MUNDOS EN GUERRA

MUNDOS EN GUERRA

Jhimy20

22/05/2019

LOS GIROS DE LA VIDA

La vida gira de maneras inesperadas, a cada instante, eso suelo pensarlo después de que la propia vida me jugara esos giros instantáneos, cuando yo creía que todo estaba en orden, pero la sorpresa más grande paso aquel verano en mi casa de campo hace ya tres años donde la monotonía de mi vida quedo en un segundo plano.

Quizás sea pertinente decir que antes solía ser un chico común y corriente, aquel que iba en bus a su universidad, el joven estresado por trabajos y a veces preocupado por el que dirán de la gente; podría decir que muy común, después de todo, esta es nuestra realidad el correr de un sitio a otro con tal de cumplir con los deberes que se tienen. El viaje que tenia que hacer desde mi hogar hasta mi lugar de estudio era tan largo, que con música miraba al cielo o solo veía los paisajes pasar por aquellas ventanas del bus; observaba carros pasar y solo pensaba; todos tenemos carreras y un estrés diferente. Y es que en el correr de la ciudad nos encontramos muchas historias muchos giros en los cuales la alegría llega o la tristeza era la actriz principal de ese momento y lugar de una familia o de una persona, es gracias a esto que nuestra creencia en el destino es tan evidente, claro está para aquellos optimistas, por que otros suelen verlo como un castigo cuando atraviesan aquellos momentos malos, pero cuando pasan por un momento de alegría no quieren creer que les esté pasando algo tan bueno.

Después de las traiciones de amigos y decepciones en el amor, solo podía mirar al cielo y preguntarme, ¿Qué es la vida?, ¿tenemos un destino?, ¿estamos solos en este gran universo?, preguntas muy filosificas y que a lo largo de los años y milenios de la historia humana siempre se han pensado, y yo solo las ponía en mi mente para olvidar todos esos pensamientos negativos que no me permitían concentrar a lo largo de mis días. Cuando llegaba todas las noches a mi casa evadía a mis padres diciendo que todo estaba bien, sabiendo que dentro de mi existía una batalla del bien contra el mal, dos lobos peleándose y era decisión mía si alimentaba al odio y tristeza, o si alimentaba ha aquel otro lobo de amor y alegria, y son batallas que aunque no queramos aceptar lidiamos día tras día, pero tenemos que cargar con ese peso de llegar a casa y simular que durante el día todo estuvo bien incluso nuestras ideas.

Asi eran mis días, una rutina sin fin en un mundo donde las noticias eran; robos, homicidios, suicidios, calentamiento global. Más miraba noticias más me preguntaba porque con toda la evolución vivida hasta este tiempo no existía la paz, sino que vivíamos sometidos ante el miedo y el temor de algún conflicto armado contra alguna otra nación. Olvidando que vivíamos en un lugar donde los campos y atardeceres son lo más bello que la vida nos ha podido brindar y por eso mis veranos los pasaba en una casa de campo con mis padres, y cada noche salía a ver cómo las estrellas no eran opacadas por las luces artificiales de la humanidad, en una de esas salidas aquel verano hace tres años el rumbo de mi vida cambió cuando caminando vi lo que parecía ser una estrella fugaz, pero al ver su dirección sabía que se iba a estrellar cerca a la casa de campo, corriendo tras de ella vi cómo impacto y poco a poco mientras me acercaba vi que alguien con una forma de vestir algo rara que pedía auxilio, mientras que de aquellos restos salían algo de llamas y humo, tome la decisión estando detrás de unos árboles de llevarlo a la casa, aprovechando que mis padres se encontraban en la plaza principal del pueblo al que solíamos ir y mientras le ayudaba con algunas heridas estando en la seguridad de la casa, se escucharon varios helicópteros llegar al lugar del siniestro y una caravana de carros llego a los alrededores de la casa de campo, golpearon y preguntaron si me había acercado al lugar de aquel siniestro, lo cual respondí que no ha aquel señor de traje negro.

