El cielo se encontraba completamente despejado y las fuertes corrientes de viento resoplaban sobre los enormes pastizales de la zona para después estamparse sobre la gran densidad de árboles que conformaban el bosque de la oscuridad, conocido de esa forma porque la luz del sol apenas podía penetrar y parecía todo el tiempo ser de noche.
Las corrientes de aire abruptamente comenzaron a alborotarse debido al acercamiento de cuatro naves de la flota Tili en curso de aterrizaje sobre los pastizales. Las naves de la flota eran para uso terrestre únicamente y tenían capacidad para un escuadrón de doce integrantes en cada una de ellas, todas teníangrabado el logo del fénix en color rojo sobre ambas alas lo cual significaba que pertenecían a la Dinastía Roch y se encontraban al servicio del rey mientras que el color rojo del logo indicaba que se trataban de escuadrones de elite con soldados veteranos en combate.
Las naves aterrizaron suavemente sobre los pastizales y una vez que todos sus ruidosos motores se habían apagado por completo se pudo escuchar el alboroto de los animales que habitaban el bosque debido al ruido de los motores. Las compuertas de las cuatro naves se abrieron simultáneamente y de estas descendieron dos formaciones de a seis soldados por cada nave; en dos de los escuadrones, había dos personas que destacaban, claramente se veía por sus vestimentas que se trataban de aprendices de mago, algo que no era muy común de encontrar en un planeta ya que su linaje se encontraba casi extinto debido a la guerra, se estimaba que la cifra de los magos podía ser menor a dos dígitos contando a los aprendices por lo que estos ya no se solían encontrar desplegados en campos de batalla.
El general Told, quien era un hombre de avanzada edad pero con una complexión bastante fuerte y quien era conocido como el fantasma del cielo por sus hazañas en incontables batallas espaciales, ordeno a todos los escuadrones que comenzaran a crear un perímetro seguro alrededor del área a lo cual inmediatamente todos los soldados obedecieron con excepción de los magos quienes se aproximaron para hablar con él.
Las vestimentas de los magos eran unas enormes túnicas grises que tocaban hasta el suelo y un enorme sombrero puntiagudo siendo el de uno de los magos de color rojo y el otro de color azul, debajo de sus túnicas portaban el uniforme ligero del ejército que estaba hecho de fibra de mirdum, un material que podía reducir el daño causado por las armas laser de bajo calibre y que era bastante ligero y flexible en comparación de las pesadas armaduras que parecían de caballero medieval y que portaban comúnmente la mayor parte del ejercito Tili; sus armaduras parecían más bien como el traje de un buceador.
–Bien señores estamos cerca de la ubicación que envió su maestro y tendremos que darnos prisa o podremos ser descubiertos por tropas enemigas—dijo Told a ambos magos.
–Sabemos muy bien general cual es la misión, solamente denos un escuadrón de seis hombres que nos acompañen en el bosque y volveremos antes de que se ponga el sol—Le dijo el mago del sombrero azul.
Blic de Niu era el nombre de este mago y tenía una edad de veintiséis años, aunque parecía mucho más joven debido a su formidable complexión, tenía una tez morena y un rostro respingando con un largo cabello rizado blanco como la nieve pura y sus ojos eran de un café oscuro con una mirada serena y seria, por el otro lado se encontraba el mago Fen Imue quien era dos años menor con un cuerpo poco musculoso, un cabello castaño, ojos azules y tez un clara. Ambos eran entrenados por el último maestro que se conocía en esos tiempos y a Blic se le había asignado como el líder de la misión.
Told sin perder tiempo agrupo tal como lo había solicitado Blic a un escuadrón de seis hombres, sin perder el tiempo marcharon directamente hacia el bosque adentrándose en este sin vacilar por un met; la gente que habitaba el planeta vivía lo más lejano que podía de esa lugar ya que se trataba de un bosque con creaturas muy salvajes y completamente peligrosas, se contaba también que el bosque poseía una maldición ancestral la cual volvía locos a todos los que se atrevieran adentrarse en el bosque, sin embargo los magos eran diestros en el arte de los conjuros y el combate contra maldiciones por lo que no temían a ninguna de las leyendas que se rumoraban sobre este bosque.
La oscuridad del bosque era tanta que pese a todo el equipo de iluminación que llevaban los soldados en sus armas y armaduras era muy difícil de ver por donde se pisaba sin contar la densa vegetación con la que tenían que lidiar, para los magos las cosas eran más sencillas ya que desde sus inicios se le enseñaba a sentir a la naturaleza y el cosmos que los rodea por lo que su lazo con todo ser viviente le permitía sentir lo que se encontraba a su alrededor, su poder era tal que todo el tiempo permanecían con los ojos cerrados, se decía que si un mago llegaba a abrir sus ojos era porque se encontraba en un verdadero aprieto.
Todo el bosque sonaba tan confuso para los soldados, los sonidos de los árboles se mezclaban con los de las bestias haciendo que esa mezcla confundiera los oídos y no se pudieran distinguir de quien o que provenía cada sonido en el bosque, Blic de repente hizo una seña de alto e indico que apuntaran con sus linternas hacia una dirección. La cueva se revelo al entrar en contacto con la luz de los soldados, lo que habían ido a buscar parecía que lo habían encontrado ya que el rostro de ambos magos se ilumino.
–Fen te concedo los honores hermano—dijo Blic apuntando a la cueva.
Fen no dudo ni por un met (el equivalente a segundo) en hacerle caso a su amigo y fue directo a la entrada de la cueva, se hincó sin cruzarla y extendiendo su mano derecha sacó fuego de la palma de su mano mientras que con su mano izquierda comenzó a apuntar con su dedo índice hacia todas las direcciones que conformaban la entrada ovalada al lugar, cuando parecía encontrar alguna perturbación señalaba con más fuerza el lugar y al instante una parte del fuego salía adhiriéndose al lugar señalado, en total marcó veintiún lugares y después del último todos los puntos comenzaron a unirse hasta que el ovalo de la entrada se incendió por completo para posteriormente todo el fuego conglomerarse en el centro hasta desvanecerse, irónicamente como un acto de magia.
–Es seguro entrar, ya no hay ningún hechizo, o al menos protegiendo la entrada—dijo Fen con una gran sonrisa.
–Muy bien, quiero a tres hombres vigilando la entrada, los demás síganos.—Ordeno Blic.
La cueva descendía varios metros hasta una enorme puerta de piedra donde abruptamente terminaba el descenso, esta puerta tenía un montón de extraños símbolos de una antigua lengua que ya solo los magos conocían, Fen y Blic la analizaron con sus manos mientras pronunciaban oraciones que parecían como si estuvieran hablando con la pared.
De momento el suelo comenzó a estremecerse y la pared se abrió lentamente en dos hasta que desapareció por completo, dentro se encontraba una enorme cámara circular con únicamente ocho pilares alrededor de un círculo más pequeño que el diámetro total de la cámara y sobre el suelo cientos de signos grabados pero completamente ilegibles debido al desgaste por el tiempo, en el centro de la cámara se encontraba una pequeña elevación donde aparecía haber algo. Los tres soldados y los dos magos entraron yendo en dirección al centro; de un momento a otro las puertas comenzaron a cerrarse nuevamente.
–Tal como nos advirtió el maestro, el santuario del bosque no nos entregara tan fácil su
tesoro, todos prepárense en formación—dijo Blic.
Los cinco se agruparon justo en el centro de la habitación, los tres soldados rodearon a los dos magos y se hincaron para poder tener un mejor agarre de sus rifles, Fen y Blic pegaron sus espaldas esperando el momento adecuado a que sucediera algo, un chillido sonó desde el techo seguido de un millar de mismos sonidos, de repente una horda de troles oscuros descendieron de los pilares, sus ojos rojos eran lo único que se podía distinguir entre la oscuridad, sin embargo de acuerdo con los libros estos seres medían aproximadamente sesenta cm poseían enormes narices y enormes garras tanto en manos como pies, eran muy feroces pero nunca atacaban solos, por lo que siempre se les encontraba en grandes grupos.
–Dispárenle a los ojos—Ordeno Blic.
