Consumidos en el camino de los recuerdos.
Un joven de cabello oscuro y piel blanca, dormía profundamente en su cama,
con la cabeza entre la almohada, tenía el mismo sueño cada noche, en ese sueño
había una habitación con una gran puerta de metal oxidado, al abrir esa puerta
se encontraba con un jardín teñido de un azul brillante que lo envolvía en un
penetrante olor, donde se encontraba mirando a una persona que le provocaba
un sentimiento de tristeza profunda y que con una sonrisa lo miraba, al sentir unas
manos suaves que tocaban su pecho y ponían un liquido frio, mientras
susurraban, “te encontrare de nuevo”.
Su habitación se llenaba de una sensación extraña y misteriosa, aquella
sensación que no desaparecía, como un circo repleto de colores que llenaban sin
piedad su mente,envolviendo en un misterio sin resolver,
A pesar del trascurrir de los días en que él habitaba esa casa, cada noche a la
misma hora, escuchaba una voz gruesa , que pronunciaba sin parar su apellido,
el cual era Gabbiani.
El creía realmente que aquella voz no era más que un sueño extraño que
recordaba al despertar, pero la verdad era otra…
Desperto exaltado, al sentir una ráfaga de un viento frio entrar
por la ventana de su habitación, que él creía haber cerrado con anterioridad,
-Porque me asusto, solo es el mismo sueño de cada noche- dijo al dar un suspiro
fuerte y profundo, mientras se levantaba de su cama con las cobijas rodeando su
cuerpo para protegerse de esa helada noche y así cerrar la ventana, cuando de
pronto algo más fuerte lo obligo a retroceder algunos pasos.
-¡pero qué!- pronuncio fuertemente del susto, al soltar sus cobijas.
-buenas noches señor heredero- dijo la voz de un joven desconocido desde el
reluciente vidrio de la ventana, por donde entró con una afilada espada en manos.
-como…. ¡¿Quién eres!?- pregunto asombrado
– soy Sabin, el segundo heredero a la corona del reino de Mysidia y tu mí rival,
Setzer Gabbiani-
-¿El reino de donde? ¿Me conoces? ¿Mi qué? ¿Es una broma?-
-¿una broma? Como puedes creer que lo es, claro que no, mentecato heredero de
segunda- Replicó Sabin harto de escuchar todas las quejas de Setzer.
-óyeme, eso nunca, nadie viene a insultarme en mi propia casa, si no te importa,
lárgate de una vez- Respondió bruscamente Setzer, al sentirse insultado.
– no me importa tu hogar de pacotilla, pero por desgracia te necesito en esto, si no
fuera así, por mis propias manos ya te hubiera matado-
-repito ¡¿de qué demonios hablas?!-
– ¿enserio lo preguntas?-
-así lo hago, que no ves-
-de verdad, tengo que pelear con esta persona, para así ganarme el derecho
legítimo, de ser el nuevo gobernante de un reino que ni recuerda este tipo- replicó
con ironía Sabin, moviéndose de un lado a otro.
-por favor solo vete, no me importan tus historias sacadas de un cuento infantil
como el tuyo-
– ¿cuentos?… son hechos reales-
– solo dime donde esta esa puerta, para poder irnos de este lugar.-
-puerta, ¿Qué puerta?- pregunto Setzer, con la duda marcada en su rostro.
-como que cual puerta, una puerta de gran tamaño, que es imposible de ocultar
para tus ojos-
-No sé de qué me estás hablando –
-en realidad, ¿no sabes nada? ahora tendré que explicártelo todo -dijo el
Muchacho mientras que la enorme molestia y enojo recorría su cuerpo pálido de
ira.
-claro que no, como quieres que yo lo sepa, así que intenta explicarme, si es lo
que deseas-
-está bien, como te dije antes, mi nombre es Sabin, y tu eres Setzer Gabbiani, la
persona que me quiere quitar la corona del reino de Mysidia, desde antes de que
naciéramos, fuimos destinados a pelear, para que uno de nosotros dos se ganara
el derecho legítimo, de convertirse en el nuevo rey del reino de Mysidia-
-¿Cómo dices? ¿De qué me estás hablando?- pregunto Setzer.
