Notas al alma

A mi amada S.

La luna sigue tu andar descalzo, mientras el mar besa tus pies de niña la arena acaricia tus plantas.

A lo lejos, una orquesta ejecuta un danzón con marimba, todo se acopla a su compás y el universo entero sigue el ritmo, le oigo, al momento pido tu mano, solo puedo bailar con tu sombra. La gente mira y aplauden, la marea y el viento nos acompañan en este baile de enamorados; las saladas aguas siguen el vaivén que indica la enorme luna llena que, al reflejarse en tus ojos, se convierte en una perla que flota en la cresta de las olas.

Me clavo en tus ojos, al verlos me pierdo en el infinito; te das cuenta de mi mirada y profundizas en ella, no hace falta hablar, con solo mirarnos hemos hecho el amor hasta los más altos delirios humanos, lo hemos hecho estando separados por valles y montañas. Esta danza sigue, lanza sobre nuestros pies un extraño sortilegio, un hechizo dionisíaco que rebosa un seductor erotismo sutil y apasionado, que alegra hasta al alma más triste.

Termina la música, seguimos bailando, miro tus ojos -te amo- miras los míos – lo sé- tus labios se mueven, articulan bellas palabras, tus ojos me llevan al delirio y lento me dices: también te amo.

Te vas con la luna siguiendo tus pasos.