Caballo de metal
Prematura calvicie, química esperanza extiende la espera de un posible final.
En su húmedo destierro, paciente, adormecida, acompañada de viejas sillas y trastos de metal en simbiótica analogía enfrenta el cáncer del óxido que amenaza su vida.
Placebos, danzantes payasos recortan su angustia, de razones mórbidas y esquivas que no explican nada. Solo separan las manos derrotando la fe.
Su madre no entiende, decide negarlo. Si preguntas por el, te dirá que ha huido, que nunca ha existido. Que es solo el cobarde arquitecto de este cruel e inmerecido destino.
Después de la luz al siguiente camino, renace con brillo su bicicleta, al fin en el cielo, se vuelven a encontrar el niño jinete, y su caballo de metal.
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