Te encariñas

Tan difícil que es acostumbrarse a un humano, al menos para mi lo es, son muy complicados, empezando porque se complican ellos mismos la existencia, conocer a uno nuevo es arriesgarse a un colapso tratando de relacionar todas las cosas que trae consigo, aprender un código nuevo de expresiones faciales, de sonidos extraños y movimientos nuevos.

Ahh los humanos, esos que con los ojos te dicen tanto son más difíciles que aquellos de pupilas inexpresivas, pero mientras más difíciles son, también son más interesantes, y decides aprender y acostumbrarte, y realmente es un hermoso proceso que te hace más grande en ideas, en recuerdos, en registros de actitudes y del cómo corresponder, y te llenas tanto de ese nuevo ser que te encanta, disfrutas de esa complejidad, y te aplicas tanto para que se sienta a gusto contigo, porque tu ya te sientes a gusto con él, te gusta tener lo suyo en tí y eres feliz al ver sus reacciones y al entenderlas a cabalidad, tanto o tan poco tiempo dependiendo del interés que le pongas y ese ser ya es especial, y así sin más, aunque quisieras evitarlo o aunque el miedo te invadía cuando tu cerebro abrumado no sabía entender, caes en ese abismo de la unión de las almas y simplemente, te encariñas.

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