-yo también tuve esa reacción, cuando comencé a notar que era diferente a los
demás niños de mi edad, pero toda la verdad se me fue revelada, al décimo
cumpleaños de mi vida, desde aquel día comencé a tener muy seguido esos
extraños sueños, que me decían todo acerca del reino de Mysidia y sus sucesores
a la corona, lo que logró que todas mis dudas quedaran resueltas – así mismo el
joven Sabin, miro al cielo melancólicamente al terminar de contar su historia.
-pero que te pasa, eres un completo desconocido, que se infiltró de alguna
manera a la propiedad ajena de otra persona, conoces mi nombre, eso es cierto,
no sé donde lo escuchaste, pero como quieres que a un desconocido como tú le
crea tal cuento, yo heredero de una corona, de un lugar por el cual nunca he
escuchado ese nombre antes, estarás de broma-
-¿de broma?¿Por qué no me crees?, ¡Setzer Gabbiani!-
-creerte ¿Cómo?, lamento decírtelo amigo, pero tu mitológico cuento no me lo
creo-
De repente se escucho un susurro en medio de la discusión, una voz que
aparecía noche tras noche resonante en los oídos de Setzer, diciendo: “Gabbiani”.
en el acto, ambos jóvenes dejaron de discutir y voltearon rápidamente en dirección
a esa voz, que sonaba desde esa extraña esquina despintada, que ahora se
encontraba iluminada por una extraña luz que reflejaba esa majestuosa
luna, que en ese momento se encontraba vestida de su elegante traje de hilos
carmesí que resaltaban en esa fría noche, su destello iluminaba una enorme
puerta de metal, que comenzó a formarse poco a poco, extendiéndose en toda la
pared, lo que ocasionó, que las expresiones de sorpresa comenzaran a marcarse
en los rostros de ambos muchachos.
-¿¡pero qué?!-dijeron ambos jóvenes extrañados y sorprendidos por ese suceso
que se presentaba enfrente suyo.
-¿Cómo hiciste eso?- pregunto Setzer. Intentando no explotar de la
desesperación, Sabin respondió
-¿yo?, yo no hice aparecer esa extraña puerta-
-¿no fuiste tú? ¿Entonces como apareció?-
-Lo desconozco, pero al fin podremos irnos de este lugar- dijo Sabin, al caminar
pocos pasos, para así poder pararse a unos cuantos centímetros enfrente de esa
misteriosa puerta, de esa manera arrancó de su cuello un raro talisma color oro,
que llevaba oculta entre sus ropas y así mismo, la colocó en uno de los cerrojos
de gran tamaño, que tenía esa oxidada puerta y comenzó a girarla en dirección a
las manecillas del reloj, al dar la segunda vuelta, se escuchó un sonido resonante
en la habitación, que era a causa de estar abriéndose esa extraña puerta, lo que
dejó un espacio suficientemente grande, por donde al menos cabían ambos
jóvenes, al cruzar, entraron a una habitación oscura, con una pequeña luz de
vela, donde encontraron un cuarto grande y profundo, pero lo que más resaltaba
en ese extraño lugar, era un alto y ancho espejo dorado que reposaba en una
esquina de la habitación.
– ¿qué sucede?- pregunto Sabin al mirar extrañamente a Setzer, quien caminaba
de un lado a otro, en ese momento se podía percibir como si su cuerpo, se
moviera solo, mientras que su alma dormía profundamente en su interior.
