Hoy me pasó algo muy bonito, veníamos de camino de plaza San Martín a Real Plaza, en el camino encontramos a un tipo arrodillado frente a su bandeja de mazamorra morada, todas regadas(unos 20 aprox). Mi amiga y yo pasamos mirandolo, 6 metros más allá mientras nos preguntábamos, ella dijo, voy a darle alguito, vamos?, Ok, contesté. Camino de regreso nos seguíamos preguntando ¿Qué le habría pasado?, quedamos en preguntarle.

Al llegar, ella le pregunta, ¿Qué pasó?. Él levanta el rostro y dice, «se me ha caído mi mazamorra señorita» y se agacha triste, ella le alcanza una moneda y él se lo agradece.

Yo no pensaba darle porque estaba a las justas con el pasaje, pero podía arreglarmelas para llegar, después de todo, podría buscar un cajero y soluciono mi problema. Así que me quedé mirando su mazamorra todas tiradas, me dió tanta pena, pensé en cómo se ganaba la vida este joven(casi señor) y la perdida que significa que sus productos se hayan caído. Busqué en mi mochila y le alcanze un par de monedas, le dije, «tenga, no sé preocupe», como una forma de levantarle el ánimo y decirle que no importa lo que haya pasado, todo estará bien, mañana te irá mejor, porque, ¿quién no ha tenido un mal día?.

La gente miró nuestro gesto y hubo varias personas que se acercaron a darle más monedas, eso fué bastante bonito hasta podría decir, conmovedor.

En el camino venia pensando las personas podremos tener nuestras diferencias, pero en los momentos malos, ahí estamos para apoyarnos, creo que los peruanos tenemos ese lado humano y que bueno, que bonito se ve hacer gestos de esa naturaleza. Aveces pensamos que todo está perdido, pero la vida te da otra oportunidad para que no te detengas y entonces debes de seguir, seguir y seguir, la vida te premiará poniéndote personas bellas cuando menos te lo esperas, de quien menos te lo imaginas.

280519



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