«Amo danzar, te amo y danzare toda mi vida para ti»

Recuerdo esas últimas palabras de Susana dirigidas hacia mí, hace 30 años fue mi novia, fue mi primer amor, yo tenía 22 años y ella tan solo 20; danzar era lo que ella más amaba, el ballet lo llevaba en la sangre; tristemente su vida fue interrumpida por un maldito enfermo, encontraron su cuerpo decapitado en el año 1990 a orillas de una carretera.

No hubo rastros de su asesino, no dejo huellas, eso fue devastador para mí, de verdad la amaba y aunque hoy tengo 52 años la recuerdo con nostalgia e incluso sueño con ella una que otra vez, a veces siento que se mete entre mis sueños clamando justicia.

Pero que puedo hacer a estas alturas, incluso me convertí en policía para buscar su asesino y nunca encontré siquiera una pista, entendí, que si existe el crimen perfecto. Mi hermano Moisés es psiquiatra y dice que padezco un delirio ¡Bah! no lo creo, es solo que se me hizo y se me hace tan injusto lo que le sucedió a Susana, que no quería que su muerte quedara impune; ya estoy retirado y dudo que alguien más se interese por ese caso después de tanto tiempo.

Desconozco por qué sigo pensando en ella, Recuerdo su hermoso rostro, su sonrisa, su aroma dulce, ese que desprendía en su andar. Su cabello ondulado, su delicadeza, pienso en todo lo que hubiese logrado aquella joven que bailaba como un cisne en el agua, verla era todo un espectáculo.

Algo inusual me ha estado ocurriendo, he estado soñando con Susana mucho más seguido, en mis sueños la veo danzar, no sé si la soledad me tiene loco; ya estoy divorciado, mi hijo está fuera de la ciudad y rodeado de estas cuatro paredes, lo único que hago es leer y pensar.

Le comenté a mi hermano y me pidió que me mude con él y su familia, acepte, tiene una casa muy grande, con patio y animales de granja, sería algo más tranquilo, además allí está la pequeña Vicky, mi sobrinita de 6 años, es la alegría de la casa, tal vez su risa escandalosa pueda ayudarme a silenciar este ruido mental que me perturba.

Extrañamente en mi nuevo hogar sueño a diario con Susana, cada vez estoy más seguro que quiere darme un mensaje, la pobre no ha podido descansar en paz y no me ha dejado descansar a mí.

Desde entonces, los días han transcurrido igual, con la diferencia que en las tardes juego con Vicky y su colección de muñecas ¡vaya que tiene demasiadas!

Aun así, no dejaba de pensar en Susana por lo que decidí comentarle nuevamente a mi hermano lo que pasaba y el repetía que no estaba bien seguir pensando en ella; pero como podía evitarlo si hasta en mis sueños la veía, y ahora eran más recurrentes, Moisés estaba un poco cansado de escuchar lo mismo una y otra vez.

Pero algo ocurrió que me hizo temblar, soñé que veía a Susana danzar y que sus zapatillas de ballet comenzaban a sangrar, me impresione por el sueño, pero lo que me despertó fue escuchar un grito desgarrador, desperté insofacto, asustado, hecho un mar de sudor, mi respiración estaba tan acelerada como el tic tac del reloj que marcaba las 2 am, quise levantarme inmediatamente e ir al baño pero sentí pánico, sentí horror, esto no me había pasado, soñaba con ella pero no de esa manera y nunca un sueño fue tan nítido como este, fue como ver una película de terror, decidí levantarme a tomar un vaso de agua, baje a la cocina sin hacer el menor ruido, no quería molestar a mi hermano y su esposa o despertar a Vicky.

Tome un vaso con agua y de pronto escuche una melodía proveniente de la sala, pensé que había despertado a alguien, fui de inmediato y encontré una pequeña cajita musical, sabía que era de mi sobrina pero aun así sentí miedo, estaba sonando y no por casualidad, era una cajita musical con una bailarina de ballet.

Entendí esa noche que Susana estaba presente, su alma está vagando y sabe Dios qué es lo que quería decirme.

Al siguiente día me levante taciturno, mi rostro expresaba mí mala noche, mí cuñada Alicia no tardo en decirme:

—Guillermo te ves demacrado.

—Un mal sueño Alicia. Respondí.

Mi sobrina no dejaba de mirarme por lo que supuse quería invitarme a jugar con ella, así que decidí invitarla a jugar, se levantó al brinco y me dijo:

— Ya busco mis muñecas tío.

Comenzamos a jugar y fue cuando le dije:

Vicky tu caja musical me ha dado un susto de muerte esta madrugada.