-óyeme, ¿Setzer?- Fue cuando capturo una extraña expresion en ese joven,
como una mascara que cubria su inosencia asi que desididoSabin comenzó a
seguirlo sin pronunciar alguna palabra que le interrumpiera, encoces a las pocas
vueltas, los muchachos se detuvieron enfrente de ese extraño pero bello espejo
de textura antigua, Setzer colocó lentamente sus manos blancas y delgadas, en
en el recargando todo su cuerpo en ellas, en lo cual no se notaba reflejo
alguno de los muchachos, como si no existieran en ese lugar, de pronto de la boca
de Setzer salieron unas extrañas frases, que decía en forma de oración o mejor
dicho petición. Que empezó a pronunciar:
-unas manos herederas que cruzan a un mundo desconocido, recordando mis
memorias ausentes de mis viejas vidas, que al despertar se cerraran, olvidando mi
reflejo en este viejo espejo, dos espadas forjadas que se unen al suspirar de la
dama del viento, remojando mi cuerpo con el rey del fuego, quemando mis manos
al roso de la piel de la mujer del agua,un mundo desconocido donde mi conciencia
se desvanece al cantar de mi oración, os ruego dejarme entrar al mundo al revés-
Una luz destellante proveniente de ese viejo espejo, cubrió la habitación, y su
cristal se convirtió, en un torbellino rojo carmesí, absorbiendo a ambos
muchachos, en unos cuantos segundos la habitación había vuelto a la normalidad,
a excepción de que no había rastro alguno de Setzer o Sabin.
Los rayos del sol comenzaron a iluminar a uno de los jóvenes despertándolo,
quien se encontraba completamente solo, en un lugar desconocido de bellos
bosques de flores azules, que brillaban como hermosas estrellas que Vivian en el
cielo oscurecido de la noche, algo sorprendente que en el mundo donde él había
nacido y crecido no existía. Lo que más le llamaba la atención era una pequeña
pero hermosa colina de grandes flores azules, que brotaban desde el suelo y los
viejos pero resistentes arboles del lugar, cubriendo así toda la colina, Como si
fuera un enorme manto azulado brillante, con un perfume exquisito.
-¿Qué sucedió? ¿¡Dónde estás Setzer!?- grito Sabin, cuando de
pronto comenzó a escuchar unas risas inocentes a la lejanía, y dos siluetas
pequeñas en forma de niños se comenzaron a mostrar, corriendo en dirección a la
colina de flores azules rodeándola, envueltos en su propio mundo de inocencia,
sin poder percibir la presencia del joven Sabin, que angustiado comenzó a
seguirlos, viendo en ellos algo inexplicablemente familiar, al mismo tiempo un
sentimiento extraño comenzó a recorrer su cuerpo, algo que hacía que
su piel temblara sin parar, logrando que los latidos de su corazón, sonaran cada
segundo más rápido, mientras que de sus ojos caían pocas pero reales lágrimas
cristalinas.
(Que me sucede, que es esta sensación que recorre cada centímetro de mi
cuerpo, desde mi corazón a cada una de las venas dentro de mi) pensó exaltado
Sabin, que miraba con atención a esos niños, los cuales observaban con ternura y
tristeza un monumento de piedra, que descansaba bajo uno de esos magníficos
arboles de flores azules, que decía: “Tiffania, Amada mujer, esposa y madre,
nunca morir es vivir en los corazones de aquellos a quienes amamos”. Al término
de la lectura, de esa frase triste pero bella, entre palabras se pudieron escuchar
las voces de ambos niños, que conversaban sobre esa tumba, que hacía que el
cuerpo de Sabin se estremeciera.
-Ella es mi madre, aunque no la conocí, lo único que se, es que era una mujer muy
bella y amable- pronuncio uno de los dos niños, al rosar suavemente con una flor,
el monumento de piedra.
-Tu madre debió vivir rodeada de felicidad, ya que duerme en este hermoso lugar,
donde brotan día a día flores tan hermosas, como debió ser ella- afirmo el otro
niño con una sonrisa marcada en su rostro.
– asumo que mi padre piensa lo mismo- dijo con la cabeza inclinada, al regresarle
la sonrisa.
-eres afortunado, yo vivo encerrado noche y día, sin saber siquiera quienes fueron
o como eran mis padres- explico el niño al mirar melancólicamente el cielo
deslumbrante de luz, mientras que de sus ojos llorosos, caían unas cuantas
lagrimas de dolor, al no poder recordar, ni el rostro de su madre o padre .