La sala comenzó a hacer eco por los disparos de los rifles laser de los soldados, los magos lanzaron conjuros de fuego sobre tantos troles como podían y parecía que por cada trol que mataban dos más aparecían, por lo que poco a poco fueron ganándoles terreno, se estaban aproximando cada vez mas ellos; cuando parecía que los iban a alcanzar Blic le hizo un pequeño sonido a Fen y cada quien junto sus palmas dando un grito. Un enorme campo de fuego salió en forma de onda expansiva golpeando a todos los troles de la habitación y desintegrándolos al instante, los troles de un momento a otro habían sido eliminados. Los soldados quedaron impresionados al ver la fuerza de estos jóvenes magos.
Nuevamente el cuarto comenzó a tambalearse y justo el centro comenzó a abrirse, de este apareció un pedestal que contenía un objeto dorado de unos cinco cm de tamaño con tres largos alambres y picos en cada uno de ellos. Fen se emocionó tanto que acercó su mano para tomarlo de forma rápida.
–Alto, no te apresures aún falta deshacer el conjuro— le dijo Blic tomándolo del brazo.
–Es verdad lo olvidé por completo—Le dijo Fen con una sonrisa.
Blic desactivo el conjuro convocando agua desde la palma de su mano y soplando esta sobre el pedestal, posteriormente Fen recogió el extraño objeto y las puertas se volvieron a abrir.
Salieron de la cueva sin ningún problema y se reunieron con los otros tres soldados que
custodiaban la entrada, uno de ellos le dijo a los magos.
–Señores algo no parece estar bien, la tierra se ha estremecido hace algunos instantes—
–Tranquilo soldado, nosotros lo causamos—dijo Fen de una forma muy feliz.
Pero otro temblor sucedió justo en ese instante, ambos magos pudieron percibir al instante de lo que causaba esos terremotos, Blic dijo a todos con un tono sereno pero un poco apresurado.
–Tenemos que regresar inmediatamente a la base—
Todos emprendieron carrera al instante sin hacer preguntas, el camino de regreso del bosque fue muy corto en comparación del tiempo que les había tomado llegar ahí; todavía no salían del bosque y ya podían escuchar los múltiples disparos, por lo que se trataba de un ataque, pero algo estaba mal, mientras más se acercaban a las afueras del bosque un sonido mecanizado se escuchaba cada vez con más fuerza, también un disparo de una inmensa arma laser, los magos ya sabían de qué se trataba mientras que los soldados estaban casi seguros de lo que les estaba atacando.
Al salir del bosque no quedo duda alguna de sus sospechas, fácilmente reflectaba los últimos rayos de luz del día, era deslumbrante, simplemente impresionante y colosal para alguien que jamás en su vida había tenido la oportunidad de contemplar uno en acción, una horrenda máquina de solamente destrucción, se trataba de un robot de guerra, mejor conocido como T.M. III (Titán militarizado III), que no era otra cosa más que una colosal maquinaria de miles de toneladas con una altura de diez metros, armado hasta los circuitos de armamento de alto calibre, su armadura era de un material tan duro que solo podía ser derribado con armas de otro T.M. o con disparos cargados de las naves espaciales, pero con el armamento que ellos contaban era imposible poderle causar algún daño, era algo aterrador de enfrentar, era como ver un titán mitológico luchando en el campo de batalla, con la única diferencia de que se trataba de un gigante metálico y era piloteado por un ser humano, esta unidad contaba en esta ocasión con una metralleta que tenía que sostener con ambos brazos para dispararla, era el arma perfecta para destruir aviones de combate y naves de transporte.
A lo lejos se veía que una de las naves se encontraba en llamas, mientras que las otras tres volaban, dos de ellas escapaban en el horizonte mientras que uno las cubría llamando la atención del T.M. III, disparaba sus misiles sobre la maquina aunque no le causaban rasguño alguno, en respuesta al fuego le tomó unos cuantos mets (segundos) centrarla con su mira y derribar a la nave como si se tratase de una mosca, ahora las otras dos naves se encontraban un poco fuera de su alcance, sin embargo el T.M. III los alcanzó en un abrir y cerrar de ojos gracias a las turbinas de impulso que tenía por toda la espalada de su cuerpo
y sus piernas.
La formación de las dos naves se rompió y ambas partieron en direcciones opuestas con la esperanza de que alguna pudiera escapar, la máquina persiguió a una de las naves disparándole de forma continua aunque sin éxito alguno al inicio debido a las buenas maniobras realizadas por el piloto que la conducía, a los pocos mets de los disparos fallidos el piloto de la maquina liberó un misil teledirigido, pero las defensas de la nave lograron derribarlo varios metros atrás de ellos.
La maquinaria del T.M. III se aceleró de repente, le tomó cuatro mets en acercarse lo suficiente a la nave que perseguía y en un súbito movimiento desplego una gigante espada cortando por la mitad a la nave que perseguía sin que le costara trabajo alguno. La nave explotó mets después, ahora el piloto descendía para tocar tierra firme y buscar en el radar a la última nave con vida, pero esta había desaparecido de su radar, de algún modo había logrado salir de su rango de alcance.
A lo lejos Blic, Fen y su escuadrón se encontraban atrapados en los límites del bosque, sus únicos medios para salir del planeta habían sido destruidos, los últimos rayos del sol desaparecieron en el horizonte, dejándolos en oscuridad completa, las nubes cubrían densamente el cielo por lo que ni una estrella se podía ver, no contaban con provisiones y los ruidos provenientes del bosque parecían estar al acecho, había tal vez uno o más depredadores vigilándolos a lo lejos esperando el momento oportuno para devorarles. La misión que parecía suponía ser sencilla para el grupo se había transformado en un gran problema… una trasmisión entrante comenzó a sonar en sus comunicadores.
–Aquí el general Told, espero puedan escuchar mi mensaje, no hay tiempo para explicaciones envío las coordenadas de nuestra ubicación, no tarden—
Ahora había más esperanza para todos ellos, una de sus naves había logrado escapar, lo cual era de esperarse si el general Told es quien la maniobraba, todos revisaron las coordenadas que habían sido enviadas y descubrieron que se encontraban a muchos kilómetros de distancia, por lo que tardarían bastante tiempo en poder llegar al lugar. No había tiempo que perder ya que probablemente los enemigos se encontraban patrullando la zona en busca de la nave sobreviviente, así que todos emprendieron camino sin querer antes descansar.
En el planeta Hurm, dentro del corazón del imperio del dios Yuwc, llegaba a los cuarteles generales de guerra una noticia por el transmisor, Alvis, el comandante líder de toda la armada, recibía el reporte de lo sucedido en el planeta Gnor. No le había agradado en absoluto escuchar que una de las naves había logrado escapar, Alvis no era la clase de persona que se podría considerar tolerante, era todo lo contrario un ser prepotente y desesperado, que le gustaba la perfección y no dudaba en realizar cualquier cosa con tal de conseguirlo, tenía setenta años de edad por lo que se encontraba en la plenitud de su edad adulta de acuerdo a su raza. La raza Turum de la que el provenía no era diferente a la raza humana pero sí más longeva y en promedio veinte cm más alta, otro rasgo que sobresaltaba era el ligero tono grisáceo en la piel, por lo que en ocasiones se les refería como los hombres grises, lo cual era despectivo para su raza ya que los Turum eran muy orgullosos y se consideraban sumamente superiores a los humanos.
Alvis ordeno que no se detuviera en ningún momento la búsqueda de la nave sobreviviente hasta que le localizaran y destruyeran, que no podía quedar con vida ningún invasor que entrara de encubierto al imperio Yuwc, eso era una alta profanación a todos sus mundos conquistados los cuales una vez que lograban sodomizarlos mediante el miedo y la destrucción los consideraban como parte de sus tierras sagradas, por desgracia los nuevos planetas conquistados eran saqueados a más no poder de sus ricos recursos y transformados en mega fábricas de producción de armamento y equipo balístico. El imperio del dios Yuwc era temido por todo planeta que escuchara su nombre.
