¿Realmente veo?

Soy del tipo de personas que nunca me detengo a mirar mi alrededor, que siempre esta en su propio mundo, imaginándose lo bonita que podría ser la vida si algo fuera diferente o si tuviera algo que me diera un significado. Un atardecer me parecía insignificante, las montañas solo pilas de tierra y hierba sin sentido, todo lo que se encontraba en nuestro planeta solo estaba porque sí. Pero, un día algo dentro de mi se fue encendiendo, como una ráfaga de luz y amor que llenaba mi vida, que me hacia verla de forma diferente.

Cada amanecer, lo veía como nuevas oportunidades, el sol me sonreía y su luz irradiaba hasta lo mas profundo de mi corazón, cada árbol me recordaba la vitalidad de la vida, lo alto y fuertes que podemos lograr ser…Y el cielo, el inmenso cielo, me hacia recordar aquello que le daba significado a mi vida, aquello que desde pequeña he tenido, pero que no había aprendido a valorar, la importancia de mi creador. La única persona que con cada amanecer, atardecer, días lluviosos o soleados me recordaba que todos eso estaba ahí, no porque si, sino para recordarme que El estaba ahí.

Cada escena pinta un cuadro de su amor, cada momento perfectamente imperfecto que llena mi alma y me guía a ser mejor. Puede sonar a cliché o religión, pero lo que muchas personas no entienden, incluyéndome yo, es que Dios no es una religión, un conjunto de reglas sin sentido, un sentido de moral o un estilo de vida. Es una relación y probablemente la mas importante de nuestras vidas. Así que, ahora cada vez que veo, pero que realmente me digno a mirar, no me imagino como podría ser mi vida, sino todo lo que tengo y que como un regalo me ha sido otorgado.