Sorpresa mi amor

Sorpresa mi amor

Ahhotep

27/07/2019

La habitación huele distinto, mis ojos han sido cubiertos, pocos rayos de luz penetran la tela que los cubre, la música es leve y me seduce a caminar suavemente. El, se acerca por detrás, posa sus labios en mi cuello humedeciendo mi piel, poco a poco desata la seda susurrando a mis oídos ¡SORPRESA, MI AMOR!

Me hallo aquí, rodeada de pétalos de rosas rojas, velas encendidas, una cama en la que reposa “el postre” más desagradable, impropio, absurdo, ofensivo, insultante…., de piernas gruesas, anchas caderas, cabello negro y abundante entre liso con ondas en las puntas, ojos de color café y alargados, labios carnosos, pequeña, de una piel tan limpia, en la que pienso el acné jamás pretendería tener el derecho de llegar a ella, no es mucho mayor o menor que yo, tiene ínfulas de ser traviesa pero tiene la mirada más perdida que he visto. Ella, solo está aquí por el pago de brindar placer.

Lo miro a él, no digo nada, con la sonrisa camuflo lo que pienso, estoy molesta, me encantan las sorpresas pero esta es más de lo que podría haber imaginado, estoy indignada, que clase de mujer piensa él que soy, como se atreve a hacer semejante cosa, siento que toda mi escolástica me apunta con el dedo “No te atrevas, Dios te está observando”.

Estoy aquí de pie en el mismo punto en que han sido descubierto mis ojos, mantengo el silencio por dos o 3 minutos más, él habla y habla con orgullo de lo que ha preparado para mi; en ese momento comprendo que un hombre embriagado de la fantasía no lee las entrelíneas del ruidoso silencio de una mujer, hasta que ella lo diga de una vez por todas a la mayor precisión.

Recuerdo los adagios de mi tía abuela Matilde, quien poseía una sabiduría acumulada de las experiencias de recuperar a su esposo de los brazos de sus amantes, “a los hombres todo le entra por los ojos” y “el arte de ser mujer es hacerle creer al hombre que tiene el control”. Ahora, sería yo quien tenía que hacer algo al respecto, honestamente no lo estoy pensando mucho, sigo mi instinto… la veo a ella, aún tiene algo de ropa, sus senos están descubiertos; él, pide a la recepción una botella de vino, ella pide especialmente una bebida energética de las que “te dan alas” acostada en la cama y algo desprevenida, revisa su celular estando boca arriba y sus piernas cruzadas cantoneando suavemente sus pies; un instante de silencio entre los tres me lleva hacia a ella, me recuesto a su lado pero ella aún sigue en su teléfono e ignora mi aproximación, creo que está nerviosa ahora es ella quien debe pensar ¿qué hacer?, quito suavemente su celular de sus manos mientras la beso, la beso con más ganas, sus labios estan frios aún, son suaves y carnosos, me pongo a un lado de ella con mis muslos pegados a los de ella, piel con piel, sin dejar de besarla, mis manos sobre su cuello, sumerjo mi lengua en su boca, le cuesta un poco respirar, quito su sostén, sus senos son firmes de pezones grandes y de picos muy pequeños, son de color palido, los introduzco en mi boca uno a uno, los cojo con fuerza en mi mano, ella se quita su falda, se que ya es mía, sigo besando sus pechos, paso mi mano en su entrepierna, de inmediato introduzco mis dedos, ella solo responde a mis besos y abre más y más sus piernas, mueve suavemente sus caderas siguiendo el ritmo de mi mano, no paro de lamer sus tetas, su vagina esta poseída por mis manos, le hago duro como me lo ha pedido susurrando su voz entre tímida y ardiente, en tan solo unos minutos ella moja mi mano a chorros, sus gemidos son hilarantes, la he liberado…, busca mis labios, sube sus piernas sobre mi, está tratando de quitar mi ropa…, yo la detengo.

Mierda, esto me gusta, acabo de descubrir más de mis bajos instintos, me vibra la piel…. me pongo de pie a un lado de la cama, estoy sorprendida de mi misma, pero eso nadie tiene que saberlo en esta habitación, lo miro a él quién aún sigue masturbando su pene; no quiero ser malvada pero es así como tiene que hacerse, recupero lo que se supone debe ser “mi dignidad”y le digo: parece que obviamente me ha gustado seguir mis instintos, pero si deseas más de mi, de los dos y de esto, debes preguntarme si también yo decido hacerlo.

Nuestra bella compañía recibe su recompensa, quedamos solo él y yo sumergidos en un río de pasión desenfrenada de lujuria, pasan las horas y nos descubrimos en un nuevo y diferente mundo de excitaciones, un mundo lleno de multicompañía, y complicidad.

…. Feliz cumpleaños numero 20 mi Diosa, me dice él al oído. Yo ya lo amaba.

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