Hay una búsqueda altiva, desnuda
– noche de vigilantes universos,
red ilusoria,
contemplada desde el frío de tus febriles párpados.
Sin rectas recurrentes se alza,
reprime la presencia sobrehumana,
recorre la totalidad de un eco
que enciende el deseo de ausencia.
Vigila antiguos senderos,
oyendo la melodía doliente de tu invierno.
Viene desprovista
de áureas cadenas y fieros perfiles
para construir en nosotros,
líneas difusas de lo vivo,
un estanque de átonos vacíos.
Allí esta red ilusoria
reverbera y se expande
por un espacio de oníricos portales.
Allí esta red ilusoria
se fortalece y combate
contra un muro de níveas diagonales.
Allí, finalmente, esta red ilusoria
se oculta y no te reclama
ante las inmisericordes divinidades
y yo asumo que sólo eres red ilusoria
de febriles corales.
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