¡La verdad no logro imaginar cómo fue tu infancia! Pero puedo dilucidarla por la forma en que te relacionas con tu hijo…
Verte ejercer el rol de dominio ante la indefensa de un pequeño niño que apenas experimenta el mundo, me hace ver que tu crianza estuvo cargada de amenazas, intolerancia e irrespeto y ahora así puedo entender por qué en tu adultez continúas siendo un pequeño niño necesitado y carente de contención afectiva…
Ya el panorama de tus inseguridades se hace más claro ante mis ojos… ahora sé por qué aún te dominan esos seres superiores a quienes llamas “padres” y como después de 35 años de existir te siguen poseyendo… ¡Más bien, te controlan!
Intentas recrear las mismas escenas con tu hijo y es una pena porque la historia de tu vida podría cambiar a través de la de él y tú todavía no eres capaz de verlo…
¡Lamento estar en medio y ser parte de esto, pero lo que realmente lamento más es no permitirte ejercer lo que consideras es la paternidad de la forma en como la entiendes…!
Sé que debemos dar libertad de acción y pensamiento a las personas que amamos, pero te comento que mi amor hacia él ¡te supera! ¡Supera cualquier relación que intente interponerse entre el amor y la justicia… entre el amor y el respeto!
No te quiero lejos, pero de ser así, tenerte cerca se convierte en una amenaza para la armonía de nuestra familia…. ¡Pero sobre todo para la integridad de nuestro pequeño hijo, quien no te pidió estar aquí y quien sin saber quién eres te ama incondicionalmente! No te conoce y te dice PAPÁ… ¿Qué ironía verdad?…
Desde pequeños nos condicionan a quienes amar sin consultarnos siquiera como nos sentimos ante eso y lo peor, es que aprendemos a decir te amo, a los primeros que nos lastiman nos gritan y nos someten… a ellos los llamamos padres y los honramos…
Con la nobleza de su alma se disculpa ante el error de ser un niño y comportarse como tal, de no contar con la capacidad de entenderte a ti que tienes 35. Intenta nivelarse a tu madurez y no lo consigue, y con cada amenaza que recibe el único mensaje que emites es que no está a tu altura y es por ello que sientes poder sobre él… confundes, educar con amedrentar… en tu tono lo percibo… te gusta dominar esa pequeña alma como tus padres han dominado la tuya … No tienes valor para enfrentar a tus superiores y es por ello que haces con tu hijo lo que jamás harías con tus padres… es por ello que a él le muestras una versión de ti que nadie más ha conocido… ni siquiera tú mismo…
Decido escribirlo porque decírtelo sería ofensivo, sin embargo, guardármelo serio, mortal para mi espíritu… creo en el amor, creo en la reivindicación, creo en los errores, ¡pero sobre todo creo en nuestra capacidad para mejorar!
¡Tú no quieres mejorar! Te sientes cómodo siendo el verdugo y la víctima…
Víctima de tus padres, verdugo de tu hijo…
¡No sé por cuanto tiempo más seré espectadora… no estoy segura de que dure la eternidad observando… no nací para solo ver! ¡Nací para hacer… y mi único trabajo verdaderamente importante y significativo es ser madre…!
¡La madre de tu hijo!
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