El capitán líder dejo sus aposentos en la sala de mando para ir hacia la sala de reuniones donde alguien lo esperaba. En el trayecto Alvis recordaba sus fieras batallas y las caras que había logrado ver de los seres que había eliminado, a menudo le gustaba recordar todas esos cosas que él consideraba como condecoraciones y galardones que le dieron el puesto en el que se encontraba.
La batalla por el planeta Krul era su recuerdo preferido ya que ese planeta era un punto estratégico y de suma importancia para la monarquía Roch, representaba un fuerte punto de comercio así como de producción de naves, pero gracias a la inteligencia del general Alvis no tardó más de dos meses en ser arrebatado a la monarquía en una aplastante derrota, donde veinte naves estelares fueron destruidas y más de doscientos cincuenta T.M. III, sin mencionar las incontables pérdidas de vidas y la destrucción de medio planeta. Desde el día de la caída de Krul, el impero del dios Yuwc se había estado expandiendo y conquistando a la monarquía Roch quien se encontraba debilitada al haber perdido uno de sus principales
planetas y una parte considerable de su ejército, ese mismo día recibió el nombramiento como comandante líder del ejército. Al llegar a la sala de reuniones, la persona que había citado ya se encontraba esperando.
–Tan puntual como siempre Brom, parece ser que no pierdes ni un met nunca—le dijo Alvis.
–Así es señor comandante, por lo que le sugiero que no me lo haga perder en este momento.— lo dijo en tono de burla
Brom era otra de las especies pertenecientes al imperio del dios Yuwc conocida como Huani, quienes eran seres del planeta Huan, poseían cuatro brazos y eran intolerantes a cualquier tipo de luz por lo que todo el tiempo cubrían sus ojos con algo, su estatura y complexión eran poco menos que las de un humano promedio aunque una piel que podía resistir algunos disparos, poseían las mejores destrezas en el combate cuerpo a cuerpo aunque no a distancia, por lo que su rol en las invasiones era saquear las grandes ciudades. Además se decía que siempre tenían todo el tiempo cronometrado a la perfección. Este Huani era un buen amigo de Alvis, habían crecido juntos desde la infancia y luchado incontables batallas hombro con hombro, desde la ascensión de Alvis a su actual puesto, el Huani fungió como su asesino silencioso y era a este a quien se le confiaban las misiones de más alto riesgo pero vitales para la expansión del imperio, debido a sus grandes habilidades de infiltración y espionaje.
En múltiples ocasiones Huani había causado algunos motines importantes o revueltas en ciertos planetas para llamar la atención de la monarquía hacia ese lugar, también había asesinado a grandes figuras importantes de la monarquía, incluyendo algunos magos, pero esta nueva misión a la cual Alvis le había llamado sería como ninguna otra, ya que según el comandante sí la misión resultaba exitosa podrían penetrar por fin al corazón de la monarquía Roch y estar finalmente a un paso de la victoria.
–Tendrás que ser muy cuidadoso a cada paso que des Brom, esta misión parece no tener ninguna diferencia a las demás, pero si fallas probablemente la guerra seguirá por quien sabe cuántos cientos de años más—
–¿A caso te he fallado alguna vez viejo amigo?—le dijo Brom con una maléfica sonrisa en el rostro.
Alvis le respondió contra de la misma o tal vez más siniestra forma y le entregó un sobre que contenía un holograma con toda la información acerca de la misión. En cuanto el recibió esta información partió a toda prisa rumbo a su nave, pasando por los enormes pasillos de oficinas del ejército, después cruzando por las barracas de entrenamiento de tropas elites y finalmente llegando a los hangares donde se encontraba su nave, el planeta se encontraba igual de cálido y árido como siempre, hacía ya más de tres mil años que se habían agotado todos los recursos valiosos de ese planeta y un gran tiempo que se había transformado en los cuarteles generales de todo el ejército.
La nave de Brom aparentaba ser un viejo metal andante pero servía perfectamente para pasar siempre de infiltrado en forma de una nave de comercio, tenía una gran velocidad para recorrer amplias distancias en el espacio en poco tiempo y contaba con un ligero armamento que muy poco había utilizado, él era el capitán de la pequeña nave que contaba con otros cinco tripulantes quienes le eran fiel hasta los huesos a Brom. En cuanto el capitán abordó la nave, todos despegaron en curso al planeta Olt uno de los primeros planetas de la expansión de la monarquía Roch y que había fungido por miles de años como el planeta más productivo de magos, en ese lugar se encontraba la real academia de magia, que ahora era un lugar que parecía completamente abandonado debido a la casi extinción de los magos. Aunque el lugar seguía siendo vigilado por el ejército Fand que era el ejército de la familia real con ese mismo apellido que gobernaba todo el sistema Fand y se encontraba al servicio de la monarquía Roch. La protección del lugar era debido a los tesoros invaluables que albergaba el lugar.
A Brom y su tripulación no le agrada mucho la idea de pisar esos terrenos ya que los consideraban muy peligrosos, probablemente alguno de ellos no volvería con vida si las cosas salían fuera de lo planeado, sin embargo no había alguien más que pudiera realizar el trabajo tan bien como él lo hacía; su nave se encontraba lista para emprender un viaje de seis días a través de la ruta de las estrellas, que era la única ruta segura por donde se podía acceder al espacio de la monarquía Roch. Debido a la guerra que se libraba entre la monarquía y el imperio existían un sinfín de controles espaciales para checar las naves con la finalidad de que ningún cargamento pudiera portar algún tipo de arma o tropas que pudieran poner en peligro a los planetas, pero la tripulación de la nave gris como ellos la habían bautizado sabía perfectamente como pasar todos los controles sin ningún problema, además en esta ocasión no llevaban ninguna clase de artefacto que pareciera sospechoso.
Los viajes en nave eran muy aburridos y tediosos sobre todo los más largos cuando no había ninguna para por hacer, aunque Brom y su tripulación habían tomado como pasatiempo escuchar las conversaciones por radio de cualquier nave perteneciente a la monarquía y no precisamente de las militares, ya que nunca se escuchaba nada interesante puesto que las conversaciones que valían la pena escuchar se encontraban en canales cifrados de muy alta seguridad, pero era bastante interesante escuchar las disputas que tenías las naves de comercio entre sí por alcanzar primero el puerto espacial y poder vender rápidamente su cargamento, en ocasiones llegaban a escuchar las señales de auxilio de naves que habían quedado varadas fuera de la ruta marcada, esas eran lo que ellos llamaban sus programas favoritos, porque les encantaba escuchar como lentamente iban muriendo los tripulantes de esa nave o como se iban volviendo locos, ya que estando fuera de la ruta marcada nadie se atrevía a ir en su ayuda porque había miles de peligros.
–Brom, ¿Podrías decirme a que vamos al planeta Olt?—le pregunto su amigo Ald quien era el encargado de comunicaciones de la nave.
–Tenemos que entrar en ese planeta y buscar un artefacto guardado en la real academia de magia, no sé bien para que lo necesitan si nadie del imperio sabe usar la magia, pero por lo visto les urge, Alvis me dijo que con esto lograremos terminar la guerra de una vez por todas— contesto Brom con una sonrisa malévola.
–Entonces será una misión fácil, ya hemos robado con anterioridad muchos otros objetos mágicos de otras academias y bibliotecas de magia abandonadas— Añadió Ald acurrucándose sobre su silla.
–No creo que en esta ocasión sea tan fácil, de acuerdo a los reportes e investigaciones de nuestros agentes, la real academia de magia por su gran importancia en cuanto a las cosas que alberga, se encuentra altamente vigilada en todo momento por la más sofisticada tecnología que tienen y los mejores guardias, así que tendremos que ser muy cuidadosos en todo momento. Además después de haber destruido las naves que profanaron uno de nuestros planetas, la monarquía se encuentra más alerta por miedo al ataque que podamos hacer a uno de sus planetas, nos conocen a la perfección y sé muy bien cuanto le temen al imperio, por eso no dudo ni un instante que esta guerra la ganaremos en menos tiempo de lo que se pueda esperar—
Pese a que las palabras de Brom sonaban muy confiadas, ni siquiera él sabía cómo es que aquel artefacto que iban a robar les ayudaría a ganar, lo único que conocía era la ubicación precisa del cuarto donde se encontraba y la forma que tenía, una bola negra del tamaño de una manzana, esa era con toda la información que contaba para la misión. Pero como era de esperarse nunca se le daba la información detallada de las cosas que robaba, simplemente se le ordenaba lo que tenía que hacer y el fielmente obedecía sin hacer muchas preguntas para indagar acerca de lo que estaba robando, así había sido acostumbrado y a él no le molestaba en absoluto con tal de poder recibir su jugoso pago.
