Es difícil, divagar sin pensar el porqué de las cosas, porque la vida pone a las personas, cosas, experiencias, en el lugar en que creemos que es el indicado, cuando en realidad lo que hacemos es compadecernos, aceptar las cosas como nos las impone en pasar del tiempo, sin controvertir lo programado, ¿y por qué no?, rechazar lo que creemos bueno y seguir lo que consideramos incorrecto, tal vez, es eso lo que necesitamos, tal vez es seguir contra corriente, arriesgar en lo que pensemos que menos nos dará resultado, y tal vez así, encontremos experiencias que ni en un millar de decisiones correctas encontraríamos satisfacción.
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