Cuando menos te lo esperas la vida da un giro que te sorprende, así como la montaña rusa, baja o sube… Pero en mi caso me sorprendió de una manera tan bonita que puedo decir que estoy satisfecha.
Conocí a un hombre maravilloso, de esos que casi no hay en este mundo. Básicamente fue todo tan rápido que ni cuenta me di, una noche sin pensarlo obedecí aquel impulso que sintió mi corazón, sin pensarlo lo miré y le hablé, algo me decía que tenía hacerlo, ya saben, esas cosas locas que uno siente por amor, pero ¿amor? ¿Como estaba yo segura que eso era amor? Básicamente el corazón hablo y automáticamente mando la señal al cerebro, para que el cuerpo obedeciera ese sentimiento nuevo que había florecido.
Ahí estaba, platicando con él y su manera tan inusual de ver al mundo.
Dicen que cuando uno siente las cosas debe soltarlo de una manera sutil para no espantar a la otra persona, entonces ahí estaba hablándole de todo lo que sentía y mis ganas de comerme el mundo de una manera increíble.
Nos volvimos adictos a las charlas por aquella red social tan famosa llamada WhatsApp, todo el tiempo en línea sin parar hasta que llego el punto de hacerlo de manera más clásica, las llamada a media noche, esas llamadas en donde la hora es perfecta para expresar hasta el alma, lo más sincero y placentero a la vez, porque no tienen idea de la voz tan bellísima que se escuchaba del otro lado, me encantaba la manera de como me decía que mi risa era algo tan perfecto para sus oídos, prácticamente generaba paz en él.
Las noches se volvieron testigo de todos los sentimientos que florecían cada día más, las estrellas brillaban con más intensidad cada que yo veía su nombre en mi celular.
Los días se hacían eternos para cada uno, no veíamos la hora de poder cruzar miradas, estar frente a frente y poder sentir esa energía que transmite nuestro cuerpo.
El punto es que llego, de la noche a la mañana ya me encontraba frente a frente y ese día fue tan puro que no hay palabras para poder describir el momento.
¡Caray! Tenerlo cerca de mi fue mágico.
Convivimos tan poco tiempo que fueron tan únicos para saber el valor que tiene esa persona, aún no me puedo creer lo tan inverosímil que es su mente, ve el mundo de manera fantástica, siempre buscando algo para sonreír a pesar de todo lo malo que ha tenido que pasar.
Pero estoy tan agradecida de poder haber cruzado camino con él, porque si algo aprendí de este encuentro es que no siempre las personas se pueden quedar cuando queremos, por más que uno haga mil cosas no siempre se gana. Pero yo creo que gane.
Me llevo en el corazón una experiencia bastante bonita, una experiencia única y feliz.
Lecciones que han hecho que sea más fuerte e independiente como mujer, no hay manera de como agradecerle tanto esta persona por las cosas vividas a su lado.
Las risas, los secretos, las charlas tan sinceras, esos abrazos de media noche que te quitan hasta el aire y esos besos llenos de amor puro en donde nada importa , solo el momento, y estuvo bien.
Hoy agradezco al universo por ponerte en este viaje al que llamo vida y cuando menos lo esperes ahí estaremos de nuevo, cruzando miradas y riéndonos de muchas cosas vividas, así como sabemos hacer, tan única y especial.
Gracias por tanto, te llevo en el alma Puebla.
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