Me preguntaron si había alguien más en la casa y les dije que un pariente que hacía tiempo no veía se encontraba allí, ellos siguieron su camino al lugar del siniestro mientras yo me quedaba hablando con aquel señor que para mí, aparentaba una edad bastante avanzada, y me comenta que al borde de este sistema se había librado una batalla y que el no podía creer que en este planeta existira vida inteligente. Yo le comenté algunas anécdotas de la historia del planeta mientras el, con asombro no podía creer que en tan pequeño planeta existirá todo lo escencial que en varios planetas de aquel imperio al que pertenecía no existían los recursos como aquí.

El contaba que existía una constante guerra por planetas que tenían recursos importantes, también que se invadían planetas y galaxias con tal de poseer los recursos y tener a esos planetas dentro del imperio, pero que la Sociedad Independiente de Galaxias, iba con ideas de equidad y de no explotación a sus planetas lo cual hacía que el imperio recurriera a medidas algo agresivas contra la S.I.G.

Con todo lo que me comento me asombre tanto que recordé cada una de las películas de Star Wars, y le pregunté el porque había caído a este pequeño planeta; el me dijo – de todos los planetas el único en el que podía respirar era este, por su atmósfera y cómo tienen zonas con atmósferas de aire mucho más pesado esta era la mejor área en la cual podía caer – Y me comentaba que la flota que el tenía a su mando, sufrió una emboscada cuando llegó al borde de este sistema por parte de la S.I.G. , cuando pretendían dar el siguiente salto hacia la galaxia Vend, donde se encontraba el mando central de los Sistemas Unidos Imperiales. Y debía entregar una información de interés vital sobre que planetas del imperio quería poseer mediante engaños.

Los helicópteros dejaron de sonar y varias camionetas seguían llegando para inspeccionar el lugar del siniestro de la nave, quien para este momento de media noche me había comentado que su rango era de almirante al mando de la novena flota de los Sistemas Unidos Imperiales, yo estaba asombrado de que alguien tan importante estuviera en aquella pequeña casa escuchando historias de este pequeño planeta, y a su vez comentándome algunas anécdotas que aquel condecorado almirante tenia para contarme, yo le pregunte:

-Donde tiene esa información tan importante-

El me respondió que todo estaba dentro de la nave de escape de él y fue cuando asustado he intentándose parar me decía que porque todas esas luces se dirigían hacia su nave, yo le dije;

-Van a inspeccionar el área y la nave y conociendo la curiosidad de nosotros se la llevaran y le realizaran múltiples análisis hasta que ellos puedan usar esa tecnología-

El almirante me mira con enojo, me toma del cuello y me dice cómo es posible que nosotros inferiores en vía de evolución sean tan descarados de usurpar tecnología al imperio, yo alcanzo a darle un puño en la cara antes de que me termine de alzar y le digo con tono enojado;

-Que ellos lo hagan no significa que yo este queriendo robar al Imperio además, si estuviera con ellos no lo hubiera ayudado sino entregado a ellos y eso sería mucho peor para usted-

Él se sentó en la silla donde antes se encontraba y me pidió que le ayudara a recuperar la información de su nave y que a su vez le ayudara a mandar las coordenadas de donde se encontraba, porque solo había podido mandar las del planeta al que caería, pero que con todos estos giros inesperados en su contra el Imperio podría tomar represalias contra mi planeta y su gente, mientras el sacaba de su cinturón que tenía lo que parecía una jeringa yo le decía que ante toda esta oscuridad, podríamos tener una ventaja pero el problema sería pasar todo ese encuadre militar que se había formado en las cuatro horas que habían pasado. Él se inyecto aquel liquido de la jeringa lo que provoco una sanación a los cinco minutos de que se la aplicara, pero me comentaba que para su edad también era su probable final, puesto que toda su circulación se aceleraría tanto que su corazón no soportaría tanta presión, yo le pregunte;

-Si sabía que le provocaría un final, ¿Por qué lo hizo?-

El contesto: -Con esta herida no soy muy útil, además espero tener suficiente tiempo para poder mandar las coordenadas, yo y el Imperio encontraremos una manera para pagarte tus servicios-

