Si un par de meses atrás me hubieran peguntado si estaría dispuesta a serla amante de un hombre casado, habría contestado con toda certeza que no, pero eso fue antes de conocerlo a él, porque mi primera respuesta es la teoría no la práctica y hay un abismo de diferencia entre una y otra.
No pude evitarlo, (no es justificación), es un hecho. Lo que pasa (aunque también suene a justificación), es que me enamore, quien haya tenido la oportunidad de conocer la sensación de un flechazo sabrá con certeza de lo que estoy hablando, y a que este no es un enamoramiento que se da con el tiempo después de conocer una persona, este es uno de esos enamoramientos en los que caes sin motivo, sin raciocinio, caes porque estaba escrito, por destino, por fuerzas sobrenaturales, porque Dios quiere jugar un poco contigo. Supongo que en apego a todos los artículos en el tema, yo soy una persona carente de fuerza de voluntad, de amor y respeto propio, de autoestima baja, una persona con miedo al compromiso,tal vez simplemente y a secas soy una mala persona.
Ser la otra no es para estómagos débiles, ni para mujeres que no duden de la existencia del amor, ser la amante implica, ser perspicaz, paciente y no creer en el amor por mucho amor que estés sintiendo; ya que de no serlo, se puede morir en el intento, aunque tal vez de cualquier forma muera en el intento, porque las amantes nunca ganan, las amantes somos parias, somos intrusas, somos villanas enamoradas y las villanas no ganan.
Esto es una mirada a los dilemas morales que azotan mi cabeza desde hace tres meses, es mi cordura tirada por la ventana y todos los suspiros que la clandestinidad que me a arrebatado, para regocijo suyo y dolor mio; me convertir en la otra por accidente y no estoy segura de querer salir del pozo en el que me encuentro por más estúpido que eso sea…Pueden juzgarme todo lo que quieran, pueden ponerme el calificativo que gusten, debo decir para su horror que no me arrepiento, que no siento la culpa que debería sentir, que lo volvería a hacer y que no me importa ser la villana en esta historia, muchas veces en realidad ni siquiera me siento la mala del cuento; Jean Paul Sartre decía: “El infierno son los otros”[…], nunca lo había entendido tan claramente hasta hoy… lo siento y lo reafirmo cada que nos encontrábamos en una habitación con más personas y el tema de su estado de hombre comprometido vienen a colación, porque inmediatamente después de que lo menciona la gente dirige su mirada a mí y me hace sentirla peor de la zorras, o cuando mis amigas me dicen que solo juega conmigo porque “ a quien le dan pan que llore”.Háganlo júzguenme, merezco esas miradas, esos comentarios, esos insultos, merezco ese infierno, aunque dentro de ustedes saben que eso no los va hacer mejor persona que yo, pero al menos les va permitir engañarse un momento y puedan sentir que sus aburridas y miserables vida es mejor que la mía, tal vez tengan razón, así que disfruten.
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