Solo te vi llegar, cansada, sin ganas, resignada. Me he visto en la esquina de tu puerta tratando de darte a entender que el brillo en tus ojos decía otra cosa, haciendo el ridículo en mi intento de darte un beso y de cifrando los tatuajes que tenía a la vista (ahora los conozco todos). El paso de las cosas nos ha llevado al punto de dormir todas las noches en aquel colchón en el suelo que ahora tiene dos almohadas recostadas esperándonos. Sigue con lo que tengas qué, es importante para mi también, solo llega pronto. Agradezco la forma y lo bien que resulta, ahora estamos juntos con el camino casi parejo por delante y tratando de llegar lejos.
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