Lo mire y no dije nada más que; – No será sencillo, ellos son cientos y nosotros dos, necesitamos un plan y hacer un rastreo-

Sorprendido por lo que dije y los términos que use saco de una caja pequeña de su cinturón, lo que para mí parecía un insecto volador pequeño, me miro y dijo; – Las maravillas del imperio son estos los Insecspy, nadie los detecta ni el S.I.G. – lo hizo volar y con una pantalla táctil y sus dedos controlaba aquella pequeña maquina espía que poco a poco, se iba acercando al perímetro militarizado, en el cual se encontraba la nave; poco a poco iba entrando y siguiendo a los soldados que estaban custodiando el área, pasada ya una hora de estar observando todo lo que acontecía alrededor de la nave, el almirante me comento que solo contaba con una daga y una Biret, yo le dije;

-No podemos hacerles daño, porque después de que descubran los cuerpos, lo más probable es que nos maten y ellos obtengan lo que quiere, lo mejor sería crean un plan más sigiloso-

El almirante pregunto:

-¿Cómo sería ese plan que propones?

Le pedí que me mostrara el área que inspecciono con ayuda de su instrumento de espionaje, pero mientras yo miraba y me daba a la tarea de ir dibujando lo que podría ser un plan, el solo pasó lo visto por el Insecspy a lo que parecía una ficha y al sacudirla extendió todo en la mesa del comedor, en la cual nos encontrábamos y me dijo:

-Eres algo arcaico, con esos implementos, la verdad nunca había visto eso a lo largo de mi vida, pero volviendo al tema, ¿cuál es tu plan?

Yo le dije;

-Mi plan es simple, si ve esta hendidura en el mapa, es un pequeño rio, el cual nos podría dar algo de cobertura, hasta pasar el perímetro, después subir despacio hasta alcanzar la cortina de árboles que se encontraban al lado de la nave y observar bien que nadie viniera y entrar en ella.

El almirante me miro asintió con la cabeza y me dijo;

-Impresionante pero poniendo a todos los guardias que cuidan la nave como esperas que no nos descubran.

Le señale hacia afuera al gallinero que se tenía y le dije;

-Lo que se encuentra allí se llaman gallinas y ellas serán una pequeña distracción

Me miraba incrédulo, pensando en cómo algo así funcionaria, así que lo lleve al gallinero, pero durante el trascurso de la casa al gallinero, me decía que no se encontraba muy bien que se sentía muy mareado y que eso se debía a lo que se había aplicado para sanar rápido, me miro y dijo;

-Puede ser que mí tiempo se esté acortando pero, con algo de buena suerte el imperio debió recibir la señal de auxilio y deben estar llegando a tu galaxia-

Lo interrumpí y le pregunte;

-Si estuvieran entrando a esta galaxia, ¿que podrían hacerle al planeta su no lo encuentran?-

El solo pudo decirme; -con la curiosidad de ustedes, lo más probable es una represalia, por estar husmeando en material del Imperio-. lo mire y tocándole el hombro le dije; -debemos movernos- empezamos a caminar acompañados por la oscuridad de la noche, con algunas gallinas en un costal que había encontrado cerca al gallinero, cuando estábamos llegando a la orilla del rio al que usaríamos como cobertura, el almirante parece caerse mientras bajábamos a la ronda del rio y dice;

-No se cuanto pueda resistir este dolor es tan agudo, preferiría que me torturaran-

Lo tome del brazo y se lo apoye en mi nuca para seguir por la orilla de aquel rio lleno de piedras, con tantos obstáculos casi el costal con las gallinas se nos cae y con ello, nos hubiéramos podido delatar porque en ese preciso momento vimos unas linternas pasando por un costado y nos tocó escondernos detrás de una de esas gigantescas rocas que pertenecían al rio.

