2022 – «Riete de la vida aunque duela»

2022 – «Riete de la vida aunque duela»

Damian Boni

26/12/2022

«Vivir es como una montaña rusa. En el afán de atrapar momentos de felicidad durante la subida, no nos damos cuenta que delante nuestro viene una vertiginosa bajada que descolocará y tapará esos momentos felices. Es ahí cuando pasan a vivir dentro de nuestra memoria, anhelados de ser vividos una y otra y otra vez.»

Esto lo escribí hace algunos días, mientras pasaban por mi cabeza miles de pensamientos veloces y sin objetivo, así como nos pasa a algunos de los que vivimos en este mundo desenfrenado y sin tiempo.

Estaba pensando en las redes sociales. Tienen tantos usos como cantidad de personas tengan acceso a ellas, pero su verdadera importancia radica en el lugar que las ubica cada uno en su vida. Al final es eso lo importante, son objetos y cada uno los usa como quiere (o al menos todos podríamos alguna vez sentirnos «Duchamps» con sus ready mades). Hoy elijo usarlas para mostrarles un poco de mí, lo que siento y lo que soy. No suelo hacer estas cosas porque «en las redes no se muestra la tristeza ni los sentimientos profundos» pero de a poco estaría bueno que fueran apareciendo, porque también es parte del mundo y de la vida, y quizá entre todos podamos ayudarnos a salir de esos lugares oscuros que transitamos, no mostramos y guardamos.

Todos los años suelo pensar de más cuando se acercan estas fechas porque son momentos muy sensibles, nostálgicos, tristes y hasta un poco felices. Hoy decido publicar algo de lo que significó este año para mí. Lo hago porque escribir me parece la mejor forma de expresar y ordenar mis ideas y emociones. También lo hago porque muchas veces me quedo con cosas por decir, lo hago para que mis palabras sean testigo de mi época y de mi tiempo. Si a alguien tienen que ayudar, hacer disfrutar o hacer llorar, lo hagan. No soy nadie más que un habitante de este planta y en millones de años nadie me va a recordar, ni siquiera a estas palabras, entonces ¿qué más da?

En la vida siempre hay años visagra, siempre al acercarse los finales o cambios de etapa uno llega más o menos preparado para esas transformaciones, pero no siempre pasa así. De vez en cuando la vorágine del cambio aparece de repente sin previo aviso y nos damos cuenta de que está sucediendo una vez que estamos adentro (abro este parentesis para aclarar que pienso que el cambio de una persona es constante y diario, pero hablo de esos cambios que nos sacuden la mente, el corazón y el alma). Yo pienso que este año es uno de esos, por lo menos para mí.

Escribir lo que siento bajo palabras desenfrenadas e impulsivas que salen de mi mente, me ayuda a tener otra perspectiva de lo que estoy pensando. Cuando llegan momentos de intensa emocionalidad creo que no hay mejor forma de calmarlos que arrancar los pensamientos y dejar que las palabras hablen por ellos.

Este año particularmente me trajo una gran cuota de autoconocimiento. Soy una persona muy ansiosa, de esa ansiedad que no te deja disfrutar momentos porque te nubla con pensamientos de futuro e incertidumbre. Probablemente no todos sepan lo que eso significa, pero para los que la padecemos sentimos un peso constante en nuestras emociones y nuestra mente. Hay miles de enfermedades peores que esta y no le voy a quitar su mérito, pero como tal esta condición también hace lo suyo y va apareciendo silenciosamente hasta que explota y ya no hay vuelta atras. Te obliga a convivir con ella.

Intentando buscar una «cura» para la ansiedad me encontré en un aprieto y es que no todas las personas somos iguales, no todos vivivimos las mismas situasiones, no todos tuvimos las mismas experiencias de vida que nos empujaron a ser de esta manera. Así, lo más importante para empezar a sanar es conocerse a uno mismo, porque no hay una solución universal.

Cuando detectamos que somos ansiosos deberíamos hacernos la pregunta de «¿Hasta dónde estamos dispuestos a ayudarnos y dejarnos ayudar?». La terapia no es para todos y hay gente que le cuesta más o menos abrirse con los demás, pero como seres sociales la mirada y la palabra del otro siempre nos atraviesa. Entonces poder escuchar de palabras ajenas y tener una mirada extra de lo que nos abruma y no entendemos, puede aplicar un poco de luz a esa oscuridad que no nos deja pensar con claridad. Al final de día te das cuenta de que la única manera de salir adelante es queriendo salir, pero por sobre todo, accionando.

El 2022 me golpeó de tantas formas que ya perdí la cantidad y la manera en que lo hizo. Fue para mí uno de los años más dificiles de mi vida y no todos lo saben. No soy una persona que exprese sus sentimientos o emociones negativas a los demás, no me gusta cargar con mis problemas al resto porque siento que todos llevamos muchos problemas a cuesta y sumar más no está bueno. Además no todas las personas que me rodean estan dispuestas a escucharme atentamente y acompañarme en mis pesares. Hay algunas que no estan dispuestas a dejar sus dramas de lado por intentar que en esa charla me abra con los míos, por eso me los guardo.