Pero Vicky respondió:

—Tío estás loco ja,ja,ja no tengo cajas de música

Alicia me dio una palmada en el hombro y exclamó:

—Seguro fue parte de tu sueño Guillermo.

Eso me dejo atónito, sentí más temor aun, sabía que algo no estaba bien, me preocupe por mí, incluso dude de mi salud mental.

Vicky esperó que su madre se marchara a la cocina y me susurro al oído:

— ¿Puedo contarte un secreto?

—Clarooo.Respondí.

Lo que me dijo Vicky me dejo aún más perplejo de lo que ya me encontraba.

—A papá también le gustan las muñecas, el las guarda en un lugar secreto de la casa y piensa que no sé, pero yo sé todo.

Sorprendido le dije a Vicky:

—Muéstrame donde es y yo no digo nada, será un secreto entre los dos.

Vicky señaló el cuarto de trastes que estaba en la parte de atrás de la casa.

Decidí ir durante la madrugada, mientras todos duermen.

Estaba nervioso, mi instinto de policía me decía que encontraría algo allí, entré a la fuerza al cuarto, revise todo, había muñecas, muñecas de porcelana, fotos de mujeres, era un museo a la mujer, había imágenes de anatomía, me sentí en la guarida de un loco.

— ¡Qué diablos! mi hermano esta algo tronado.

Ya a punto de salir de allí, escuché nuevamente la cajita musical que había escuchado la pasada noche, esa melodía triste y a la vez aterradora.

Estaba en un rincón del cuarto, sentí como cada poro de mi piel se erizaba, un frio en el cuerpo y en el alma, me acerque lentamente a la cajita de música y la tome, vi que había una tapa en el piso, sonaba hueco, no soporte la curiosidad, la levante con fuerza y dificultad; había una entrada allí, como una especie de sótano debajo del cuarto.

Baje con la linterna, lentamente, lo que vi me dejo en Shock, era una especie de museo del terror, cabezas, cráneos, manos y distintas partes del cuerpo humano divididos en frascos de vidrio transparente, sentí horror y pánico, no podía moverme hasta que…

Comenzó a sonar la cajita de música, mire a todos lados, me sentía perturbado, tenía ganas de vomitar y mil sensaciones indescriptibles, vi una especie de mujer hecha de partes humanas tumbada en una camilla.

Mi hermano ¿quería jugar al frankenstein acaso? ¡Qué diablos! la mujer tenía la cabeza cocida, sus manos también, todas sus partes eran distintas, estaba realmente horrorizado, en todos mis años de policía nunca vi algo igual.

Había un cuaderno de notas a su lado, en ellas decía: la mujer perfecta.

Sentí un dolor muy grande, sentí miedo y cualquier sensación perturbadora difícil de imaginar, llore como un loco empecé a hojear el cuaderno, desesperado, mi mente buscaba lo que tanto temía, había una nota, que decía:

Susana flores, 20 años bailarina de ballet, hermoso rostro, asimetría perfecta para el experimento.

Y más abajo en otra nota estaba tachado su nombre, a un lado decía: Desintegración muy rápida, no funcionó.

En ese instante la cajita de música dejo de sonar, en lo que pude me levante y salí de allí; mi hermano era un maldito enfermo, él había matado a Susana de la peor manera, a ella y a quien sabe cuántas mujeres más.

Llame a la estación de policía que estaba más cerca; si hubiese tenido mis esposas y mi placa yo mismo fuese detenido a Moisés.

Finalmente el caso estaba claro, se haría justicia por la muerte de Susana después de 30 años.

Mi hermano fue condenado a cadena perpetua, es llamado el coleccionista de muñecas según la prensa, su caso se ha extendido, nadie sabe cómo pudo hacer crímenes tan perfectos.

Aun no me atrevo a enfrentarlo, a siquiera hablar con él, para mí es un demente, hace 30 años perdí mi primer amor y sin saberlo, a mi hermano.

Las noticias dicen que yo lo descubrí, la verdad no fui yo, fue Susana quien me guió.

Ha pasado poco tiempo, ya no sueño con Susana, creo que al fin descansa en paz.

Mi cuñada está siendo investigada, todo apunta a que es cómplice, Vicky está en tratamiento psicológico, pediré su custodia.

Fui a visitarla y se alegró de verme, me abrazo y me dijo:

—Te hice un dibujo tío.

Era una bailarina de ballet, tenía escrita unas palabras que eran como garabatos, le pregunte que decía allí y me dijo:

—«Amo danzar, te amo y danzare toda mi vida para ti»

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