¿Qué se hace cuando el pasado regresa de golpe para atormentar el presente?
Hace días, cuando Ray volvió a ser una parte activa de mi vida, me encontré en el punto de partida que, aparentemente, ya había superado.
Antes de continuar con el relato de cómo mi ex sigue aturdiendo mis ideas, quiero aclarar que el tiempo literalmente se va volando, pues los últimos dos meses fueron fugaces.
Ahora sí, el tema de este escrito, mi ex volvió… o algo así quise creer.
El punto es que a las 3 semanas de haberme escapado de sus brazos, volví a hablarle y de ahí hasta este punto no he podido desprenderme nuevamente de él.
El día que todo terminó sentí un arrebato de libertad, la adrenalina estaba al 1000% y mis ganas de estar lejos de su cuerpo se apoderaban de mi.
Como dije antes, 3 semanas me duró la euforia, pues volví a querer saber de él.
Han pasado casi 9 semanas desde ese día en el que se rompieron nuestros sueños e ilusiones. Ahora, con los ánimos más calmados, me doy cuenta que me duele sobremanera su indiferencia, pero la entiendo.
Él siempre fue más frío que yo, era lógico esperar que después de herirlo tanto evadiera mi regreso.
Ahora tiene un nuevo amor, alguien que gracias a Dios le devolvió la sonrisa y las ilusiones. Es cálido con ella, pues quiere hacerlo bien esta vez. No estoy segura de si ha dejado de amarme, pero supongo que lo hará en algún momento.
Duele, pensarlo a cada momento duele, sin embargo sé que también soy responsable de todo esto. Fui responsable de hacerlo sentir insuficiente para mí, de herirlo física y psicológicamente, y ahora ha encontrado alguien que lo está sanando.
No sé hasta cuando dejará de doler, pero sé que el tiempo pasará, mientras tanto gracias, amor mío, por haberme llenado el alma de ilusiones que ahora con tu partida, las dejo volar.
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