Logramos llegar al lugar donde teníamos que ascender un poco, para poder encontrar la cortina de árboles donde podríamos observar la nave y correr hacia ella, pero antes de aquel ascenso breve el almirante se tumbó en una roca y dijo;

-Esta misión se está complicando para mí, pero tú por el Imperio debes terminarla, si salgo vivo de esta, se lo comentare al comandante de la flota militar del Imperio-

Yo volví a tomarlo del brazo y le dije;

-Ningún hombre se queda atrás-

El me miro y levanto su brazo para que yo le ayudara a subir, aquella pequeña colina para llegar a nuestra cortina de árboles para cubrirnos, él se resbalaba seguido por la inclinación del terreno y todo el peso lo recibía yo y debido a esto existió un momento en el cual casi suelto el costal con las gallinas, pero el plan siguió bien hasta el momento.

Al llegar a la cortina de árboles, lo deje descansar y pude ver la nave ya sin el humo, el almirante levanto el brazo y me dijo;

-No sé cuánto más pueda aguantar, necesitamos entrar y mandar las coordenadas-

Su respiración se escuchaba agitada, su cara palidecía y lo único que pude hacer fue asomarme un poco entre los árboles y pude observar a varios hombres vestidos de negro rodeando la nave, ellos tenían sus 9mm desenfundadas, uno de ellos estaba hablando con el militar a cargo, y mediante las señas que este hacia podía observar que le estaba dando órdenes de donde proteger más el perímetro y le dije al almirante;

­-Nuestra misión puede que se haya complicado un poco-

El me miro con ojos bastantes molestos y le comente; ­-lo que alcance a ver es que hay dos grupos, uno encargado de la seguridad en todo el área y otro compuesto por 6 hombres con armas desenfundadas cuidando que nadie entre a la nave- él me dijo; ­-debimos entrar disparando, pero usted quería el sigilo, ahora moriré aquí- le pedí que se calmara y saque algo de maíz de los bolsillos, lo pase por enfrente de las gallinas y le die al almirante; -apenas lance esto las suelta, entendió-. Le hice una seña y apenas lance aquel maíz las gallinas salieron corriendo de entre la cortina de árboles donde estábamos a unos arbustos bastantes altos, lo cual provoco que el ruido y al ver que no habían militares cerca de esa área los 6 hombres de negro, en fila fueron caminando a los arbustos, le dije al almirante;

­-Señor es ahora o nunca-

Lo tome del brazo, se apoyó con él en mi nuca y empezamos a caminar hacia la nave lo más rápido que podíamos, ya entrando aquellos 6 hombres que habíamos entretenido con las gallinas giraron y nos miraron, haciendo que ellos disparan, hiriéndome en una pierna e hiriendo en la espalda al almirante el cual me paso su arma y dijo;

­­-Usted joven lo dijo, es ahora o nunca, cúbrame para mandar la señal-

Esta arma tenía una apariencia similar a la Córdoba, que es fabricada en Colombia, lo que hacía diferente a esta pistola a la que él y de seguro todo el imperio le llamaba Biret es que esta arma disparaba laser, yo quedé impresionado porque era la primera vez en toda mi vida que disparaba y más un arma de láser. El almirante mal herido y apoyándose sobre la consola con una mano empezó a digitar unos números y después se desplego un mapa, el cual no pude observar muy bien porque aquellos hombres de negro me seguían disparando, en medio de esa lluvia de balas, por parte de aquellos sujetos, llegaron los militares y con sus rifles nos disparaban sin tregua alguna mientras, yo detrás de las latas de aquella nave me cubria y daba gracias al cielo porque esas balas no pasaban, aunque los disparos con aquella arma provoco varias bajas a militares y hombres de negro, escuche que llego se acerca un vehículo y al asomarme un poco, pude ver que era un Humvee el que se estaba poniendo en posición para dispararnos.

El almirante grito contento un gran y largo –siiii!!!!- mientras empezaba a caer sosteniéndose del muro a su costado hasta llegar al suelo, diciendo;

­-Tienes alma de guerrero muchacho, el imperio no se demorara en encontrarnos-

Yo le dije con tono de angustia; -cuanto se demor…- no alcance a terminar la palabra porque aquel Humvee, empezó a disparar y solo pude agacharme, deseando que ninguna bala perforara el fuselaje de la nave.

