La hora señalada

La hora señalada

Claudia Marti

22/03/2019

La hora señalada. 9/1/19

El reloj ya estaba ajustado a los designios , sonaría a esa hora ,amarga hora en que Malena debía vestir su delantal blanco con tablitas prolijamente planchadas por su abuela Cora . Blanco,. níveo, como la pureza de sus seis añitos recién cumplidos.

El cucú de madera barnizada con olor a canela y miel la miraba desde la esquina de la gran sala pintada de azul.

La estridencia no se hizo rogar, siempre cumplía su cometido, a Malena le temblaban las manos cada vez que La oía, las piernas etéreas se deshojaban como rosas color púrpura,color sangre., Los jazmines impregnando el aire parecían elevar una súplica al cielo.

En la puerta del colegio el remolino de niños estruendosos , alegres,aletargaba el tránsito.

Ella comenzaba a sentir en el pecho un puñal de filo ácido,lacerante, sus cuerdas vocales no atinaban a emitir una sola palabra,ni siquiera un sonido audible, el miedo ya no era miedo , era pavor, era pánico, y el pánico era la sombra de Él, erguido allí en la puerta mirándola fijamente como penetrando sus pensamientos, sus temores, robándole lo más sagrado que todo ser posee » su privacidad» podía sentir como la invadía irreverente despojándola de su coraza. Se aferró a la mano de su abuela con firmeza, con desesperación latente, sentía La sangre hervir a borbotones por las arterias palpitantes que corrían una maratón sin querer llegar al punto señalado., Pero como siempre , como todos los días , la mano se soltó, para ser tomada nuevamente por el portero.

Claudia Martínez

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