El pasar de las horas me agobia
Y cada trinar de pájaros evoca nostalgia
La sangre se congela
Mis suspiros demuestran mi ánimo.
Las noches son eternas
No logro conciliar el sueño
Escuchar voces es mi martirio
Espíritus de medianoche y almas en pena día a día.
Interminables pesadillas que abruman.
Incluso el más cuerdo enloquecería
La angustia y la ansiedad son amigas
Vieja conocida es la dopamina.
Bendita es la soledad en mi mente
El pasar de los años me demuestra
que incluso el más fuerte es débil
cuando por desamor se entristece.
Nervios de acero debe tener
El que pretenda desafiar a la muerte
Ya que la oscuridad eterna nunca se detiene
Purgatorio sin fin recorrerán las almas de quien vive sin vivir.
Ni yo mismo sé por qué me invaden tantas dudas
Y el que pretenda saber me demuestra que no lo entiende
Solo me queda esperar para terminar de aceptarme
Para no volverme uno más de la bruma interminable.
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