–Nos espera un largo viaje—Dijo Brom mientras contemplaba el basto cosmos a través del puente de mando, después se acurrucó en su silla y se echó a dormir.
Estaba terminando el verano en el planeta Umo, los árboles comenzaban a perder el color en sus hojas y a esparcirlas por el suelo, los verdes prados que rodeaban a la capital del planeta conocida como Unia comenzaban a marchitarse como lo hacían con la entrada del otoño y después esos hermosos prados se transformaban en horribles pantanos intransitables durante todo el invierno. A siete kilómetros de la entrada a la capital se encontraba una espléndida hacienda cuyo propietario era el segundo hijo del difunto gobernador del planeta, poseía cinco hectáreas en total con un gran número de sembradíos los cuales estaban siendo recolectados antes de la llegada de otoño, la carretera principal que llevaba a la capital conectaba en un punto con la entrada de la hacienda, donde dos enormes gárgolas que eran el emblema de la familia real Truviano la adornaban. Desde ahí se extendía un hermoso camino empedrado hasta la casa principal, la cual se trataba de una gigantesca mansión con treinta habitaciones, cuatro comedores, dos cocinas, un enorme estudio que tenía una inmensa colección de libros de la historia del planeta y un cuarto de madera con un piano. El Lord Grivno Truviano quien era un hombre de casi sesenta años de edad era el dueño de todo el lugar, vivía con su única e ilegítima hija de catorce años y un centenar de criados que mantenían en orden y buen estado toda la hacienda. Su hija Miliv era una bella muchacha de rostro circular una hermosa piel blanca y una larga cabellera lacia que le llegaba hasta la cintura, era una niña alegre, aunque toda su vida había permanecido dentro de las murallas que rodeaban a toda la hacienda, en ningún momento se le permitía salir y únicamente convivía con los trabajadores de su padre. Era la deshonra de toda la familia real Truviano según su padre, ya que era una hija bastarda de un hombre desconocido que se había acostado con su difunta esposa, sin embargo, Lord Grivno amaba tanto a su mujer que había prometido en su lecho de muerte que cuidaría de esa niña, aunque no fuera su hija, eso sucedió cuando Miliv tenía tres años de edad y pese a la promesa de su padre de cuidarla, nunca le permitió salir por vergüenza. Lord Grivno era bastante malvado con ella, la trataba peor que una criada, en ocasiones la golpeaba hasta que ella perdía la conciencia, le había llegado a llevar sus alimentos con tal de aventárselos en la cara, también se refería a ella como una bastarda o de otras formas muy despectivas,
inclusive jamás le había dado educación escolar por lo que ella no sabía leer ni escribir. Esas eran sólo unas de las cosas que su padre le hacía. Pese a todos esos malos tratos Miliv seguía siendo una chica alegre que buscaba el lado positivo de las cosas, nunca le había guardado rencor a su padre por todas esos maltratos, ella había crecido de esa forma y se había acostumbrado a esa forma de vida, durante las mañanas cuando su padre salía a la ciudad ella vagaba por los terrenos de la hacienda ayudando a todos los empleados en sus múltiples tareas, poco antes de que su padre regresara ella tenía que estar de vuelta dentro de la casa y completamente limpia porque si Lord Grivno llegaba a verla sucia o fuera de la casa le ponía el castigo que se le ocurriera, en sí siempre buscaba alguna excusa para gritarle y liberar toda su frustración sobre la pequeña.
Esa mañana ella había ayudado a recolectar algunos tomates de uno de los sembradíos siendo muy cuidadosa de no ensuciarse mucho, cuando iba de regreso a su casa por la prisa tropezó con una raíz y se raspó parte de su frente por lo que un poco de sangre resbalo por esta, sin mostrar dolor se levantó apresurando su paso para llegar a casa cuanto antes y poder lavarse la cara que seguramente tenía muy sucia de tierra con sangre. Se talló la cara, los brazos y las piernas tanto como pudo hasta que no vio rastro alguno de tierra, pero la herida que le había causado la caída seguía soltando unas pocas gotas de sangre, por más que intentaba no podía frenar el sangrado y el peor de sus temores había llegado, claramente había podido escuchar cómo se abría la entrada principal de la casa, su padre había llegado, rápidamente corrió a la sala de espera del segundo piso donde su padre siempre le gustaba que estuviera esperándola a su llegada, se sentó sobre su sofá verde de siempre y miró hacia la ventana tratando de encontrar un ángulo que desde la puerta de la sala su padre no pudiera ver su herida.
Las pisadas del Lord subiendo las escaleras retumbaban por toda la sala, ella temblaba de miedo, pero trataba de mostrase lo más calmada, cuando menos se dio cuenta las pisadas dejaron de escucharse y una silueta apareció sobre el marco de la entrada.
–He vuelto—dijo el Lord sin mucho afecto, parecía estar molesto.
–Me da gusto que hayas vuelto a tiempo, la comida debe de estar por servirse pronto como es de costumbre—le dijo Miliv sin voltearle a ver directamente.
–Te he dicho que me mires a los ojos cuando me estás hablando—
Miliv solo volteo sus ojos a los de su padre sin mover el rostro, su padre enfurecido se acercó a ella refunfuñando, estiró la palma de su mano y la colocó bruscamente sobre su cabellera negra, comenzó a jalar sus cabellos de una forma muy agresiva, algunas lágrimas brotaron de los ojos de la niña debido al dolor, su padre dirigió su rostro directamente hacia el de él por lo que pudo observar la herida sobre su frente.
–¿Qué has hecho estúpida?—le gritó con rabia mientras jalaba con más fuerza sus cabellos—Contéstame—
–Me duele papá por favor ya para—contestó Miliv llorando por el dolor.
En sus pensamientos ella siempre se refería a él como su papá, pero Lord Grivno le obligaba a decirle señor, las pocas veces que se había dirigido al Lord como papá no habían resultado de la mejor manera y esta no iba a ser la excepción.
–¿Cómo me has llamado?—la jaló tan fuerte del cabello que la tiró al suelo, la cara de Miliv se estampó sobre el duro suelo antes de que ella pudiera meter las manos—Eres una bastarda, ya te he dicho que no tienes padre, tu padre fue un miserable que jamás conocerás, estúpida solo vergüenza me haces pasar…—comenzó a patearla en el suelo.
El golpe tan fuerte que había sufrido en la cabeza la dejó tan atontada que no podía escuchar claramente lo que su Lord Grivno le gritaba, además los golpes cada vez se sentían más livianos, cada patada la sentía ella con menor intensidad, pero no era porque su padre se estuviera calmando, conocía perfectamente esa sensación, su cuerpo comenzaba a sentirse tan ligero como una pluma y comenzaba a sentir mucho sueño, estaba a punto de desmayarse por la golpiza que estaba recibiendo, indefensa apretó tanto los ojos como pudo hasta que perdió el conocimiento.
Cuando había despertado se encontraba acostada sobre un frío suelo de piedra, se encontraba en el cuarto oscuro que era el lugar donde su padre la encerraba cuando quería castigarla, se trataba de una vieja torre que en alguna ocasión llegó a almacenar objetos que ya no necesitaban en la casa pero ahora se encontraba completamente vacía la habitación, no tenía ventanas y solamente por una puerta se podía entrar, unas pequeñas rendijas en la cima de la habitación era la única luz con la que se iluminaba el cuarto, pero cuando llovía esas rendijas causaban inundaciones en la habitación.
