Amaneceres en calma
Dulces trinares al alba
El sonido de la brisa
Que acaricia donde pasa
Y va sumando de a poco
El silbar de algún alma
Que acompaña a los pájaros
En su sagrada tonada
También se brinda la lluvia
En armoniosa constancia
Su tintinear va de a poco
Armando toda una danza
Que al refugiarse debajo
Al corazón lo resguarda
Naturales instrumentos
Melifluos de esperanza
Lo son también los rasguidos
De la mano en la guitarra
Y la linda melodía
De la voz en una zamba
O el oír de las risas
De esas que salen del alma
Son sonidos que colman
Que endulzan toda jornada
Como el simple canto de un grillo
En dúo con una rana
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