-tú no estás solo, aunque sea pocos días, en que podamos vernos, siempre me
tendrás aquí para cuidarte, por algo somos amigos- pronunció el niño de la flor, al
abrazar suavemente a su amigo, que con sus manos secaba dulcemente,
aquellas gotas cristalinas y saladas, que rodaban por las mejillas del pequeño,
mientras que él lo miraba agradecido y con cariño.
Al observar esa escena rodeada de dulces palabras, que demostraba que esos
dos niños se querían mucho, Sabin comenzó a pensar detenidamente, mientras
apretaba con fuerza su propia mano al juntar sus dedos formando un puño, encarnado en alma propia la huella de sus errores, ahogando asi sus pensamientos.
(¿Qué es esto?, ¿quién es él?, ¿Quiénes son ellos?, ¿qué es esta emoción?,
¿porque me siento de esta manera?, ¿Qué es este lugar?,¿Por qué me duele el
pecho?)
Se preguntó a sí mismo, al escuchar dentro de él, los estrujantes latidos
de su corazón, que sin parar lo seguían angustiando, al no poder recordar algo
importante de una vida pasada, relacionado con esos niños, pero él sentía que
dentro suyo, en lo más profundo de su ser, que esos recuerdos existían, quizás
encadenados con cadenas de hierro, pero no imposibles de romper.
En otro lugar completamente diferente, el cuerpo de Setzer que había sido
absorbido por ese misterioso hoyo carmesí , se hacía cada vez más intenso,
envuelto en un calor inexplicablemente fuerte, un sonido resonante de rugidos
misteriosos se escuchaba en el lugar, mientras que Setzer caía y continuaba
cayendo kilómetros de distancia, sin detenerse comenzaba a escuchar el sonido
de una voz misteriosamente familiar, solo que no era la voz de ninguna persona,
que había visto físicamente o que recordara, más esa voz seguía resonando en su
oído cada vez mas alto, como si el dueño de esa voz, se estuviera aproximando.
Un recorrido de largos minutos termino finalmente, con una extraña caída, ya que
en vez de estrellarse contra el suelo, su cuerpo se detuvo sorpresivamente, a unos
cuantos centímetros de tocar el suelo. Al observar a su alrededor después de
recuperar la conciencia, pudo mirar que aquel misterioso paisaje, era
completamente diferente, se podía percibir un ambiente doloroso, triste y con un
ambiente cruel, parecía una oscura cueva, con apenas una pequeña luz de
algunas velas, que al entrar se encendieron sorpresivamente, apuntado un oscuro
camino que no se mostraba el final, pero algo le daba a Setzer una necesidad
inmensa de recorrer ese extraño camino, además no tenía otra opción, más que
buscar alguna salida posible.
-porque me pasan a mi estas cosas… además he perdido de vista a
Sabin, que voy a hacer, ¡ Sabin, todo esto es tu culpa!, aun así espero
que el este bien…- su voz se escuchaba tan seca y temblorosa por la
preocupación que recorría cada centímetro de su cuerpo mortal.
-Gabbiani, Gabbiani…- repetía la misteriosa voz, entre ecos que se escuchaban
Cada vez más cercanos, después de unas horas, pudo llegar cansado y
angustiado, al final del camino, donde relucía una misteriosa puerta forrada con
incandescentes diamantes de gran valor, que permanecía entre abierta, pero sus
pensamientos estaban fijos en una sola cosa, el cómo salir de esa encerrada y
asfixiante cueva, así que se decidió a meterse por esa misteriosa entrada, en ese
lugar pudo percibir una escena magnifica, que de la sorpresa, dio un salto para
atrás cayendo al suelo, en frente de él se encontraba un ser místico de largas,
anchas y puntiagudas alas azuladas, con un cuerpo enorme y resistente, de
pelaje multicolor y esos grandes ojos rojos penetrante que poseía esa criatura,
pero su cuerpo permanecía rodeado de cadenas de hierro resistentes, quien entre
palabras dijo, con la misma voz que había traído a Setzer todo ese recorrido
-¿Cómo llegaste aquí…? –
-¿¡Qué dices!?- pronuncio Setzer sorprendido, pero de pronto pudo percibir
directamente esa mirada penetrante de la criatura, que lucía angustiada,
y triste, sin olvidar que le ocasionaba un extraño dolor interno, al ver ese
sorprendente cuerpo, encadenado de pies a cabeza sin permitirle movimiento
alguno, así que se levantó y se decidió a hablarle firmemente y sin miedo.