Tenía tantos moretones por todo su cuerpo que sentía un inmenso dolor, no tenía fuerzas para ponerse de pie, su saliva sabía a mucha sangre, podía sentir como sus labios estaban hinchados y uno de sus ojos no lo podía abrir, al lado de ella había un pequeño plato con un poco de comida, el cuarto se encontraba iluminado por la luz de las estrellas por lo que ya tenía tiempo que se había desmayado. Se encontraba completamente entumida y sin prenda alguna por lo que el frío le calaba hasta los huesos; se quedó en la misma posición con la que había despertado por mucho tiempo, con los ojos abiertos mirando a la nada, de su boca salía saliva, pero ella permanecía inmóvil como si estuviera muerta, más no lo estaba, simplemente no tenía fuerzas para moverse.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que su padre la había golpeado hasta que ella perdiera la conciencia, incluso no recordaba alguna vez que la hubiera dejado así de mal, Miliv permaneció así hasta que los primeros rayos del sol alumbraron el lugar, probablemente ella ya se había rendido a toda esperanza de vivir pero la puerta se abrió y la señora Jir entró a la habitación con una enorme manta que usó para envolverla, Jir era una anciana que había trabajado para la hacienda la mayor parte de su vida, por lo que era la ama de llaves de la casa y le tenía mucho afecto a la niña por lo que no pudo evitar el llorar al ver a la niña tendida ahí sobre el suelo como vil animal al borde de la muerte.
–Anda niña, te voy a sacar de aquí—
Como pudo la pobre anciana arrastró a la niña fuera del cuarto y por todo el patio hasta que entraron a la casa, la llevó a su habitación y la envolvió en sus cobijas, Miliv seguía con los ojos abiertos mirando al vacío pero seguía respirando, seguía con vida. La anciana cogió un balde con agua caliente y un trapo y comenzó a limpiarle su ensangrentado rostro, una vez que la había limpiado lo más que pudo, colocó el trapo caliente sobre su frente y fue a la cocina para preparar un menjurje caliente el cual serviría para calentar el cuerpo de la pobre niña.
Una vez preparado el menjurje se lo dio de beber a sorbos lentamente, una vez que se había acabado el contenido del pocillo, la niña volvió a cerrar los ojos y dormir. “Ahora sí que se ha excedido Lord Grivno” pensaba Jir, pero nunca ningún empleado podía decirle algo al Lord porque este los despedía al instante o los llegaba a desaparecer, era el hijo del hombre más influyente del mundo y por ende sentía que podía hacer cualquier cosa que el deseara, todo el mundo le tenía miedo ya que era un hombre bastante iracundo.
La niña se encontraba en un profundo sueño donde todo era blanco, inclusive ella, pero aun así podía distinguir los contornos de las cosas, se encontraba en un enorme prado que parecía no tener fin, sentía tanta soledad como si se encontrara completamente sola en ese mundo, de repente sintió como con su mano derecha sostenía una daga, la cual colocó en su pecho y pensó «voy a poner fin de una vez por todas a mi dolor».
Una cálida mano la detuvo abrió los ojos y vio que se trataba de una muy hermosa mujer parecida a ella, inmediatamente intuyó que se trataba de su madre, la cual no podía recordar, pero estaba segura de que se trataba de ella.
–Detente, tienes que ser fuerte y encontrar tu destino—le dijo la mujer.
Después la abrazó y Miliv sintió por primera vez esa sensación de un amor puro, algo que le fue tan reconfortante, todo el vacío que sentía en ese mundo desapareció y el mundo se transformó en ese cálido abrazo lleno de amor, cerró los ojos para poderlo disfrutar más. Cuando los volvió abrir había despertado nuevamente, se encontraba en su habitación cobijada, pero sabía que eso no había sido un sueño por lo que una enorme sonrisa iluminaba su rostro, Jir lloró al ver que la niña había despertado y tenía una enorme sonrisa, la abrazo y le dijo.
–Qué bueno mi niña que hallas regresado, temía que nunca despertaras—
La anciana después de abrazarla corrió a la cocina para traerle algo de comer, ella al ver lo que le había preparado a quien llamaba su nana se alegró y comió todo lo que estaba sobre la bandeja, por alguna razón no se sentía triste o temerosa de su padre, pero no podía moverse aún bien debido a todos los moretones que le dolían cada que se movía, sin mencionar que su ojo derecho ahora estaba más hinchado y no podía ver nada.
Ahora una nueva idea había nacido en su mente, “encontrar mi propio destino”, eso se convertiría en su objetivo de vida algo que jamás había tenido, aunque no tenía idea de por dónde empezar, ¿Dónde podría encontrar su destino?, ahora sentía algo diferente, sentía como si la naturaleza le estuviera hablando, podía percibir una ligera energía que emanaba de todos los objetos que la rodeaban mediante la vista y el tacto.
Lord Grivno llegó a la casa mucho más tarde que de costumbre, casi cuando el sol se había ocultado por completo, Miliv pudo escuchar como entraba a la casa por la puerta principal y caminaba en dirección a la sala de espera, Jir le intercepto en el camino para decirle.
–La niña se encuentra descansando en su habitación mi señor—
Después escucho como sus pasos se acercaban a la habitación, el corazón se le aceleró pero no por miedo si no por los nervios de lo que le diría al verlo, por algún motivo se sentía tan fuerte que podría decirle cualquier cosa a su padre, claramente pudo ver su silueta cuando se encontraba frente a la puerta y espero el momento en el que la perilla comenzara a rechinar pero esto jamás paso, al cabo de unos mets su padre se fue del lugar sin siquiera haber visto como se encontraba ella.
Por primera vez Miliv sentía que la persona a que llamaba en sus pensamientos padre y quien la cuidaba no era más que un despiadado ser que de verdad jamás en la vida había sentido un poco de afecto por ella, siempre había tratado de hacerse a la idea de que algún día su padre la perdonaría por lo que era acusada y que tal ve podrían vivir de una mejor manera, pero ahora dudaba que las cosas fuesen a ser así algún día, incluso por primera vez ya no se sentía culpable de la desgracia que le había traído a su padre tras su nacimiento, pues eso jamás había sido su culpa. Pero por el momento no le quedaba nada más que reposar en su cama hasta que sus heridas sanaran, por lo que tenía un gran tiempo para pensar y reflexionar sobre todos los cambios que estaba experimentando en esos momentos.
Lord Grivno por otra parte se encontraba día a día más en decadencia ya que era el líder o “Nacom” del ejército Truviano y las cosas en la guerra iban empeorando con forme pasaba el tiempo, por lo que le estaban exigiendo que entregara resultados mejores en los futuros combates, tenía que encontrar un modo con los otros Nacom de los demás ejércitos de las familias reales para frenar el avance que parecía imparable del imperio del dios Yuwc.
Habían pasado dos días desde que sus naves habían sido destruidas y ellos seguían avanzando por el bosque sin poder llegar a las coordenadas que el general Told les había enviado, lo que les había retrasado eran los difíciles senderos por los que tenían que avanzar y las empinadas montañas que tenían que rodear, habían podido obtener algo de alimento gracias a las bestias salvajes que encontraron e incluso agua de un río por el cual cruzaron, pero a esas alturas se encontraban exhaustos debido al poco descanso que habían tenido y las grandes distancias que habían recorrido, en esos momentos se encontraban cruzando por un espeso pantano, solamente tenían que cruzar ese lugar y podrían llegar a la locación indicada.
El agua les llegaba a la cintura y era muy difícil moverse por ese lugar, Blic dejo de moverse e indico al resto de su equipo que se quedaran quietos, después le preguntó a Fen.
–¿Puedes sentir esa extraña sensación?—
–Sí, pero no sé qué pueda ser, aunque no creo que pueda ser buenas noticias para
nosotros—
–Hemos entrado en su territorio, pronto aparecerá y aunque nunca he combatido con uno, por lo que he leído puede ser muy peligroso, todos tengan listas sus armas, estamos a punto de enfrentarnos contra un golem del pantano— dijo Blic.
Un golem del pantano era algo de lo que Fen había leído muy poco, casi no sabía acerca de los diferentes goles que se podían encontrar en los planetas aunque si sabía los resistentes que son y lo hostiles que pueden llegar a ser cuando alguien se cruza en su territorio, ahora estaba concentrando toda su atención en sentir todas las vibraciones de la naturaleza para sentir por donde podría aparecer el golem pero no podía sentir alguna perturbación tan grande que se lo indicara.
