¿Qué puedo darte?

Sigo sin poder comprender…

¿Por qué tan poco puedo hacer?

¿Por qué soy impotente e incapaz

De mí ofrecerte más?

Quisiera regalarte mis palabras,

Pero sólo tengo susurros leves.

Quisiera darte toda mi luz en un haz

Pero sólo tengo rayos tenues

Quisiera de mí obsequiarte todo,

Pero tengo las manos vacías.

¿Qué puedo hacer con este lodo?

Tal vez de mí, una casa de ladrillo tendrías.

¿Qué tan linda podría ser?

Es algo que me gustaría saber…

¿Esta situación es tener vida?

Este concepto, ¿a qué da cabida?

La vida la tiene un retoño,

Verde, vulnerable y delicado,

Frágil, indefenso y delgado.

Muerto es un árbol caído en otoño,

Rígido, fuerte, imponente,

Inmutable… pero vacío, no siente.

Siempre he sido aquel árbol viejo, muerto,

La única nada en mi huerto.

Pero contigo soy alguien nuevo,

Renazco como otro retoño en verano,

Como ave que sale de su huevo,

Me alejas de un fin cercano,

Me liberas de esta tensión, este estrés.

Me haces sentir maravilloso otra vez.

Con tus alas cubres mi dolor,

Con tu túnica me cedes calor,

Tan espléndida eres,

Que haces eso sin saberlo.

Eres de esos magníficos seres,

Que perfeccionan todo sin siquiera quererlo,

Una hermosísima flor,

Que impregna todo con su dulce olor.

Eres las pinceladas de color,

Que embellecen este cuadro gris de horror.

Tu hermosura

Es algo sin mesura.

Siempre es tu dulzura

La que da sabor a esta vida dura.

Para ti viviré.

Por ti moriré.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS