Era una vez una pandemia

Un abrazo, un beso, tan solo un rose algo tan normal y rutinario a la vez, pero aunque lo era no le dábamos la importancia, no significaba nada para el mundo. Hoy es lo que más deseamos, correr y abrazar a las personas que amamos, pero ahora cuando es lo que más queremos es imposible de hacer. Era domingo y como de costumbre miles de niños y jóvenes arreglaban sus cosas para al día siguiente asistir a clases, era marzo y todo estaba recién empezando, todo el mundo tenía grandes planes para este año 2020, quizás algunos egresarían de 4° medio, otros recién ingresaría al 1° medio, otros tenían grandes trabajos por realizar quizás proyectos, muchos serían padres y madres, y ¿yo? Pues yo también tenía muchas cosas para realizar este año. Mi nombre es leticia y como todos no me esperaba este año, tengo 15 añitos y quiero escribir esto en mi diario de vida para que quede guardado por siempre, y si algun dia muero cuando este viejita, mis nietos o alguien mas leerá esta parte de mi diario y sabrá contar este cuento como si ellos lo hubieran vivido . Ese día domingo comenzó a avanzar y al llegar la tarde se anunciaba una suspensión de clases a nivel país, muchos no podrían tampoco asistir a sus trabajos, ¿el motivo? Una cuarentena preventiva y ¿la razón de esta? Un virus. Un virus del cual todo el mundo escuchó durante las vacaciones, mientras estábamos relajados en las payas, nuestras camas y celebrando con la familia o tal vez otros estaban discutiendo con sus padres, alejados de sus familias y seres queridos, el anuncio de este estaba en Facebook y en las noticias, pero como chilenos no le dimos importancia y creímos que jamás llegaría hasta acá, talvez ni siquiera nos dimos el tiempo de preocuparnos por esas personas que ya estaban siendo afectadas en otros países, por que la humanidad es así en su mayoría, si no nos sucede a nosotros pues entonces no tiene importancia.

Hasta que llegaron esos días donde mucha gente en nuestro país comenzó a enfermar, pero la mayoría de las personas aun no estábamos enteradas de esto y seguíamos con nuestras vidas, planeando las cosas para el futuro. Al ver el anuncio antes mencionado muchos lo tomamos como una semana más de vacaciones, se hablaba de cuarentena, pero para nosotros en ese momento era lo mejor, podríamos estar en nuestras camas durmiendo y disfrutando de la televisión, celulares etc. Aun con el anuncio del gobierno muchos seguíamos saliendo a la calle para disfrutar las salidas con nuestras amistades y nos divertíamos, pero de pronto esto dejó de serlo ya que al salir la gente nos comenzó a ver con otros ojos, en Facebook la gente publicaba de la irresponsabilidad de los niños y los jóvenes y también de los padres por dejarnos salir, yo en lo personal no entendía, no le veía nada de malo el salir ala calle o ala playa, de todas formas aún quedaba verano, pero al final tuve que encerrarme en mi casa porque si salía sentía que molestaba a la gente. Y así pasaban los días en casa, hasta ese momento todo estaba bien o al menos eso creía yo. Pero de pronto el país comenzó a desesperarse y a entrar en pánico, cuando encendía la televisión solo se hablaba de una cosa ¨el coronavirus¨, con mis padres asistimos al supermercado para comprar algunas cosas que nos hacían falta, pero al entrar, la gente estaba como loca, estos estaban llenos y la gente estaba vaciándolos, llevaban carros llenos de cosas y otros llevaban dos y hasta cuatro carros, había gente discutiendo peleándose entre ellos por la comida. Seguíamos nuestro paso para ver qué era lo que quedaba para lograr comprar, y mientras lo hacíamos podía divisar a personas mayores de edad las cuales sólo recogían las pocas cosas que otros habían dejado, cuando miraba sus ojos veía tristeza, veía soledad y ala vez veía miedo, y es que estaban solos, claro había algunos que estaban acompañados por sus familias, pero habían otros que estaban solos intentando comprar algo para poder comer, lo más probable es que ni siquiera tenían el dinero suficiente para comprar lo necesario, pero eso que les importaba a los demás, si pasaban sobre ellos como si nada y otros los miraban en menos haciendo jactancia de que ellos podían comprar mucho más. Esta escena rompía mi corazón evidentemente nadie estaba preparado para esta situación pero si la mayoría teníamos las armas para sobrevivir, pero claramente ellos no. Regresamos a nuestro hogar y como ya había llegado el último día de suspensión de clases estaba atenta para la nueva información, cuando volveríamos y si había que tomar algún resguardo o cosas así, estaba lista y preparada cuando dan el nuevo anuncio y vaya que sorpresa me lleve cuando dicen que la suspensión seguiría y que ahora por lo pronto haríamos las clases en nuestras casas. En ese momento no entendía porqué hacían eso, cuál era el punto de retardar las clases, pero lo acepte ya que no tenia de otra. Pasaban los días y ya llegábamos a abril y aún encerrados en nuestras casas, y de pronto esto comenzó a tornarse angustiante, mi padre seguía trabajando y yo veía normal que lo hiciera pero al ver las redes sociales me informaba que era peligroso salir a la calle que en cualquier momento podrían ser infectados, y entonces comprendí y sentí el miedo de perder a mi padre en cualquiera de esos días y se que muchos sentían ese miedo, mi madre me decia que debia estar tranquila, ¿pero como hacerlo?, pero ahora comprendía que solo la fe nos podía salvar y cuidar. Ahora en las mañanas despertaba cuando él se levantaba y mientras sentía como el cerraba la puerta para salir a su trabajo cerraba mis ojos para orarle a Dios que lo cuidara. Esta situación es la de muchos que se han mantenido en sus trabajos, pero arriesgan su vida por sus familias, quizás igual tienen miedo de contagiarse, pero aun así deben salir por que de lo contrario ¿Cómo darán comida a sus hijos? muchas personas estaban quedando sin sus trabajos, entonces tenerlo era una bendición.

Había una vez donde todo era normal, había una vez donde solíamos caminar por las calles respirando el aire libremente, erase una vez donde abrazabamos a nuestros amigos y familiares y cuenta la historia que en esos días donde éramos libres de hacer todo eso, no lo hacíamos por que no era importante o nosotros creímos que no lo era. Hoy no sabemos cuando esto acabara, pero si sabemos a quienes amamos y quienes nos aman, y un dia quizas no muy lejano esto acabara y habremos aprendido la lección, se que Dios no es malo y nos dará una segunda oportunidad. Y colorín colorado este cuento se acabado. 

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