El agua comenzó a ponerse turbia y de momento sintieron como si esta los empezara a succionar en una misma dirección, después parte del agua se levantó como si se tratara de un enorme tentáculo y azotó directamente donde se encontraba el grupo afortunadamente todos pudieron esquivar el golpe, los soldados comenzaron a disparar al agua en dirección hacia donde había salido el tentáculo, después de unas cuantas ráfagas cesaron el fuego. Mets después una ola gigante mando a volar a todos.
El golem se había mostrado, era una masa amorfa con una gigante boca y ojos negros, parecía una cosa tan viscosa y grotesca que medía unos tres metros de altura con probablemente lo mismo de ancho, sacó varios tentáculos gigantes del agua y comenzó a lanzarlos sobre los soldados, Blic lanzó un hechizo de fuego sobre uno de los tentáculos cortándolo, pero este inmediatamente se regeneró, Fen por otra parte lanzaba cuchillas de fuego directamente al cuerpo del golem pero estos no tenían ningún efecto sobre él, tampoco las balas que le disparaban le causaban daño.
Uno de los tentáculos alcanzó a un soldado y lo zangoloteó bruscamente hasta mandarlo a volar y estamparlo sobre uno de los árboles, Blic y Fen ahora trataban de congelar el agua a su alrededor para poder detener su movimiento aunque no surtía ningún efecto el hechizo debido a la brutal fuerza del Golem.
–Tenemos que retirarnos antes de que nos mate, es muy fuerte para poderlo derrotar, además no podemos matarlo podría afectar a todo el ecosistema si hacemos eso—dijo Blic jadeando por el cansancio—En cuanto lance mi hechizo explosivo todos corran, estamos no muy lejos de salir del lugar—
Fen y los soldados se prepararon para correr, Blic preparo el conjuro recitando tres palabras en la lengua de los magos estiró la palma de su mano apuntando al cuerpo del golem y dio un grito, el espacio alrededor del cuerpo del golem justo donde le estaba apuntando se curvo por unos mets y después explotó, la explosión desbalanceo a su enemigo el cual comenzó a mover sus tentáculos de manera desordenada, todos corrieron aprovechando la oportunidad.
Entre resbalones y caídas lograron atravesar el pantano, a lo lejos aún podían ver como el golem seguía retorciéndose, dos de los soldados no habían logrado sobrevivir al ataque por lo que solamente quedaban cuatro con vida más los dos magos, pero ahora se encontraban tan cerca de las coordenadas indicadas que solamente debían avanzar unos kilómetros más y parecía ya no haber ningún obstáculo que se interpusiera.
–Vamos compañeros, tenemos que seguir adelante, solo un poco más—Dijo Blic jadeando.
Avanzaron unos pocos ercs (minutos) y finalmente llegaron a la ubicación indicada, donde encontraron la nave de Told junto con el general con su escuadrón, era increíble cómo es que habían podido aterrizar la nave entre todos los árboles del bosque, esto también daba una muy buena cobertura a la nave.
–Tardaron demasiado tiempo en llegar, creíamos que habían muerto—Les dijo Told.
–Ese bosque es más truculento de lo que parece, no es un lugar que se pueda atravesar de forma fácil—le respondió Blic.
Ahora que se encontraban reunidos con la única nave que podía sacarlos del planeta era necesario llamar a la nave estelar para que se acercara al espacio del planeta y pudiera recoger a la nave ya que esta no se encontraba adecuada para largos viajes en el espacio. Aunque eso tomaría tiempo. El general Told envió la señal de rescate e inmediatamente recibieron la señal de respuesta, en dos pers (horas), la nave de extracción se encontraría sobrevolando el espacio. Todo el equipo aprovechó el tiempo que le quedaba para recoger el campamento que habían montado y prepararse para el escape, probablemente el T.M. III o un equipo de búsqueda se encontraría inspeccionando la zona, probablemente la huido no sería fácil.
Al momento de despegar la nave un sonido rugió debido al motor, todos se colocaron en posición de despegue y la nave comenzó a elevarse rápidamente. La nave ascendió tan rápido como pudo hacia el cielo, ocho mets después del despegue apareció en el radar un escuadrón de cuatro naves acercándose a su posición, se trataban de cazas enemigos especiales para la destrucción del tipo de nave de transporte en la que iban por lo que se encontraban en desventaja. Told activo los escudos de la nave y aceleró al máximo las turbinas, en menos de tres ercs se encontrarían en el espacio, cuatro soldados corrieron a las torretas defensivas de la nave, la alarma de peligro sonaba por toda la nave en esos momentos.
Los magos también se alistaron ya que aun encontrándose en el aire podían utilizar sus hechizos para desviar algunos ataques o lanzar un hechizo a una nave enemiga aunque eso resultaba difícil debido a la velocidad de las naves.
Dos de las naves enemigas rompieron formación antes kilómetros antes de alcanzarlos, estas naves iban a flanquearlos por los costados mientras que las otras dos naves que volaban paralelamente a la misma altura abrirían fuego por detrás dejando de ese modo a la nave sin muchas posibilidades de maniobrar con facilidad. Cuando se encontraron al alcance las naves que se encontraban por detrás comenzaron a abrir fuego mientras que las laterales se aproximaban por los costados para reducir su espacio de escape.
La nave se movía bruscamente de un lado a otro debido a los disparos y las maniobras evasivas, los escudos podían seguir resistiendo los disparos por otros mets aunque no llegarían a la órbita sin antes haber perdido los escudos, aunque Told era un piloto muy bueno, con el pesado trasto que volaba era muy difícil de esquivar algunos disparos, por lo que era indispensable que los soldados en las torretas lograran derriban una nave, sin embargo era muy difícil combatir contra los cazas enemigos puesto que sus compactos tamaños y su gran maniobrabilidad en el aire les daba una enorme ventaja sobre las lentas
torretas.
–Fen tenemos que pensar en algo rápido para ayudar a derribar a los enemigos o de otro modo todos en esta nave moriremos—dijo Blic.
–Estoy en ello pero no se me ocurre algo, ambos hemos recitado algunos conjuros pero ninguno ha dado en el blanco, incluso nuestros escudos no son tan resistentes como para parar una bala de ese calibre, desearía poder aparecer una pared de la nada enfrente de una nave—contesto Fen.
–Un momento, tengo una idea, Told, vuela la nave entre las nubes—dijo Blic a Told muy apurado.
–Muy bien, aunque las naves aquí están muy pequeñas como para poder escabullirnos entre ellas y escapar—contesto Told no muy impresionado por el plan.
–Tranquilo, deja el trabajo a Fen y a mí. ¡Fen prepárate, congelaremos esas nubes!—
Told entro a la nube más cercana que encontró, las dos naves que les pisaban los talones por la espalda también entraron en esta, los magos comenzaron a recitar un hechizo de hielo y la nube a espaldas de la nave comenzó a congelarse, un fuerte granizó impactó violentamente sobre las alas de las naves enemigas perforando estas, el granizó rompió la ventana del piloto de una de las naves causando su muerte, por otro lado la otra nave perdió sus turbinas y comenzó a descender, habían logrado deshacerse de dos naves congelando el agua en la nube y convirtiéndola en afilados trozos de hielo.
Ahora las naves enemigas que sobraban se encontraban en desventaja ya que su formación había sido destruida, los artilleros concentraron fuego sobre una de las naves y aunque les costó trabajo tras unos disparos lograron derribarla, la otra nave se retiró al ver que ya no tenía oportunidad alguna, todos gritaron de emoción al haber ganado la batalla, mets más tarde se encontraban volando sobre la órbita del planeta donde a lo lejos como de la nada una nave literalmente después de un destello aparecía, ese era el efecto que causaba el entrar o salir de la velocidad estelar, la nave que los recogería había llegado, pero la órbita del planeta se encontraba vigilada por dos cruceros estelares enemigos.
