Eran noches largas las que pasaba sin dormir temiendo a cerrar lo ojos y no volver a abrirlos nunca más, sabiendo que esta enfermedad corre por mis venas y siento como en cada segundo que pasa se apodera de mi, siento como crece, como se esparce, como me mata…

Estoy sentado, mirando por el tragaluz de mi habitación como la potestad de la oscuridad domina sobre la noche, albergando almas penitentes destinadas a vagar sin rumbo mientras el frió manto de la noche cubre su presencia; me da miedo saber que pronto me acompañaran y no tener el valor suficiente de poner la frente en alto y acabar con mi vida de una vez por todas y no esperar el sufrimiento…

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