-eso quisiera saber, no logro comprender como llegue aquí, lo único que
permanece en mi memoria, es el haber entrado a un extraño cuarto, y el ver
ese misterioso espejo de gran altura, donde mi reflejo no era visible, creo que
perdí la conciencia y llegue hasta aquí, realmente tuve que recorrer un gran
camino para encontrar este extraño lugar, pero bueno, dime… ¿quién eres
tu?- pregunto Setzer al dar un paso al frente y así ver de más de cerca a ese
enorme ser, que en cierto modo Setzer lo consideraba, muy bello y diferente.
-aun no soy nada, ni nadie, solo un rayito de luz que existió en el pasado, un
pasado olvidado, el pasado que reencarno en cuerpo y alma para cumplir su
propósito, algo no deseado, pero no imposible de extinguir- respondió la criatura
– si es así entonces dime ¿Qué haces aquí y de esa manera?-
-espero a una persona…-
-¿una persona? Esa persona debe ser un maldito, por tenerte aquí y de esa
manera, quitándote el derecho de la libertad- replicó Setzer al mirar con
frustración las condiciones en que lo habían dejado.
-el no ocasiono esto, simplemente es mi destino, esperar tanto tiempo, de esta
manera, para así ser liberado por él- dijo la bestia al observar el techo de la cueva.
-Pero realmente esta persona que esperas, ¿acudirá a ti?
– si lo ara… ademas el ya está aquí… – pronunció la criatura al agachar su
cabeza un poco, intentado hacer una reverencia, sin embargo esas enormes
cadenas no se lo permitieron.
-¿Dónde?- pregunto curioso al mirar a su alrededor, pero no pudo notar
ninguna otra alma viviente en ese lugar.
-eres tu Setzer Gabbiani, es una bendición que al fin me ellas encontrado-
-¿me conoces? ¿Qué dices? Si es la primera vez que veo tu rostro, no te
recuerdo en absoluto, simplemente escuchaba cada noche, tu voz resonante en
mis oídos- dijo Setzer sorprendido, por el hecho de que dentro de él, habitaban
miles de dudas y preguntas que lo hacían recorrer un mundo de preocupaciones.
-necesito mostrarte algo, por favor, mi señor, míreme a los ojos directamente, no
pierda la vista en ellos-
-¿Qué?- su reacción fue repentina sus ojos quedaron completamente fijos en los
de la bestia, lo que ocasiono que sintiera una presión profunda en su pecho, y el
cuerpo de la criatura se libero de esas enormes cadenas, y se vio como esa bestia
comenzaba a desaparecer, convirtiéndose en algo inexplicablemente extraño, su
cuerpo dio lugar a una figura humana en forma del joven Setzer, que
se convertía cada segundo en un resplandor cristalino, que se unía poco a
Poco en el cuerpo de Setzer. Al quedar ese resplandor unido a él, repentinamente
Setzer comenzó a envolverse en los recuerdos de un pasado, que Estaba oculto
en lo más profundo de su alma. Aquel pasado que había Permanecido atado con
cadenas de hierro, que asfixiaban su espíritu.
Poco a poco comenzó a recordar la verdad que rodeaba las Vidas pasadas de él
y su amigo Sabin.
Este resplandor unido a Setzer empezó a revelarle más memorias. En su interior
podía recordar una colina peculiarmente familiar, que lo estremecía de ansiedad
mirando desde la lejanía, sintiendo su alma transparente, incapaz de ver o
percibir por la demás gente, en ese recuerdo se encontraba un pequeño niño en
soledad con la mirada perdida en el cielo deslumbrante de la mañana, que lloraba
desvalido, cuando de pronto una silueta pequeña apareció detrás de él,
consolándolo. Una extraña sensación de amargura, tristeza y angustia recorría el
cuerpo de Setzer que miraba de las sombras, intentando responder sus propias
dudas, ya que aquellos niños le ocasionaba cientos de cuestionamientos que lo
hacían desear cada vez más respuestas, pudo notar como la cercanía de ambos
se mostraba cada segundo, así que comenzó a preguntarse a sí mismo.
