; fui a casa, me bañe, comí y salí a mí ya antes mencionada academia.
En el camino encontré a un señor en silla de ruedas que no podía cruzar la calle, le ayude y este me dijo gracias hijo-sonriendo-te esperan grandes cosas.
En el camino a la academia, distraído y pensando en lo que me dijo el señor, recuerdo que resbalé y caí. Una hermosa melodiosa voz oía que me llamaba mientras me desmayaba y vi el rostro de una mujer que hacia lo posible por ayudarme, Karen respondí, ella sonrió, al parecer era su nombre.
El Olvido: Capítulo IV
Son 3 meses en el hospital, estoy aburrido aquí no recuerdo muy bien quien soy, creo que mi nombre es Dreamer, no se creó que era famoso porque hay tantas personas viéndome-dije. Todos se pusieron a llorar, dije algo malo-respondí.
Descansa me dijo mi mamá, aunque no lo recuerdo que fuera, algo muy dentro de mí me dice que sí. Cada día me siento mejor, pero aún no recuerdo casi nada no sé quién era, ni quien fui y aun no sé quién soy
Ya ha pasado un mes, es noviembre y aun mis compañeros me miran de forma extraña, se acerca la promoción y aun me siento raro. Jerson un buen tipo y mi compañero de clase, me dijo que sufrí un accidente y que yo era un gran compañero y su amigo, no le creo, pues si fuera mi mejor amigo no me hubiese olvidado de él en primer lugar, pero sus chistes me causan mucha gracia. En recreo casi siempre viene a verme una joven, pero cuando le quiero hablar se va, ella es de piel morena y pelo lacio, me dijeron que se llama Katherine Montenegro, creo que es linda. Pero me gusta más una chica de una academia en la que asisto, se llama Karen, aparte de ser quien me encontró y me auxilio cuando sufrí el accidente; bueno es lo que me contaron, es muy inteligente y hermosa. Pero al momento de declararle mis sentimientos, el miedo me invade y no lo hago, como si supiera que voy a fracasar.
Me siento raro aveces, como que si algo no recordara, no sé si es algo que paso antes del accidente o tan solo mi imaginación.
Dejando mi yo en las palabras: Capítulo V
Ya estamos a 2 días de salir del colegio, y mi mamá me dijo que tenía que entregar un trabajo al profesor de comunicación sobre un tal Albert Camus. Me dijo que lo tenía hecho desde antes del accidente. No lo leí, porque ya iba llegar tarde a clases.
Ya estando en clases el profesor de comunicación, el Sr. Galvarino, me llamó y me dijo, Dreamer, has hecho tu trabajo de literatura, yo-tembloroso respondí-si profesor.
Él me invito a pasar al frente y me dijo lee tu composición, yo- nervioso y tomando aire, dije- “….Era un jueves de tarde aburrida, me encontraba pensando sobre mi autor a exponer…….- y sentí como poco a poco regresaban a mi mis recuerdos, todos recordé a Erika, a Henry y Daniel, a Montenegro, a Jerson, a mis amigos, a mi familia y entre lágrimas terminé de leer, y dije -……………..
El Final: Capítulo VI
Hoy es un día que no me parece nada aburrido y que no quiero que acabé, quiero que duré por siempre y estoy seguro que si lo hará, porque está escrita en esta composición donde dejó mis recuerdos, dejó todo lo que soy, dejó mi yo y ningún accidente me hará olvidar y aun después que me vaya yo seguiré viviendo aquí en mis palabras que están en esta composición”. Todos se levantaron y llovieron los aplausos, gran trabajo Dreamer-sonriendo-me dijo el profesor.
Al terminar las clases fui a ver a Montenegro y la encontré sentada en los escalones de mi colegio, y yo diciéndole, hola fea ya volví; ella corrió a mí y me abrazó, te extrañe, – dijo – y me besó.
Manuel Orlando Zamata Sánchez
(Etnamel)
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