En el proceso de transformación de niño a una persona socialmente aceptada, muchos no soportaremos ese tratamiento, lo más difícil creo que ha de ser la transmutación de nuestro corazón a hacia una simple e inerte roca. El desarrollo se siente como el de un vidrio que se ha de desquebrajar mediante una presión superior a su resistencia; Silenciosos estallidos, agónicos crujidos, desgarradores impactos internos son algunas de las situaciones a experimentar. Como resultado es factible que tengas comparación con una ventana, una rota, vieja y olvidada; así hemos de andar por un tiempo. Tan débil y carente de sentido que con tan solo una simple brisa de esta sociedad, será más que suficiente para que caigan nuestros últimos y polvorientos pedazos. Hasta que al fin y al cabo solo nos quede esperar nuestro tardío pero oportuno desmoronamiento.
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