Los cruceros del imperio del dios Yuwc eran caracterizadas por tener siempre un el color metálico ya que nunca las pintaban y el enorme sol pintado en toda la parte superior que era el logo del imperio, todos estos cruceros en la parte posterior poseían una especie de garra de tres dedos con un cañón en el centro el cual tenía la fuerza para destruir un área de cinco km, por otro lado los cruceros de la monarquía Roch se encontraban pintados del color correspondiente a la familia real que pertenecían, en este caso la nave era color rojo por ser parte del ejercito Tili con el logo del fénix gravado en la parte frontal del crucero, en respuesta al cañón destructor de sus enemigos, estas naves poseían tres cañones de menor potencia, dos en la parte inferior y uno en la parte superior de la nave, los tres colocados en la parte posterior de la nave, estos al ser disparados al mismo tiempo emitían un poder destructivo casi de la misma magnitud al de su enemigo además de que los disparos de los tres cañones salían en espiral y emitían destellos de múltiples colores por lo que sería un hermoso espectáculo de ver si no se tratara de un arma de destrucción masiva.
Los cruceros del impero desplegaron a todos sus cazas espaciales que se asemejaban a un alfiler y les daba una gran movilidad en el vacío del espacio, mientras que los cazas espaciales de la monarquía tenían un esqueleto romboédrico conectado a una esfera en el centro donde se encontraba la cabina del piloto, esta cabina podía girar 360° pudiéndose acomodar de cuatro formas diferentes, hacia los dos picos más largos del rombo o los dos más cortos, a modo que el piloto pudiera adaptarse a la mejor situación, adaptando la forma de las puntas más largas cuando necesitaba ir a velocidades más grandes o para esquivar ataques con mayor facilidad y tomando las puntas de menor tamaño cuando quería realizar un ataque de mayor área.
Los cazas del ejército Tili se organizaron en modo de defensa dividiéndose en cuatro flotas diferentes para cubrir cada lado del crucero, un pequeño escuadrón fue enviado a para asistir y escoltar la nave del general Told de regreso al crucero. La batalla comenzó en unos instantes y el negro del vacío se vio iluminado por los blásters de color rojo y las explosiones de las naves, los mega escudos de los cruceros también fueron desplegados con la finalidad de cubrirse de los disparos de los cruceros enemigos quienes intercambiaban enormes disparos laser, estos escudos podían ser penetrados sin ningún problema por las naves pero podían frenar cualquier tipo de laser que recibieran, aunque solamente aguantaban cierta cantidad de energía, después de eso se sobrecalentaban, ese era el momento específico cuando un crucero se encontraba a merced de otro y podía ser destruido.
Told y los demás veían a lo lejos la batalla, algunas naves enemigas comenzaron a aproximarse a su posición, aunque fueron derribadas por el pequeño escuadrón enviado para escoltarlos, eso llamó la atención de más escuadrones de cazas enemigos.
–Aquí líder del escuadrón rayo, general Told lo escoltaremos de vuelta al crucero—
–Entendido líder rayo, seguiremos tal como sean sus órdenes—contesto Told.
–Todos a posición de defensa, naves enemigas aproximándose por ambos flancos—
Los casa rodearon inmediatamente a la nave de trasporte y abrieron fuego sobre todas las naves que se aproximaban, algunos de los cazas que los iban escoltando explotaron pero del mismo modo algunos de los cazas enemigos, de repente los pasaron de frente y ahora los tenían a las espaldas, rápidamente se rompió la formación y el escuadrón rayo se quedó peleando contra los enemigos con tal de entretenerlos, ahora solamente tres naves los escoltaban, pero se encontraban bastante más cerca del crucero aunque a punto de entrar a la zona clímax del combate.
–Quiero la potencia máxima en los escudos, aunque avancemos un poco más lento—Ordenó Told al jefe de máquinas.
–Entendido general—
Ahora un gran número de naves se encontraba disparándoles y tratando de derribarles aunque también muchas otras se encontraban defendiéndoles, esto dio un poco de ventaja sobre el ejército Tili ya que sus enemigos al concentrarse solamente en un objetivo quedaron más vulnerables, aunque los escudos estaban por llegar al límite y aún faltaba una considerable distancia para llegar al crucero. Por su parte los magos se encontraban completamente inutilizados en la nave, ya que el vacío del espacio interfería en la creación de hechizos a tamaños considerables por lo que se encontraban sentados con los cinturones abrochados confiando sus vidas al general Told y los demás cazas.
Una enorme turbulencia perturbó a la nave, los escudos se habían agotado por completo y un disparo había penetrado directamente sobre una de las torretas matando al soldado que la disparaba, ahora se encontraban bastante vulnerables, otro de los disparos dañó uno de los motores por lo que su velocidad se vio disminuida, el general ahora se encontraba maniobrando la nave de una manera increíble con todo su talento a flote ya que estaba esquivando mejor los disparos pese a los daos que había sufrido la nave, pero a sus espaldas un caza enemigo muy hábil no paraba de perseguirles y acertar algunos disparos que estaban destruyendo a la nave de poco en poco. Se encontraban a unos cuantos kilómetros de la nave cuando los controles comenzaron a marcar error crítico, el generador de energía se encontraba dañado y los motores en estado crítico, podrían explotar en cualquier momento, Blic desabrochó su cinturón y se levantó del asiento, fue hacia una de las torretas y quitó al soldado de su posición para ocuparla él, odiaba tanto disparar cualquier tipo de arma como lo hacía cualquier otro mago aunque en ese caso de vida o muerte no le quedaba otra opción, respiró profundamente para concentrarse mejor, tomó el gatillo del arma sintió la esencia de su enemigo, apuntó y disparó en el momento preciso para acabar con la molesta nave que nadie había podido frenar, gracias a eso lograron entrar al crucero con un pedazo de chatarra que por milagro se mantenía a flote en el vacío del espacio.
Inmediatamente un equipo de técnicos apareció en el hangar de naves para ayudar a la tan herida nave y apagar cualquier posible incendio que se pudiera generar en esta, Fen sonrió desde su asiento, por fin dejó de apretar sus manos sobre sus rodillas, ya había terminado el peligro, volar en el espacio era lo que más le aterraba porque se sentía completamente desprotegido.
–Lo hemos grado señores—dijo Told con un tono de ironía y felicidad a la vez.
Las puertas de la nave se abrieron y el escuadrón comenzó a descender de esta, un equipo de paramédicos los recogió para asistirlos en caso de que lo necesitaran, Fen sentía un gran alivio al salir de esa nave por un momento había llegado a pensar que no lo lograrían, de repente el hangar empezó a llenarse de muchos sonidos de motores, eran las naves que estaban regresando después de haber cumplido su misión, un altavoz resonó por todo el lugar.
“Les habla el capitán Roden, felicidades a todos los pilotos que han logrado cumplir la misión, dentro de pocos ercs estaremos entrando en velocidad luz para salir del lugar, estén preparados”
Un hombre de mediana edad se acercó al general Told, portaba un uniforme de la gala de la flota Tili por lo que se trataba de algún trabajador del puente de mando.
–General Told, soy el Teniente Din señor, tengo ordenes de escoltarlo a usted y los magos que le acompañan al puente de mando, al capitán le gustaría hablar con ustedes en cuanto nos pongamos a salvo a velocidad estelar, el resto de su equipo será lleva a las habitaciones para que puedan descansar—
–Entendido Teniente, puede descansar e indicarnos el camino inmediatamente, ustedes dos ya escucharon síganme—contestó Told e indico a los magos que le siguieran.
El trayecto hacia el puente de mando desde el hangar en el que se encontraban era demasiado por lo que tuvieron que tomar una plataforma aéreo deslizador para transportarse hasta la parte más alta de la nave donde se encontraba su destino, esto les tomó varios ercs.
Por fuera la batalla estaba terminando, las últimas naves regresaban a los hangares y los cientos de torretas defensivas del crucero estelar daban cobertura a sus aliados mientras estos se retiraban, los cazas del imperio recibieron una transmisión de retirada de la zona lo cual hicieron casi de forma inmediata mientras a lo lejos los dos cruceros estelares del imperio se acomodaban para preparar un disparo con su mega cañón.
A lo lejos el capitán Roden observaba los movimientos de su enemigo, en cuanto vio que se estaban posicionando para disparar dijo.
