Nube de algodón que la sostiene en el pupitre
Y brisa de menta en el pecho que bombea relajado
Sus manos soportan el peso de su cabeza
Qué reposa en blanco niebla, criando una sonrisa
Pero la esconde para sí
Culpable en su inocencia.
Aún en ausencia de ordenanzas y lecciones
Sus ojos se comprometen con el sujeto guía
Y de ella la excusa dilatada
Es cubrir la madura fasada para convencerse
De lo falsamente justo y moralmente acertado
Con la voz en mudo de la ética colectiva
Es correr un riesgo atómico
Elegir callar para sentir en silencio
El punzar tiempo tras tiempo
Advertida en subconciente
La señal que nace de una imagen
Y se define en la mente
Viaja por todo el templo en picada
Y hace explosión… ¡Oh! Implosiona
En las fibras pudendas de su plexo sacro
Brevemente en secciones repetidas
Se va y vuelve y jamás culmina
Qué no hable, que no mire
Que no oiga, que no observe
Qué no hagan sus mocasines un Zig Zag horizontal
Que no esparza su extraño espectro astral
De porte natural y años bien vividos
De complacencia plena en su noble faena
Qué electrifica zonas ocultas
Y magnetiza la conciencia
Mayo 2019
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