poema 17 
Pequeña pervertida de labios ardientes
que con tu exquisito vaivén me enloqueces
que con una traviesa mirada me dices todo
y que despierta dentro de mi a un feroz lobo.
Sabes que me fascina tu sensualidad
tu forma de mover las caderas la caminar
hace que surja mi deseo con facilidad
y que con besos y caricias te empiece a provocar.
Cuando me dices ideas coquetas al oído
haces que vaya perdiendo el control
que te tome y te bese con gran pasión
y que comience el placer con tu primer gemido.
Tu provocas que delire mi mente
que a cada caricia te quiera hacer gozar
que cada día aun mas te quiera hacer disfrutar
y que mi nombre digas en un gemido muy fuerte.
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