Cuerpo seco 
Un cuerpo que se seca, hambriento por sentir, agarrotado se oxida.
Languidece la expectativa de una caricia a cada paso dado sólo la sombra del roce fortuito, nunca certero y la esperanza de que alguien atine.
La mirada pérdida en la angustia del pudor y sus fieles pecados, arrasando con la pasión, que siempre encendida ve como un cuerpo se seca.
¿Cuánta supervivencia hay en una existencia ausente de sensaciones?
Anquilosada en la transparencia de un ser ciego y un deseo invisible.
¡Hasta que el cuerpo aguante! grita la conciencia podrida, desnutrida de amor carnal, de cariño justo.
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