Cuando los disparos de aquel vehículo cesaron, me asome y vi que los soldados que quedaban empezaban a acercarse, decidí sacar mi mano con el arma y empezar a disparar sin mirar a cual era mi objetivo, el almirante al verme solo sonreía quitándose una de sus medallas y sosteniéndola en la mano mientras poco a poco cerraba sus ojos, al ver eso yo ya sabía que mi fin estaba cerca, cuando los disparos cesaron y asome mi cabeza y los soldados empezaron a alejarse de la nave accidentada, al ver eso me acerque como pude adonde se encontraba el almirante y le dije;

-Todo se está despejando, espere otro poco más señor-

Él respondió con una voz baja; -el imperio nos encontró cierto- yo decidí pararme y sosteniéndome de donde podía, me asome mirando como una gran nave se encontraba sobre nosotros y le dije al almirante;

-las naves del Imperio son tan grandes y de un color oscuro-

El me pidió ayuda para pararse, así que sostuve su brazo y se lo apoye en mi nuca, mientras salíamos de la nave y el me entregaba aquella medalla diciéndome;

-Lo que hiciste, es de un auténtico guerrero del imperio, quedo totalmente agradecido por esta gran ayuda y te veo mucho potencial para que estés entre guerreros honorables así como tú, te otorgo esta medalla al valor-

Lo mire, tome la medalla y le dije;

-Gracias almirante, no todos los días se viven aventuras tan emocionantes como esta-

El almirante al verme tomar la medalla y al escucharme decir esas palabras dijo;

-No hay mejor ceremonia para entregar esta gran medalla, que viendo la imponencia de uno de los cruceros pertenecientes a la gloriosa flota de los Sistemas Imperiales Unidos-

Apenas termino de hablar llegaron dos naves pequeñas, una de ellas alumbrando donde nos encontrábamos y la segunda toco tierra, bajaron cuatro solados de armadura negra con lo que parecían rifles, haciéndome recordar los fusiles de diseño SCAR, pero mientras miraba aquella indumentaria y armamento visible, uno de ellos tomo al almirante y mientras lo tomaba los otros tres me apuntaban, cuando este soldado lo tuvo, uno de aquellos soldados se acercó y me dio un golpe en el estómago y otro en la cabeza, lo cual me hizo perder el conocimiento, no sin antes ver como tres naves lanzaban cables.

Me desperté dentro de una pequeña habitación, con una iluminación blanca y con una vista a un pasillo, pero bloqueada por una pared transparente o eso pensaba yo, me senté en lo que parecía una cama y pude observar que aquella herida que me habían hecho estaba vendada, pude apreciar que por aquel pasillo venia una figura la cual reconocí cuando se acercó a aquella pared pude notar que era el almirante a quien yo había ayudado y le dije con tono preocupado;

-¿Dónde me encuentro?, ¿Qué hago aquí?, lo ayude y termino en algo parecido a una prisión, valla trato-

El solo me dijo; -si te calmas yo te puedo explicar todo y sacarte de aquí, porque para ellos tú eras hostil, pero ya di mi versión y quieren hablar contigo-

Asentí con la cabeza, levante los brazos y le dije; -estoy calmado- el presiono un botón con el cual aquella pared desapareció y me dijo; -sígueme-. Lo seguí por un pasillo largo mientras él me comentaba que estábamos a punto de dejar mi galaxia y que lo mejor para no desorientarme era ver mi planeta mientras nos íbamos, yo le pregunte;

-¿Hacia dónde nos dirigimos almirante?-

El solo señalo a la ventana donde estábamos y dijo -pronto lo sabrás, por ahora disfruta el ver tu planeta por última vez- le dije; – gracias, ahora me doy cuenta que este fue un giro bastante inesperado de la vida-

Él se rio y dijo; – tú mismo lo dijiste, además me entregaron esto cuando me recuperé, es tu medalla y bienvenido a los Sistemas Unidos Imperiales-

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