-¿Quiénes son ellos?-
–solo son recuerdos…-Una repuesta que vino desde lo más profundo de su alma.
Descubrió que, solo había abierto una puerta dentro de su subconsciente, Pudo
sentir en carne propia los sentimientos y emociones que esos niños mostraban.
Recordando la vida de ambos pequeños. Uno de ellos tenía la libertad y otro vivía
encerrado en un gran castillo, donde no tenía derecho a convivir con alguien ajeno
al castillo, era un príncipe, que quebrantó esa absurda regla sin pensarlo, su
soledad era tan grande que se convirtió en una persona desesperada por el
cariño mutuo, la comprensión y el significado de compartir la vida.
El otro niño que lo acompañaba, era alguien con libertad y capaz de intentar
todo, vivía con su padre en las lejanías del bosque, pero él sentía una soledad
distinta pero igual de dolorosa. Su padre trabajaba día y noche, sin gran sueldo,
su madre había sido asesinada , a raíz de esto él no tenía confianza al hablar o
conocer nuevas personas. Su miedo de perder a alguien querido era
insoportable para él desde la pérdida de su madre, pero a pesar de todo, este
pequeño abrió su corazón al egocéntrico príncipe del reino. El descubrió en él
la soledad tan grande que poseía, así que decidió cuidar del príncipe día y noche,
convirtiéndose en la persona más importante que recorría su cuerpo y alma.
Pero nunca todo es para siempre. Los años pasaron y el cariño fue creciendo
entre ellos, pero también los secretos entre sí. El príncipe del reino era ciego a
quien en realidad tenia ante sus ojos, sin embargo el temor de que la verdad fuera
descubierta seguía creciendo en el nuevo y único amigo del príncipe, quien sabia
la cruel verdad que los unía. El descubrió un secreto de la familia real, resulto que
su amigo el príncipe, no había conocido a su madre, porque al nacer fue
arrebatado de las manos de ella, la cual fue asesinada sin piedad. Porque
necesitaban un nuevo sucesor a la corona, que llevara la sangre de un integrante
de la familia real, ya que la reina se había enamorado de un humilde y trabajador
hombre y decidió renunciar al reino y a su corona, para hacer su propia vida,
descubrió entonces que su más grande amigo era en realidad su hermano de
sangre, pero por razones extrañas su padre lo alejo del reino, llevándolo a vivir en
lo más profundo del bosque sin poder conocer a su hermano, Sin embargo en el
reino de Mysidia, los rebeldes se oponían al nuevo sucesor a la corona por tener
sangre de un plebeyo, exigiendo como castigo su muerte, algo que el príncipe
desconocía.
Al conocer esto se armo de valor para proteger a su más grande amigo y hermano
Sacrificando su amistad y su propia vida, decidió ser él quien retara al príncipe,
sabiendo que el poseía sangre real y podía disputar la corona.
Y así fue, como Setzer fue recordando y reviviendo en su mente miles de
imágenes y sentimientos que recorrían su cuerpo, pudo ver dentro de sí mismo,
escenas que lo condenaban a volver a sentir lo de aquella vez, un pasado oscuro,
traicionero y triste, de una vida que dormía en lo más profundo de su interior.
pudo ver como su más preciado amigo, era aquel hermano quien lo había
traicionado,después de tantos años de crecimiento juntos, diciéndole que él era el
verdadero sucesor, ya que el aseguraba que su madre también era la última reina
de la cadena familiar, pero que por egoísmo ella había abandonado su reino, en
buscade la felicidad, y había dado a luz a dos niños con rasgos diferentes, pero
nacidosde la misma madre, quien creció acompañado de su padre
desapareciendo del reino, el cual nunca le mencionó palabra alguna sobre el
pasado de su madre, y de su hermano.
