A mi amada S.
Me gustas enojada,
cuando entras en furia
retornas a tu estado original.
Me gusta cuando pierdes
el control, cuando abandonas
tus sanos cabales y estallas,
cuando maldices y
vociferas.
No hay en este cosmos
ni en otro algo más
brillante, excitante
o provocador que una
mujer empapada de
rencor y locura. Bañada en
una furia mal habida.
Cuando desvarías y gritas,
me gustas; me gustas
cuando gritas y golpeas,
cuando, sin causa aparente,
haces mil dramas y
mil berrinches.
Cada vez que te encabritas
y enfureces, te adoro. Cuando
te enojas y escupes maldiciones,
te amo; te amo cuando liberas
tus malditas emociones.
Me gustas cuando te
enojas, y más aun,
si del enojo
soy yo la causa.
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