–Tal como lo teníamos previsto, todos los escudos deben de ponerse al 30%, quiero que la potencia se acumule en los propulsores para entrar a velocidad estelar cuanto antes, sí recibimos esos dos impactos probablemente sufriremos grandes daños, todos prepárense–
La estrategia del capitán era un poco descabellada, aunque cierta, sí esperaban a que sus enemigos les disparara con sus dos mega cañones su nave podría ser incluso destruida, la mejor estrategia que había estado repasando era dedicar casi todos sus recursos al escape, poniendo en riesgo que sí esto fallaba el impacto de un solo ataque podría ser mortal para la nave.
–¿Cuánto falta para poder entrar a l velocidad estelar?—pregunto Din.
–Veinticinco mets capitán—contestó el oficial de turbinas.
Los cruceros imperiales estaban por terminar la carga de sus armas, probablemente no las dispararían al 100% de carga porque ya se habían dado cuenta de la estrategia de su enemigo, pero sabían que a un 75% de carga sería suficiente para causarles severos daños y dejarlos a su merced.
–Teniente eleve en 55° nuestra posición, no lograremos a tiempo nuestro escape, probablemente dos o un met antes de entrar a velocidad estelar seremos impactados—
Quince, diez, cinco, la nave se inclinaba cada vez más y ascendía en el espacio para poder esquivar losdisparos, faltaban cuatro mets y los enemigos soltaron sus colosales ráfagas moradas llenando de destellos el vacío, dos mets, la primera ráfaga pasó muy por debajo de la nave decía el oficial monitor, el capitán y todo el equipo se alegraban cuando faltando menos de un met, el segundo impacto rozó la parte inferior de la nave, cero mets la nave había logrado entrar en velocidad espacial.
El impacto del enemigo sacudió todo lugar del crucero, había dado milésimas de met antes de entrar a velocidad estelar por lo que su curso había sido desviado de manera drástica poniendo en peligro a todos ya que su destino ahora era incierto, podían encontrarse en curso de colisión con algún planeta o pasar por un campo de asteroides, inclusive aparecer sobre una estrella. Los controles no respondían, la máquina se encontraba trabajando al 100% en la velocidad estelar por lo que era imposible frenarla de manera abrupta, lentamente tenían que descender la potencia en la máquina para poder salir de esa velocidad, aunque se encontraban volando a ciegas, lo único que podían hacer era poner su fe en que no colisionarían.
El Teniente Din aparecía en esos momentos con el general Told y los magos, justo cuando el puente de mando era un caos completo, el capitán gritaba órdenes a todos lados, todos los operadores presionaban botones, se comunicaban entre ellos o enviaban comunicados a otras áreas de la nave; Fen y Blic se volvieron a impresionar al ver como se veía la curvatura del espacio por la velocidad estelar desde los enorme espejos del puente de mando, era la segunda vez que veían algo así, la primera vez había sido en la misma nave cuando iban de rumbo al planeta, en realidad nunca antes habían abandonado la real academia de magia desde que tenían memoria, porque aunque no pertenecían al planeta Olt habían sido llevados ahí desde que tenían cuatro años para iniciar su entrenamiento en la escuela de magia, sus padres habían perecido en debido a la guerra que azotó a sus planetas, eso era algo de las cosas que tenían en común y habían jurado luchar hombro con hombro hasta acabar con la guerra que se libraba contra el imperio del dios Yuwc.
–Así que ese movimiento tan brusco fue por el impacto de uno de los cañones enemigos, seguramente nos ha desviado de nuestro curso—dijo Told muy interesado.
–Parece ser que sí, tengo que ir a mi posición señor, permanezcan por favor en esos asientos hasta que controlemos la situación— contestó el teniente.
No tenían otra opción más que esperar una vez más y esperar a que el capitán pudiera sacar a la nave de la velocidad estelar cuanto antes.
–Oficial de escudos, quiero que active esos escudos a la máxima potencia, necesitamos desviar la energía de nuestro generador para poder salir de esta velocidad— ordenó el capitán.
–Señor eso podría sobre calentar el motor y destruir parte de la nave si llegara a explotar—contestó el oficial de escudos.
–Es un riesgo que puede salvarnos la vida, alguien que me indique el calentamiento del motor y cuanto hemos desacelerado—Gritó el capitán
–El motor se encuentra trabajando a un 80% con el núcleo de fusión estable aunque está empezando a mostrar unos pequeños picos—contestó uno de los usuarios.
–Nos encontramos muy lejos de salir de la velocidad estelar aunque con la activación de los escudos parece ser que nos tomará dos ercs lograrlo—dijo otro monitor.
Un temblor sacudió bruscamente a la nave nuevamente, este temblor duro varios mets y se sentía peor que el temblor causado por el impacto del enemigo, lo cual era bastante raro ya que se encontraban a velocidad estelar y no había forma de que alguien pudiera combatir en esa velocidad. Cuando el temblor cesó, el capitán Roden ordenó un informe de lo que había ocurrido.
–Señor hemos perdido una parte baja de la nave debido a la perforación causada por el enemigo, si continuamos así podríamos perder la nave—
–También el núcleo del motor se ha desbalanceado señor, se encuentra rozando el 90% de uso con una estabilidad de menos del 50%–
–Maldición, eso no me lo esperaba, nuestra nave se está desbaratando a pedazos—dijo Roden.
–Un momento señor, ahora estamos desacelerando más rápido, veinte mets y podremos salir de la velocidad estelar—
El capitán y toda la tripulación en el puente de mando se alegraron al escuchar esas buenas noticias, aunque esos veinte mets se hicieron una eternidad, la nave por momentos temblaba con más fuerza y parecía que en cualquier momento esta colapsaría por la mitad, pero lograron sentir un gran alivio cuando la nave se encontraba fuera de la velocidad estelar, todos gritaron de emoción, habían logrado sobrevivir a una situación de gran riesgo.
–No es momento de festejar hombres, aunque los felicito por el buen trabajo, pero antes de festejar por completo necesito las coordenadas de nuestra ubicación—
–De acuerdo con el radar astronómico, nos encontramos señor en territorio aliado, en territorio de los Wom, no muy lejos de uno de sus planetas, nos hemos desviado media galaxia en nuestro destino—
–Excelentes noticias oficial, ahora si podemos festejar, envíen una señal de rescate y relájense señores, nos encontramos a salvo—dijo el capitán con tono de felicidad.
Todos gritaban y aplaudían de felicidad, tanto en el puente de mando como en toda la nave, esta se convertiría en una hazaña más del capitán Roden y seguramente recibiría una buena condecoración por haber logrado salvar el crucero de una situación muy difícil. Told hizo una señal a los magos para que lo siguieran, juntos se acercaron al capitán para felicitarle, Roden y Told eran muy buenos amigos por lo que se dieron un cálido abrazo, después él le presentó a los dos aprendices de mago que había escoltado en su misión, Roden también les dio un muy amable apretón de manos.
–Encantado de conocerlos señores, disculpen los fallos técnicos que hemos tenido, pero por visto la misión tuvo muchos inconvenientes desde la captura de la nave de trasporte encubierta que los había logrado infiltrar a ese planeta hasta el impacto del enemigo con su mega cañón, afortunadamente seguimos con vida— le dijo el capitán.
–Me da mucho gusto que te hayan enviado a ti a nuestro rescate, no esperaba verte en mucho tiempo pero me alegra mucho esta reunión—le dijo Told a Roden.
–Igual a mí me alegra verte, necesitamos platicar de algunos detalles Told, convocaré una reunión con mis oficiales y demás encargados de la nave, me gustaría que estuvieras presente, mientras los magos pueden descansar en una de las habitaciones que tenemos, no son tal vez lo que se conoce como una lujosa suite pero al menos podrán descansar después de su tan complicada misión, el teniente Din se encargará de guiarlos, en cuanto llegue una estación de rescate del ejército Wom, podremos planear como seguir su viaje de vuelta a su destino—
“Qué alivio” pensaron ambos aprendices cuando les dijeron que por fin podrían descansar, Din los guio hasta una habitación con dos camas vacías donde cayeron más que rendidos por el cansancio en cuestión de mets, ahora se encontraban a salvo.
OPINIONES Y COMENTARIOS