Reseña de Good Bye, Lenin! (¡Adiós Lenín!)

Reseña de Good Bye, Lenin! (¡Adiós Lenín!)

Título original: Good Bye, Lenin! (¡Adiós Lenín!)
Año: 2003
País: Alemania.
Director: Wolfgang Becker.
Reparto: Daniel Brühl, Katrin Saß, Chulpan Khamatova, Maria Simon, Jürgen Vogel, Michael Gwisdek, Burghart Klaußner, Alexander Beyer, Florian Lukas,Hanna Schwamborn.
Género: Drama. Comedia | Comedia dramática. Años 80. Años 90
Ciclo: Lo mejor del cine alemán
Duración: 118 minutos

Sinopsis:

Berlín, octubre de 1989. Unos días antes de la caída del Muro, la madre de Alexander Kerner (Daniel Brühl), Christiane (Katrin Sass), una mujer orgullosa de sus ideas comunistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, su hijo hará lo posible y lo imposible para que no se entere que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre viva cómodamente creyendo que nada ha cambiado.

El guion de la película fue escrito por el propio director en colaboración con el debutante Bernd Lichtenberg. El director de fotografía es Martin Kukula, que ya trabajó con Becker en «La vida en obras», y la banda sonora está compuesta por Yann Tiersen (Amélie).

El filme fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Berlín de 2003 donde consiguió el premio Ángel Azul a la mejor película europea. Ganó también el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Valladolid en 2003.

En el año 2002: obtuvo 7 Premios del cine Alemán (Deutscher Filmpreis): incluyendo mejor película y director, luego en 2003 fue ganadora del Premio Goya: mejor película europea, entre otros premios.

De gran éxito en la taquilla Alemana y del resto de Europa, esta historia no es sólo una entretenida y original comedia, sino también un agridulce retrato de las renuncias personales que conllevó aquel momento histórico.

El muro de Berlín es el símbolo más conocido de la guerra fría y de la división de Alemania. Denominado en la República Democrática Alemana (RDA) como Muro de Protección Antifascista cuyo objetivo era evitar las agresiones occidentales, y por los medios de comunicación y parte de la opinión pública occidental fue conocido como «muro de la vergüenza». Formó parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 09 de noviembre de 1989.

En el contexto, la película nos muestra la historia de un hijo que decide ocultar a su madre toda información acerca de la caída del muro mientras ella se encontraba en coma.

No se trata de un film de análisis político ni alta sociología. Se nos antoja tan sólo, una visión creíble y poco edulcorada de un fragmento de la realidad, que basa toda su fuerza narrativa en una idea brillante, la evolución del protagonista, las convincentes interpretaciones y un enorme respeto —que se agradece especialmente— por la bien lograda visión de aquel tiempo de los antiguos habitantes de la R.D.A.

Reacciones internacionales en 1963 ante el muro de Berlín:

«Una solución poco elegante, aunque mil veces preferible a la guerra».

John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos.

«Alemania del Este detiene el flujo de refugiados y se atrinchera tras un grueso telón de acero. No se trata de nada ilegal».

Harold Macmillan, primer ministro británico.

El 9 de noviembre, los ciudadanos berlineses empezaron a derribar el muro con todos los medios a su disposición (picos, martillos, etc.) El virtuoso del violoncelo Mstislav Rostropóvich, que había debido exiliarse al Oeste, fue al pie del muro a animar a los que lo demolían, escena de una célebre fotografía.

Durante el proceso de destrucción, el artista alemán Bodo Sperling promovió la idea de salvar un trozo de muro con el fin de crear una galería de arte urbano al aire libre. Varias asociaciones de artistas de ambos lados apoyaron la idea y consiguieron los permisos para fundar la East Side Gallery sobre una sección de 1316 metros en la calle Mühlenstraße, a orillas del río Spree. Más de 100 artistas de todo el mundo fueron invitados a pintar murales rindiendo homenaje a la libertad.

Tal como asegura Stella Martini (2000), existe una relación fundamental entre los medios de comunicación, la cultura, la política, la economía y la sociedad, dado que muchos de sus cambios generan nuevos procesos socioculturales. La función central de los medios es informar, mostrar la realidad; lo discutible es que los medios no siempre entregan información fidedigna que remita a los hechos que están aconteciendo en determinado lugar.

Es fundamental la fotografía precisa que nos regala GOOD BYE LENÎN! de cómo se estructura la influencia de los medios de comunicación. El protagonista presenta a su madre una serie de falsos telediarios, en los que describe la historia manipulada del acontecer en su país, ocultando los hechos reales de los últimos meses para evitar su recaída. Por otra parte, la madre no duda de la veracidad de la información que le llega. El motivo de su credibilidad: proviene de la televisión.

«Magistral comedia oscura de Wolfgang Becker, cada día más arriba en su escalada hacia la cumbre del cine alemán de ahora.»

Ángel Fernández Santos: Diario El País

“Ajustada mezcla de comedia y drama para un film con excelentes críticas que se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico en Alemania.”

Filmaffinity

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