En el escritorio ancho de mis pensamientos

la pluma gira, verso e ilumina,

solloza y rechina:

Se vuelve tinta fina,

Y no puede parar de crear.

Mis ojos se cierran se abre mis alas 

y busco poetas que quieran plasmar, 

ideas, contextos, mundos enteros 

que me hagan vibrar. 

Levanto las piedras, los busco en los huecos

o en las bibliotecas de cada ciudad. 

Y cuando los encuentro, les beso los labios, 

les ato las  manos, les cierro los ojos, 

les llevo a otros tiempos, les dicto al oído, 

palabras y versos, los dejo extasiados para 

que emprendan su vuelo y abran sus alas 

y me ayuden a crear. 

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