Mi abuela que ya no está conmigo siempre alegre y con su mirada de amor, una vez me dijo: «Ahg de la muerte no hablemos, disfrutemos ahora, vamos a reirnos. Hay que cantar. Mirala a Ana, como juega.» Y esas palabras de disfrutar el hoy y el momento se me quedaron grabadas en el corazón. Cuando vi que la vida de mi abuela se iba apagando entendí a lo que se refería. Obvio que es muy importante disfrutar los momentos felices, porque son la razón de nuestra vida, pero mi abuela se olvidó de decirme qué hacer con los momentos tristes y duros, porque existen y suceden ¿Y qué hacemos con ellos? Yo suelo evadirlos hasta que se me hacen una bola tan pesada que ya no sé que hacer y revienta.

Este año me tocó vivir muchos momentos así, donde la tristeza me invadió más de una vez y donde la incertidumbre y la soledad me comieron la cabeza. Poco a poco estoy entendiendo que como los momentos hermosos trascienden nuestra vida, así también pasan estos y hay que vivirlos. Hay que vivirlos con todo, a fondo y sin miedo de tocarlo, porque es así que con los grandes sacudones que nos dan, aprendemos. Aprendemos a salir adelante y a valorar lo que tenemos y a quienes tenemos al lado.

Quizá mucho de lo que leen en estas palabras suene trillado o cliché, porque es fácil decirlo, es facil leerlo, pero cuando estas en esa situasión tan profunda y con tristezas tan grandes, no cualquiera puede ayudarte a salir del pozo. Por eso debemos ser conscientes de la gente que nos rodea, y de quienes queremos rodearnos. Está buenisimo vivir momentos hermosos junto a ellos pero cuando te caes es necesario que te ayuden a levantarte. Brindo por mis amigos que sin conocer mucho de mis problemas, aún se quedan a mi lado.

En lo personal el año me golpeó con muchas pérdidas de seres que acompañaban mi vida, creo que lidiar con la ausencia es lo más dificil en este mundo, más aún con la soledad. Como humanos hoy, siento que valoramos tarde, valoramos cuando ya no lo tenemos, valoramos cuando ya no está. Así como para mí no hay vuelta atras con muchas situasiones en mi vida, la muerte tampoco puede deshacerse. Quizá esa falta de control sobre la muerte es lo que me genera ansiedad y miedo. Miedo de no estar viviendo al 100% la vida, al 100% cada momento. ¿Algo imposible, no? ¿Quien pudiera vivir al palo todo el día? A pesar de no poder vivir así, en el momento en que la montaña rusa de la vida baja en picada, no deberíamos olvidar levantar la cabeza, sentir el aire y mirar el paisaje. Es como la clásica frase de mirar el lado lleno de la copa, pero es así.

En mi vorágine de este año también encontré grandes personas y amigos que quiero conservar en mi vida, que me acompañaron día a día en los buenos y en los malos y que me sacaron una sonrisa en los peores momentos, aun ellos sin saberlo. También pude cumplir años y celebrar (cosa que agradezco un montón), pude subirme al escenario y bailar junto a un hermoso grupo de personas que hoy extraño un montón y que sé que vamos a volver a compartir (a pesar de que hoy no esté con muchas ganas), pude volver a emborracharme, di clases en la FADU, empecé con mi primer trabajo formal, saqué muchas fotos (poco a poco vuelvo a compartir un poco de lo que amo hacer, que es fotografiar), jugué, abracé a muchas personas que quiero, vi brillar a mis amigos en el escenario y también encontré un nuevo amor.

Este fin de año, conocí una persona muy bella que la vida puso en mi camino y sin darme cuenta se fue convirtiendo en alguien muy importante. Dicen que si alguien apareció en tu vida es por algo, para enseñarte algo, para compartir, para aprender. Yo tuve la suerte de que eligiera quedarse al lado mío, de que me quiera y decidiera compartirme su tiempo, que es lo más valioso. Porque si algo va a pasar, si va a arrazarnos, es el tiempo.

Agradezco poder estar un año más en este espacio tiempo, y a pesar de que haya días complicados, a pesar de que nuestras expextativas no se cumplan completamente, a pesar de que a veces no estemos en el lugar donde queremos estar o de la forma en que quisieramos estar, siempre al final del día algo bueno vamos a poder rescatar. Es un ejercicio diario poder encontrar algo bueno dentro de la diaria,
pero en el caso de que no lo encontremos, probablemente el día de mañana sí lo haremos. No hay dias malos que duren para siempre, todo cambia, muta y la vida siempre te lleva a donde te tiene que llevar, solo hay que dejarse atravesar.

Vislumbro para este 2023 muchos cambios profundos para mí, pero esta vez un poco más atento, para que, si van a afectarme, por lo menos logre estar más advertido que el año anterior. No quiero pensar que el próximo año va a ser mejor que el que pasó, porque me di cuenta de que nunca pasa. Siempre hay cosas buenas y cosas malas dentro del año, no importa el balance que hagamos. Quiero desear para mí y para todos ustedes mucha vida, mucho compartir, mucho amor. Les agradezco el tiempo de haberme leido hasta el final, de precuparse por lo que tengo para decir y les deseo que todo lo bueno que les pase este año puedan abrazarlo y también mucha fuerza para superar los momentos malos que se vengan.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS