Quiero que te duermas, ya es muy tarde…
Quizás pasen los años y aún no sea capaz de superarte, no hay alguna fecha en específico por el motivo de mi escritura. $100 pesos fueron los culpables de que hoy esté aquí, me encontraba en busca de mi credencial, mi madre fue a mí auxilio, típico escenario. A lo que salió la pregunta de si ya había agarrado el dinero que tenía en mi carpeta. Yo no sabía de la existencia de dichoso dinero, hasta que al verlos en el protector de hojas recordé que dicha cantidad fue la sobrante de aquella vez que fuí a verte… Me siento nostálgico, todos mis sentimientos reposaban sobre una laguna, pero al venir a mi mente todos los hechos que pasaron ese día me he entristecido, provocando que un caudal de recuerdos provenientes de dicha laguna se hayan vuelto un río violento y turbio desbordando en lágrimas que recorren mi rostro.
Sueño que pierdo el tiempo en la cama durmiendo, durmiendo, durmiendo.
No es un capítulo más de una historia que relata el cariño, respeto y admiración de dos individuos que hoy juegan en un coqueto vaivén de querer volver hablarse sin ser el tiempo o realmente ser necesario. Tampoco la precuela de cómo llegaron a sentir esa estima mutua e íntima, como la confianza era inigualable. Te estoy escribiendo sin planearlo, sin haberlo agendado previamente. La siguiente exposición de mis pensamientos no forma parte de mis escritos, es una pedrada que quebrara una venta hacia mi persona.
Disculpa por no haberte deseado felices fiestas, sinceramente no me nació hacerlo y no fue algo que solo pasó contigo. Perdona que no te busque con frecuencia, extraño mucho atraer te al candor que provocaban mis palabras. Sé que este no hace falta, imagino que amor es de lo que menos careces y espero que así sea. No elevo más alabanzas hacia tu persona comparando tu imágen con la de una deidad, pero no quiere decir que haya dejado ser tu devoto. Aunque diga que no es el momento de volver hablarnos, es más una negación a gritar que extraño las pláticas que solíamos sostener hace mucho tiempo. Si, también soy consciente de que existe la posibilidad de ser el ingenuo que espera una «reconciliación» entre nosotros, cuando desconozco si quisieras volver a hablarme. Es curioso, todos me siguen preguntando por ti cómo si no hubiese pasado nada, siendo que muchos conócen mi tragedia, ya no recibo ánimos ni nada parecido, más y más personas en contra de ti me he encontrado. Aún si no me dejo influenciar por las críticas y consejos de mis cercanos, es muy difícil ya para mí transmitir una empatía de mis sentimientos que tengo por ti, de porque a pesar de que tan rápido me cambias o me trates. Sigo pendiente a tus palabras, quizás deje de creer en la honestidad de ellas, pero nunca he dejado de estar a su espera. Comprendo perfectamente la necesidad de tener a alguien, pero mi rotunda soledad tampoco me a asentado mal. Al final no a pasado nada más que no me esperase.
Mentiría si digo que te he dejado de adorar, hasta de pensar. Claro, trato de reprimir mis pensamientos sobre ti. Como si estar en mi mente fuese el acto más mundano y soez que pueda cometer. Estoy pendiente de tus palabras aunque no te pida una respuesta, aunque no te pida nada. Porque me animan, porque me hacen brevemente feliz y también triste. Porque a pesar de todo lo que pasó, el ver que no quieres alejar mis memorias me hacen ver que sigo siendo aquel que lo merece.
Sueño el triunfo de alguien que lo merece, alguien que lo merece.
OPINIONES Y COMENTARIOS