Al recordar todo esto Setzer despertó de su profundo sueño, se puso de pie y vio
como un guerrero con su espada desenvainada lo esperaba para combatir, un
guerrero de nombre Sabin. Retándolo a una lucha por el poder, algo que dejo
impactado a Setzer que con tristeza su corazón se rompía en mil pedazos. Al ver
que era su hermano. Pelearon hasta el final, Aun así Setzer no podía asesinar a
la persona que había amado tanto, lo que lo llevo a la derrota, más no a la muerte,
peleando en ese bosque de flores brillantes y perfumadas que había aparecido en
sus sueños. Setzer estaba tirado en el suelo con la sangre de sus heridas
corriendo por su cuerpo y a su lado estaba su hermano que se había convertido
en su enemigo, quien lo miraba con lagrimas rodando por sus mejillas y la piel de
su cuerpo pálida y temblorosa, quien pronunciaba la despedida:
-estarás bien… Setzer… estarás bien, vive tu continua viviendo, te has ganado el
don de vivir, lo más hermoso que pude haber hecho por mi hermanito, tomare tu
lugar y seré yo quien sea sacrificado, ama a mucha gente, algo que yo no puede
hacer, ya que solo fuiste el único hermano, amigo y compañero que tuve en mi
vida, quien se las arreglo para convertirse en parte de mi, algo que nunca antes
había permitido, ni a mi propio padre quise tanto, por el desprecio de alejarse de
mí al fallecer de tristeza, después de unos años por el recuerdo de nuestra
madre, sigue… sigue… recorre cientos de caminos, que el final es una enorme
recompensa… no debes estar solo, quiere y déjate querer, ódiame… ódiame…
ódiame más que nada, así podrás continuar y olvidarte de mí, pero aun así, el
mundo nos volverá a reunir, es nuestro destino, en otra vida pagaremos de nuevo,
por el pecado de nuestra madre, pero yo estaré ahí para cuidar de ti, aunque no te
recuerde te encontrare de nuevo, estaré obligado a ello y así podre protegerte de
este destino-
En el cuerpo del joven desvanecido, Sabin coloco gotas calientes de sangre que
caía de su propio pecho, pero esta sangre brillaba intensamente y de su boca
comenzó a repetir unas palabras que daría comienzo a todo.
– “unas manos herederas que cruzan a un mundo desconocido, recordando mis
memorias ausentes de mis viejas vidas, que al despertar se cerraran, olvidando mí
reflejo en este viejo espejo, dos espadas forjadas que se unen al suspirar de la
dama del viento, remojando mi cuerpo con el rey del fuego, quemando mis manos
al roso de la piel de la mujer del agua, un mundo desconocido donde mi
conciencia se desvanece al cantar de mi oración, os ruego dejarme entrar al
mundo al revés”- al terminar esas palabras aquel guerrero desidido a dar su vida
por la persona que más quería,comenzó a alejarse, su silueta se desvanecía entre
los arboles, como un alma viviente, resignado a su horrible final, al dar un leve giro
para mirar por última vez la figura de su amigo, compañero y hermano dijo .
– con estas palabras y solo estas, se podrá abrir la dimensión, así tendré que
buscarte, nuestro encuentro será a su debido tiempo, tú mismo tendrás que
recordarlo mi mejor amigo y hermano, juro que “te encontrare de nuevo”-
Setzer despertó sin poder encontrar a Sabin, y al darse cuento del horrible,egoísta
y despreciable destino que los unía, sus ojos se llenaron de lagrimas, lloro y
continuo llorando, gritó y continuo gritando. la culpa le recorría su cuerpo, pero
él deseaba un cambio, y no volvería a permitir que el egoísmo del mundo, que
cubrió sus vidas en un pasado volviera a ocurrir, de ese modo se secó las
lagrimas y gritó con fuerza el nombre de su hermano acompañado de una frase:
-ahora seré yo el que te proteja ¡¡¡SABIN!!!…-
FIN.
OPINIONES Y COMENTARIOS